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Desde el 17 de marzo que comenzaron los mayores incendios forestales en toda la historia de México el país ha perdido casi 290.000 hectáreas de bosque. Las dos semanas anteriores han sido el apogeo de la catástrofe.

Según el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan Rafael Elvira Quesada, este año se ha informado de 6.700 incendios forestales, el 84% de ellos en Coahuila, un estado en el norte de México cerca de la frontera con EE. UU.

Ahora mismo se están combatiendo unos 200 incendios en ocho estados de México. Mientras Coahuila es el estado más devorado por las llamas, San Luis Potosí, Veracruz, Oaxaca, Nuevo León, Tamaulipas y Guerrero también se encuentran en una situación grave por culpa del fuego que amenaza a las zonas pobladas y a distintas especies animales como venados y osos.

Para frenar la catástrofe se utilizan aviones y helicópteros que arrojan miles de litros de agua en el territorio siniestrado por los incendios, entre ellos los helicópteros MI-17 de fabricación rusa. Pero las altas temperaturas y los cálidos vientos del sur, que alcanzan una velocidad de 80 kilómetros por hora, difunden el fuego y dificultan el proceso de extinción.