Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Una ciudadana rusa ha sido acusado en Washington de ser un agente de la Federación Rusa al mismo tiempo que Donald Trump y Vladimir Putin se reunían en Helsinki, una cumbre que ha enfurecido a los políticos estadounidenses.
putin trump summit
María Butina fue acusada el lunes por el Departamento de Justicia de EE.UU. de conspirar como agente de la Federación Rusa dentro de Estados Unidos, una acusación criminal que podría estar diseñada para desviar la atención de la reunión del lunes entre los jefes de Estado de EE.UU. y Rusia.

Los cargos no están relacionados con la investigación de Mueller que está examinando la supuesta intromisión rusa en las elecciones de 2016. Ella supuestamente trabajó bajo la dirección de un alto funcionario del Kremlin. Sputnik habló con el comentarista político Joe Quinn sobre las consecuencias de la cumbre entre Putin y Trump.


Sputnik: ¿Qué opina de la situación de la detención de Maria Butina en Washington, de las acusaciones y de las motivaciones que están detrás?

Joe Quinn: Bueno, esta es otra hamburguesa de nada, tal como la CNN ha descrito el hackeo ruso de las elecciones estadounidenses el año pasado. Considerando el momento de lo ocurrido, se trata de un intento de insistir en la supuesta "realidad" de la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses a favor de Trump. La historia de esta mujer Butina es muy frecuente en la política occidental. Lo que ella está haciendo se llama cabildeo: conseguir acceso a los políticos para impulsar políticas particulares.

Las acusaciones de que trabajaba para el Kremlin parecen carecer de fundamento - es la idea tonta de que cualquier cabildero en cualquier país, cualquiera que trabaje para influenciar a los políticos en cualquier país, sólo puede ser un trabajo para gobiernos extranjeros. Eso es una tontería obvia.

Probablemente hay docenas de ciudadanos estadounidenses en Rusia que intentan obtener el mismo tipo de influencia exactamente de la misma manera que ella lo ha hecho.

Sputnik: El presidente de Estados Unidos también ha sido objeto de escrutinio en su propio país tras la cumbre de Helsinki, ¿cómo podría afectar esto a las interacciones del presidente y de Washington con Moscú?

Joe Quinn: Decir que él ha sido objeto de escrutinio, o que la cumbre de ayer ha sido objeto de escrutinio, ¡es quedarse un poco corto! Esta breve reunión de dos horas que tuvo ayer con Putin ha sido recibida con tal nivel de gritos y aullidos a la luna, por parte de los sospechosos habituales, que se podría pensar que volvimos al auge de McCarthy.

Por poner un ejemplo, el senador Lindsey Graham tuiteó ayer (con toda seriedad) que el balón que Putin le dio a Trump al final de su reunión probablemente llevaba un dispositivo de escucha y no debería ser llevado a la Casa Blanca. No sé qué decir ante ese tipo de cosas. Uno solo puede poner los ojos en blanco...

Lamento tener que decir que realmente no podemos esperar que la histeria disminuya. La mayoría de los medios de comunicación occidentales están ahora comprometidos con esta ridícula campaña y han interiorizado la idea de que Rusia es una amenaza para todo el mundo. Por supuesto, la verdad es que esta situación ha sido deliberadamente provocada por elementos del "estado profundo" como parte de su guerra actual contra Rusia, a la que ven como una amenaza existencial para su poder y control global. También parecen estar muy contentos de que tanta gente alrededor del mundo, pero particularmente en Estados Unidos y Europa, crea en completas mentiras.

Sputnik: Las acusaciones internacionales contra Rusia van en aumento con las elecciones estadounidenses, la intromisión y el caso Skripal, pero a falta de pruebas, ¿puede la retórica antirrusa actual de Occidente menoscabar cualquier esperanza de mejorar las relaciones internacionales?

Joe Quinn: No creo que esté menoscabando todas las esperanzas; ciertamente los está perjudicando a ellos, pero no creo que esté menoscabando todas las esperanzas. En última instancia, creo que la campaña que han emprendido no va a tener éxito. El problema para ellos es que la historia NO está de su lado. No están luchando realmente contra Rusia, sino contra la realidad misma. El mundo ha cambiado radicalmente en los últimos 20 años, y apenas ha comenzado. Obviamente ha llegado el momento de un nuevo orden mundial basado en la multipolaridad y no en el dominio exclusivo de una superpotencia, pero los administradores del imperio son MUY reacios, digamos, a aceptar estos cambios necesarios e inevitables y, por desgracia, tenemos que lidiar con el caos que están causando al tratar de impedir esos cambios.