Miles de personas asistieron al funeral de los 40 niños muertos en el último bombardeo de la coalición saudita en Yemen.
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Fue uno de los ataques más cruentos contra civiles en lo que lleva esta guerra de tres años. 40 niños, de 51 personas, fueron asesinados en un ataque aéreo lanzado por el Ejército saudita, que enfrenta a los rebeldes hutíes en Yemen.


Este último ataque, fue para miles de yemeníes más de lo que pueden tolerar. Se lanzaron a las calles y convirtieron el funeral de los niños en una protesta para llamar la atención sobre la olvidada guerra del empobrecido país árabe.

Fares al-Razhi, uno de los padres de las víctimas mortales del ataque, dijo: "mi hijo fue al mercado para hacer recados y murió en el ataque". El familiar dijo que ahora solo espera vengarse de quienes están detrás del bombardeo.


Decenas de ataúdes de madera con la imagen de cada uno de los niños fueron arrastrados por carros y llevados a un cementerio local. La multitud, agobiada, gritaba "muerte a América, muerte a Israel", un conocido lema de los hutíes.

La coalición saudita dijo que investigará el ataque ante el pedido del secretario general de la ONU, António Guterres, pero lo defendió. Dijo que la operación había sido "legítima" y que estaba dirigida contra líderes hutíes "responsables del reclutamiento y entrenamiento de niños".

Más de 10.000 personas han muerto en la guerra de Yemen

Los rebeldes hutíes hacen parte de una rama del islam chiita, conocida como zaidismo. Y son por lo menos un tercio de la población de un país predominantemente sunita. Esos factores se han convertido en combustible del conflicto pues los saudíes apoyan el derrocado gobierno yemení e Irán respalda a los hutíes.

En el 2014, luego de una larga serie de protestas en el marco de la Primavera Árabe, los hutíes llegaron al poder y derrocaron el gobierno sunita, internacionalmente reconocido. En 2015 los estados del golfo árabe pactaron una alianza sunita para restaurar el gobierno. La alianza liderada por Arabia Saudita buscaba además contrarrestar el creciente poder de Irán en la zona.

Desde entonces el desangre no se ha detenido. Más de 10.000 personas han muerto y la guerra sin tregua ha llevado al país árabe a una de las peores crisis humanitarias según Naciones Unidas. A la violencia, se suman las hambrunas y las epidemias.

Yemen es una prioridad para Estados Unidos y sus aliados en el Golfo pérsico gracias a su posición estratégica, a un lado de Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo.