Traducido por el equipo de SOTT.net en español

La muerte de John McCain ha inspirado un montón de obituarios maquillados, así como espantosos aplausos y declaraciones de amor de ambos lados de la brecha política. Pero en lo que respecta al revisionismo histórico, su funeral ha ido demasiado lejos.
mccain fuuneral
¿Quién encogió a Henry Kissinger?
Si hay alguien que posee el derecho de encubrir el legado de John McCain, es su hija, Meghan McCain. En su hora de dolor, podemos permitirle que reescriba la historia personal de su padre, que lo proclame un héroe entre los hombres. Eso es de esperar, y pocos se opondrían a ello.

Pero no podemos permitir que se pare frente al mundo, en la enorme plataforma que se le ha concedido, para reescribir y blanquear la guerra de Vietnam; y eso es exactamente lo que intentó hacer en el funeral de su padre.

No me da ningún placer escribir algo así sobre una persona que acaba de morir, ni criticar a una hija en duelo -pero esto va más allá de la familia McCain y sus heridas sentimentales. Se trata de un revisionismo histórico en su forma más repugnante e inaceptable.

Mientras Meghan McCain hablaba, incluso los aduladores más serviciales debieron levantar discretamente las cejas y moverse incómodamente en sus bancos. De pie ante una catedral repleta de políticos y militares de alto rango, reformuló la guerra de Vietnam, la más brutal y bárbara de Estados Unidos, como una noble lucha "por la vida y la libertad de otras personas en otras tierras".

En su homenaje al servicio de su padre, McCain le recordó a su audiencia, con un notable tono venenoso en su voz, que Vietnam era uno de los "rincones del mundo más remotos y hostiles" en que luchar. Quizás ella también comparta el conocido disgusto de su padre por los vietnamitas, sobre los que él escribió una vez: "Odio a los amarillos. Los odiaré mientras viva".


Max Blumenthal: En medio del festival de celebración cultista de la élite por John McCain, @SkyNewsAust nos invitó a mí y a @ggreenwald a conversar sobre el legado del difunto senador de promover guerras de cambio de régimen criminal, desestabilización y extremismo alrededor del mundo: https://youtu.be/Gqq4YvlZrjk #McCainMemorial

Max Blumenthal: Meghan McCain intercaló una serie de líneas recicladas de Peggy Noonan para describir la guerra criminal de Vietnam como una lucha justa por la "vida y la libertad de otros pueblos en otras tierras". Es el revisionismo histórico en su forma más odiosa. #McCainMemorial
McCain insistió en que su uso del término sólo se refería a sus captores durante su tiempo como prisionero de guerra, pero el jurado no está de acuerdo. Cuando el avión de McCain fue derribado sobre Vietnam, asegurando su legado como un "héroe de guerra" estadounidense, estaba en camino a bombardear una fábrica civil de bombillas; una de las 23 misiones de bombardeo en las que participó como parte de la Operación Rolling Thunder, durante la cual Estados Unidos arrojó 643.000 toneladas de bombas sobre el país.


Political Memester: Dicen que una imagen vale más que mil palabras.
Más tarde, McCain lamentó los "frustrantemente limitados objetivos de bombardeo" que lo restringieron en gran medida a bombardear instalaciones militares y cosas como fábricas y carreteras. Y argumentó que si hubieran hecho un "uso pleno y consistente del poder aéreo" (en otras palabras, si hubieran cometido algunos crímenes de guerra más), Estados Unidos finalmente habría prevalecido.

Los detalles más horrendos de la guerra de Vietnam son ampliamente conocidos y no necesitan ser repasados, pero hay un párrafo en un artículo reciente de la revista New York Magazine que capta la guerra de manera sucinta:
"Hay niños vietnamitas que caminan hoy por la Tierra y que morirán al tropezar con las minas terrestres que colocamos o con las municiones sin estallar que dejamos atrás. Hay bebés vietnamitas aún no nacidos que entrarán al mundo con cabezas deformes y tumores gigantes como resultado de los defoliantes con los que bañamos a su país hace 50 años".
Pero no son sólo los allegados al difunto senador los que intentan reescribir la historia. Los medios de comunicación también están trabajando horas extras para convencer a los estadounidenses y al resto del mundo de que John McCain nos deja un legado intachable de grandeza.


Ali Abunimah: El momento más emotivo del funeral de John McCain fue cuando un guardia de honor de Jabhat al-Nusra hizo un saludo de 21 disparos de AK-47 mientras los nazis ucranianos portadores del féretro pasaban solemnemente con su ataúd. En lo alto, un escuadrón de B-52 arrojó napalm rojo, blanco y azul en homenaje a un icono de los derechos humanos.
La historia de instigamiento bélico de McCain, su despiadada lista de fantasías sobre el cambio de régimen, sus fechorías con neonazis en Ucrania y terroristas yihadistas en Siria... todo eso ha sido misteriosamente eliminado del registro oficial de la vida del difunto senador.

Particularmente preocupantes fueron los esfuerzos de algunos para enmarcar el funeral de McCain como una especie de reprimenda masiva al presidente Donald Trump. En el New Yorker, Susan B. Glasser, periodista (y uso ese término vagamente), se refirió al funeral de McCain como una "reunión de la resistencia" anti-Trump.

En un informe vago desde la Catedral Nacional de Washington, Glasser escribió que el funeral del "hombre sabio" McCain fue "un encuentro de la Resistencia, bajo techos abovedados y vitrales". Aplaudió el "notable" discurso de Meghan McCain y dejó al lector con la clara impresión de que la era de Trump es simplemente un punto débil en la historia de Estados Unidos; que las cosas volverían pronto a la normalidad y la cordura se restablecería en la Casa Blanca.

El problema es que, para estos fanáticos políticos que se llaman a sí mismos periodistas, Trump es una anomalía, una aberración perturbadora; pero una habitación llena hasta el tope de criminales de guerra sin condena como Henry Kissinger, George W. Bush y Barack Obama es la máxima representación de la bondad estadounidense; porque se dan la mano en el pasillo y hablan en tonos más agradables cuando envían a los estadounidenses a luchar y morir en guerras injustas para forrar los bolsillos de los fabricantes de armas. De repente, gente como Kissinger y Bush han entrado en las filas de la "resistencia" anti-Trump porque se presentaron cortésmente a rendir homenaje a un compañero belicista.


Max Blumenthal: Henry Kissinger, Dick Cheney, George W. Bush y Joe Lieberman, bienvenidos a la #Resistancia.
Hay algo verdaderamente inquietante en esa mentalidad, pero es la mentalidad que prevalece en la clase mediática -y como tal, es la mentalidad que parece prevalecer entre los estadounidenses anti-Trump. Un tuit sobre cómo el ahora completamente rehabilitado George W. Bush le pasó a Michelle Obama un caramelo durante el funeral de McCain fue retuiteado 93.000 veces y cubierto por la CNN, el Huffington Post, USA Today, el Daily Mail y la CBS como una especie de momento conmovedor.

Los medios de comunicación están furiosos por lo que Trump ha expuesto acerca de Estados Unidos. Nos suplican que creamos que es una especie de desviación de la norma, pero no lo es. Él representa a EE.UU. sin máscara. Glasser y sus amigos se sienten avergonzados; se sienten expuestos por Trump y están desesperados por encontrar a alguien que les devuelva la máscara lo antes posible para que se pueda restaurar la normalidad en DC. Su extrema y espeluznante tristeza por la muerte de McCain puede entenderse como una especie de retorcido grito de ayuda.


Glen Greenwald: Es por eso que ha sido tan nauseabundo ver cómo los operativos del partido republicano fingen que Trump es un monstruo irreconocible que se desvía profundamente de sus normas, y no lo que él es realmente: un Frankenstein que crearon con su propia combinación patentada de corrupción, extremismo e ineptitud:
Jeet Heer: 8. Hemos tenido décadas de fracaso de la élite, impunidad de la élite, y consentimientos de la élite respecto al racismo, promoción del anti-intelectualismo por parte de la élite (piense en la negación del clima). ¿Nos sorprende que el resultado final sea el Presidente Trump?
De hecho, los periodistas han encabezado el proceso al imponer arbitrariamente un período indeterminado de luto público por McCain, regañando como "insensible" o "sin corazón" a cualquiera que haya tenido la audacia de sacar a relucir los muchos aspectos desagradables de su vida y su legado.

Uno se pregunta si insistirán en un período similar de luto respetuoso de los medios sociales cuando Trump muera. No lo harán, y no deberían hacerlo. Las figuras públicas cuyas decisiones afectan la vida de millones de personas (a menudo de las formas más inimaginablemente terribles) no tienen derecho a que nos andemos de puntillas en torno a su legado, ni siquiera (y especialmente) inmediatamente después de su muerte.


David Sirota: La lista de invitados al funeral de John McCain es una prueba concreta de que nadie fue responsabilizado por la guerra de Irak, la crisis financiera y la creación de la vigilancia extrajudicial y los programas de asesinato con aviones teledirigidos... y probablemente nadie lo será nunca.
Sin embargo, en lugar de hacer su trabajo, los llamados periodistas lloraron junto a la familia de McCain, insistiendo en que no era el "momento adecuado" para hacer críticas. Pero no hay ningún momento 'equivocado' para oponerse al belicismo y la barbarie de los que John McCain era el principal proponente.
Sobre la autora

Danielle Ryan es una escritora independiente irlandesa que radica en Dublín. Su trabajo ha aparecido en Salon, The Nation, Rethinking Russia, teleSUR, RBTH, The Calvert Journal y otros. Sígala en Twitter: @DanielleRyanJ