Traducido por el equipo de SOTT.net en español.

En la cumbre de Teherán del viernes, el iraní Hassan Rouhani y el ruso Vladimir Putin expresaron diferencias tácticas con el presidente turco Erdogan sobre cómo proceder en la ofensiva militar para que el ejército sirio retome la provincia noroccidental de Idlib, ocupada por grupos terroristas.

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© Agence France-Presse/ Anas Al-DyabEl fuego se eleva cerca de la aldea siria de Kafr Ain en el sur del campo de la provincia de Idlib después de un ataque aéreo el 7 de septiembre, 2018
Rouhani y Putin quieren un empuje decidido para eliminar el último bastión de los militantes antigubernamentales, mientras que Recep Tayyip Erdogan dijo que Turquía estaba preocupada por evitar un baño de sangre y una crisis de refugiados cada vez más grave.

Para ser franco: el voto de Erdogan no debería tener mucho peso en este asunto. Porque fue el presidente turco quien desempeñó un papel clave en el fomento de los mismos grupos terroristas que ahora perduran en Idlib.

Se calcula que hay unos 10.000 combatientes entre una población civil de unos tres millones.

Esos combatientes constituyen los llamados islamistas acérrimos afiliados a la red terrorista de Al-Qaeda. Grupos como Al Nursa, Ahrar al Sham, Nour al Zenki y Daesh. Son especialistas en degollar a los soldados capturados y a los civiles, incluidos los niños, bajo su reinado de terror.

No hay "moderados" entre estos yihadistas. En realidad, nunca los hubo. Esa fue siempre una ilusión cínica que los medios de comunicación occidentales le vendieron al público, obedeciendo a la narrativa de sus agencias de inteligencia estatales que armaron y dirigieron a estos subsidiarios del terror para que hicieran su trabajo sucio de cambio de régimen contra el gobierno sirio.

Ha quedado documentado que el gobierno turco y su inteligencia militar fueron fundamentales para actuar como un conducto encubierto para que las armas y los mercenarios se infiltraran en Siria. Periodistas turcos han sido encarcelados por denunciar esa colusión.

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Así, el turco Erdogan facilitó decisivamente el complot de la CIA estadounidense y el MI6 británico para derrocar al presidente sirio Bashar Al Assad.

Recordemos, también, que fue el gobierno de Erdogan el que supuestamente dirigió las lucrativas rutas de contrabando de petróleo para los terroristas desde el este de Siria como parte del plan de armamento.

Así que, dado el vil perfil de los militantes que permanecen en Idlib y su historial de horror infligido al pueblo sirio, y dado el pasado papel de complicidad de Erdogan en ese horror, el "Sultán del Swing" turco debería escuchar mucho más que hablar sobre qué hacer en Idlib.

Además, probablemente la verdadera preocupación de Ankara es que sabe que los terroristas encerrados en Idlib pueden plantear un inmenso problema de seguridad y de retroceso para Turquía. Ante la inminente derrota y el bloqueo de las rutas de escape, las brigadas degolladoras pueden intentar huir a través de la frontera norte hacia Turquía. Esto, a su vez, traerá consigo importantes riesgos para la seguridad futura de Ankara.

Como comenta el analista político estadounidense Randy Martin: "Los terroristas remanentes que quedan en Idlib son probablemente los oficiales y soldados más duros del campo de batalla, así como el liderazgo de las fuerzas especiales entrenadas a mano de Erdogan y la CIA".

Martin añade:
"Estos escuadrones de terror no tienen adónde ir, ni salvavidas de oro, ni pensión, ni plan de jubilación. Nadie los quiere como refugiados porque son realmente malos. ¿Qué haces con un ejército obsoleto que no tiene adónde ir? ¿Masacrarlos o encontrarles un hogar de acogida? Y no hay quien los acepte en las casas de acogida."
Esto explicaría por qué el turco Erdogan, así como el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo, intentan detener la ofensiva militar contra Idlib. Están tratando de ganar tiempo para minimizar las consecuencias de la profunda complicidad de sus propios Estados en las redes terroristas de Siria.

En cualquier caso, quien tiene el mayor voto en cualquier discusión aquí es el gobierno sirio. En los últimos ocho años, ha sido testigo de cómo grupos terroristas respaldados por la OTAN han convertido a su país y a su nación en un osario. Millones de personas han sido asesinadas o mutiladas, otras han quedado huérfanas y fueron desplazadas. La reconstrucción del país costará billones de dólares.

El embajador de Siria ante las Naciones Unidas, Bashar Al Jaafari, dijo al Consejo de Seguridad la semana pasada que su país procederá a destruir a todos los terroristas en el territorio de Siria.

Por supuesto, huelga decir que el Ejército Árabe Sirio se esforzará por evitar en la medida de lo posible que los civiles sean víctimas de la violencia. El ejército sirio siempre ha actuado de esa manera. Es sólo la propaganda de los medios de comunicación occidentales la que pinta un desprecio gratuito por los civiles.

Sin embargo, la prioridad de Siria es erradicar a todos los terroristas (muchos de ellos extranjeros) de su territorio. ¿Por qué debería permitirse que estos despiadados y bárbaros asesinos establezcan un reino de terror de facto en Idlib o en cualquier otra parte de Siria?

El Presidente ruso Putin lo dijo correctamente en Teherán. Siria tiene el derecho soberano de recuperar el control total de su territorio nacional de las bandas terroristas apoyadas por extranjeros.

Anteriormente, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, dijo que Rusia apoyaría a Siria hasta que todos los grupos armados ilegales fueran totalmente eliminados. Zakharova también hizo la importante observación de que de los tres millones de civiles de Idlib, muchos de ellos en realidad son rehenes de los terroristas que los utilizan como escudos humanos, al igual que la población de Alepo Oriental, Homs, Maloula, Gouta Oriental y muchos otros lugares antes de ser liberados por el ejército sirio y sus aliados rusos, iraníes y de Hezbolá.

Potencialmente, la guerra orquestada por la OTAN contra Siria está llegando a su fin. La ofensiva en Idlib es un capítulo final decisivo.

Desde que Rusia hizo su noble intervención en Siria hace tres años para ayudar a esa nación a derrotar la conspiración extranjera para destruirla, los terroristas subsidiarios apoyados por la OTAN han sido gradualmente rodeados y enviados a Idlib. Algunos observadores habían expresado su preocupación por el hecho de que los militantes parecieran tener acceso a la provincia noroccidental en lugar de ser derrotados en el momento de cada batalla.

Ahora tal vez podamos ver cómo se manifiesta la prudencia estratégica. Las dispares brigadas terroristas que habían merodeado por toda Siria han sido cuidadosamente arrinconadas.

Ellos no han mostrado misericordia alguna con el pueblo de Siria en su pasado servicio malvado a los crímenes imperialistas extranjeros. Aquellos que tengan la capacidad de soportarlo pueden leer muchos de los crímenes bárbaros, relatados por el Dr. Declan Hayes, un activista por la paz irlandés, que visitó Siria durante la guerra.

¿Qué hacer con las ratas acorraladas? Debemos dejar esa decisión en manos del pueblo de Siria, de sus valientes dirigentes y de su heroico ejército. Y luego apoyarlos inequívocamente en su resolución.
Sobre el autor

Finian Cunningham ha escrito extensamente sobre asuntos internacionales en artículos publicados en varios idiomas. Es licenciado en Química Agrícola y trabajó como editor científico para la Royal Society of Chemistry, Cambridge, Inglaterra, antes de dedicarse al periodismo. También es músico y compositor. Durante casi 20 años, trabajó como editor y escritor en importantes organizaciones de medios de comunicación, incluyendo The Mirror, Irish Times e Independent.