En el 11-S, los imperialistas se consideraban lo suficientemente poderosos como para salir impunes del mayor evento de falsa bandera de la historia, ahora, 17 años después, esta realidad está siendo desafiada abiertamente por Rusia.
9/11
Otra guerra imperial, otra bandera falsa. Idlib, la última fortaleza terrorista de Siria está a punto de ser aplastada. En respuesta, el Imperio intenta desesperadamente detener la derrota de sus subsidiarios con otro falso ataque químico planeado, como pretexto para bombardear a las fuerzas árabes sirias. Sólo que esta vez, Rusia, Siria, Irán y otras naciones que están a la vanguardia contra la verdadera guerra contra el terrorismo intentan exponer a Estados Unidos, advirtiéndoles que no sigan adelante con su plan.

El martes pasado, oficiales rusos afirmaron que los militantes se están preparando para usar agentes químicos en Siria, y tienen la intención de culpar al gobierno sirio y al presidente Bashar al-Assad.

Al ser incapaz de asumir sus pérdidas y rechazando la propuesta de Rusia de derrotar juntos al EI (Estado Islámico), EE.UU. ha hecho que para Moscú fuera fácil presionar y exponer cada vez más a EE.UU. con verdades duras. Durante el transcurso del conflicto sirio, Rusia proporcionó repetidamente pruebas de que Estados Unidos utiliza al EI y a otros grupos terroristas relacionados para sus propios fines. Ahora los líderes de Rusia han decidido que es hora de desafiar la narrativa de la falsa bandera de una manera muy pública.

Se está produciendo un verdadero cambio; la realidad de los ataques de bandera falsa del Imperio, en los que se basa para justificar sus guerras de agresión, ya no es una teoría de conspiración. Todavía estamos lejos de que se sepa la verdad sobre el 11-S, pero si alguna vez ocurre, así es como empieza.

Otra línea de tiempo
"Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad". ~ El asesor principal y jefe de estrategia política del presidente George W. Bush, Karl Rove (Fuente)
La "realidad" descrita por Karl Rove provenía de un proyecto llamado el Nuevo Siglo Americano, que anunciaba una era de terror global sin fin, abriendo las puertas del infierno al servicio de la "dominación de espectro completo". Todo ello gestionado por la Fuerza Policial Mundial, exportando el caos de forma directa, con su propio ejército, y desde las sombras (por medio de sus subsidiarios), aplastando a todo posible adversario. Al menos, eso es lo que esperaban.

En su lugar, ha surgido un Eje de Resistencia, liderado por Rusia, y una verdadera guerra contra el terrorismo está ahora en pleno desarrollo, combatiendo la realidad tóxica que estos monstruos psicópatas han intentado imponernos. La falsa guerra contra el terrorismo de Estados Unidos (una verdadera guerra de terror) ha hecho arder 76 países y se ha convertido literalmente en una guerra mundial indirecta. Para contrarrestar la amenaza, Vladimir Putin intervino en Siria y, fiel a su promesa, está ayudando a todos los países acosados por el terrorismo que piden ayuda. O, como explicó el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, Estados Unidos disemina el caos, Rusia apaga los incendios.

Otro frente de batalla es la guerra económica. Rusia, China, Turquía, Irán y muchos otros actores importantes que están avanzando hacia la integración euroasiática comercian cada vez más en sus propias monedas, con vistas a salir progresivamente de la hegemonía del dólar estadounidense. Esto representa una amenaza real para la máquina de guerra estadounidense, que abusa del dólar como moneda de reserva mundial al utilizarla efectivamente para cobrar a todos los demás para apoyar sus aventuras imperiales.

La confianza pública en los principales medios de comunicación occidentales se ha desplomado hasta tal punto que los imperialistas han comenzado a recurrir a la censura total. Un ejemplo reciente es que, coincidiendo con la ofensiva siria contra el enclave terrorista de Idlib, apoyado por Occidente, Youtube cerró todos los sitios de periodismo progubernamental del gobierno sirio y otros relacionados.

A la derrota en la guerra subsidiaria, económica y mediática, se suma la intención de Rusia y China de hacerle jaque mate al Imperio, intentando reformar la ONU y unir al mundo como un frente contra los bravucones que se aprovechan de otros países.

La verdad del 11-S es más relevante hoy que nunca porque Estados Unidos está perdiendo rápidamente su capacidad para proyectar su influencia y poder, y por ende, su capacidad para dar forma y controlar la narrativa global. El Imperio caerá, y cuando se derrumbe queda por ver si alguno de los mitos estadounidenses queda en pie. Ya sea que los imperialistas se den cuenta o no, se les está cerrando el ataúd clavo a clavo.

Los tiranos sólo pueden ser derribados con paciencia y eligiendo el momento indicado. Si EE.UU. no acepta un mundo multipolar y en su lugar decide permanecer en su curso (auto)destructivo actual, se puede esperar que Rusia y otras naciones que están dispuestas a resistir se vuelvan más vocales y obstinadas contra el Imperio. Esto a su vez prepara el escenario para que se revelen verdades aun más profundamente enterradas.

Moscú ha presentado pruebas a la OPAQ y a la ONU del complot de armas químicas de bandera falsa en Idlib. ¿Investigará alguna vez Rusia de forma independiente el 11-S a través de la ONU para detener de una vez por todas el reino imperial del terror? Posiblemente sólo cuando EE.UU. se haya doblegado y no pueda hacer nada al respecto.

Es importante señalar que la humanidad está siendo retenida como rehén, no por algún poder malévolo, sino por su propia ignorancia. La verdad no puede surgir si la opinión pública mundial no lo permite. Así que mientras tanto, nosotros como gente "sencilla" tenemos que seguir dándole a la mentira lo que pide: la verdad.