Los tornados que azotaron este domingo la región medio-oeste de Estados Unidos dejaron al menos 89 víctimas fatales en Joplin, en el estado de Misuri. Así lo confirmó el gobernador del Estado, Jay Nixon, en una entrevista. Agregó que el fenómeno dejó gravemente heridas a unas 400 personas, por lo que la cantidad de muertos podría multiplicarse.

Tras el granizo que, según testigos, llegó a ser del tamaño de una pelota de béisbol, más de 2.000 edificios en el municipio quedaron deteriorados, especialmente el hospital regional St. John, la iglesia y dos colegios de educación media y secundaria. Según los habitantes de la zona, el hospital resultó especialmente afectado por el tornado y quedó prácticamente destruido.

Los meteorólogos calculan que el tornado ha alcanzado un nivel 8-9 según la escala de medición de intensidad de tornados (entre T0 y T10). Las autoridades locales aseguran que la devastación es similar a la que sufrió la localidad de Tuscaloosa, en Alabama, el mes pasado, donde murieron 30 personas.

El diario local de la ciudad, el Joplin Globe, describe en su página web el aspecto desolado que ha dejado el tornado a su paso, con las calles impracticables por la caída de árboles y cortes del suministro eléctrico.

Los trabajadores y vehículos de emergencias continúan peinando la ciudad, en la que viven unos 50.000 habitantes, para ayudar a las personas atrapadas y recoger a los ciudadanos heridos con el fin de trasladarlos a los hospitales más cercanos.

El tornado que ha asolado Joplin forma parte de una cadena de tormentas que atravesó algunos estados del medio oeste de Estados Unidos, como Wisconsin, Minesota y Misuri. En Mineápolis, los tornados han provocado el cierre de carreteras y autovías por la caída de árboles y tendidos eléctricos, además de haber provocado fugas de gas y la destrucción de numerosas viviendas.

Las autoridades advierten que los tornados continuarán en las próximas horas en la zona del medio oeste del país y recomiendan a la población buscar refugios seguros.