La FDA, la agencia estadounidense de medicamentos, ha aprobado un nuevo fármaco antidepresivo llamado Spravato (esketamina), del laboratorio Janssen. Se trata de un tratamiento que venden en formato de spray nasal y está indicado para la depresión profunda en personas adultas para las que no haya sido efectivo otros de estos fármacos ya existentes. Pero no es oro todo lo que reluce, os cuento.
spravato
El medicamento como viene siendo habitual llega cargado de polémica sobre todo en torno a su eficacia. Cuenta desde Redacción Médica que Spravato se evaluó en tres ensayos clínicos a corto plazo (cuatro semanas) y en un ensayo de mantenimiento del efecto a más largo plazo.

En los tres estudios a corto plazo, los pacientes fueron aleatorizados para recibir Spravato o un aerosol nasal de placebo. En uno de los ensayos a corto plazo, el fármaco demostró un efecto estadísticamente significativo, en comparación con el placebo, sobre la gravedad de la depresión. Los otros dos ensayos a corto plazo no cumplieron con las pruebas estadísticas preespecificadas para demostrar la efectividad".

Es decir, en uno sólo de los análisis parece que es algo más efectivo que el placebo, la sustancia inerte con la que suelen comprarse los nuevos fármacos, y en tres no demuestra su efectividad.

En el ensayo para comprobar su efectividad a largo plazo, los enfermos en remisión estable o con respuesta estable que continuaron el tratamiento con Spravato, más un antidepresivo oral, experimentaron un tiempo significativamente mayor para la recaída de los síntomas depresivos, en comparación con los pacientes que recibieron placebo en aerosol nasal más un antidepresivo oral.

Habrá que tomar con cautela esos anuncios sobre su efectividad pues cuando se anunció la entrada al mercado de antidepresivos como Prozac o Paxil su efectividad fue "enormemente exagerada". Esto suele ser un ritual más del marketing de los nuevos tratamientos. Los resultados de los ensayos de la esketamina en spray han sido pagados y realizados por Janssen.

Se da la circunstancia de que el grupo de los fármacos antidepresivos está muy señalado por su baja efectividad. Los estudios controlados y aleatorizados muestran que los antidepresivos en el trastorno depresivo mayor son apenas superiores al placebo.

Así que lo mismo las autoridades sanitarias estadounidenses, tan proclives a aprobar cualquier tratamiento que tenga una eficacia un poquito mejor que la de un placebo (osea la nada), han dado su visto bueno a Spravato porque el ámbito de los antidepresivos es deprimente.

Sin embargo, como cuentan esos estudiosos, en la práctica los medicamentos antidepresivos son el principal recurso clínico, vaya que pese a su poca utilidad se recetan mucho. Si fracasa un primer intento con alguno de esos productos pues se cambia de marca o de dosis o se combinan varios principios activos.

Como argumentan en ese trabajo, publicado en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría:
"El STAR*D es el estudio más amplio y de mayor duración (siete años) realizado nunca con objeto de evaluar el tratamiento de la depresión. Un estudio probablemente 'irrepetible en una generación', con un coste de más de 35 millones de dólares.

Muestra que las recomendaciones y las prácticas dominantes de su época en el manejo de los AD, similares a las actuales, no están basadas en pruebas, ni siquiera procedentes 'del mundo real'. No puede, de ninguna manera, reivindicarse como el estándar de atención para la práctica psiquiátrica".
La cifra total de remisión de las depresiones a los doce meses de seguimiento fue del 2,7% según uno de los principales estudios sobre ello.

Aún así, las principales guías clínicas que manejan los médicos siguen recomendando el modelo de tratamiento con antidepresivos en fases, como cuentan los investigadores de ese enlace.

Lo has entendido bien y cabe preguntarse si no estamos ante un nuevo caso de pseudociencia institucionalizada porque se recetan medicamentos antidepresivos sin ciencia, sin mayor efecto que el placebo, en contra del interés de los enfermos. En la cultura de la psiquiatría basada en la evidencia, los ensayos clínicos se consideran el estándar de oro de la investigación y la mejor fuente probatoria.

Sí, pero cuando sus resultados sobre los psicofármacos no coinciden con las creencias y prácticas dominantes, es frecuente apelar a variadas excusas para justificar la práctica institucionalizada.

Este es el panorama deprimente en el que surge el nuevo fármaco para la depresión (profunda, grave). El nuevo spray nasal, por cierto, es un derivado de la famosa ketamina, un potente anestésico que también se usa de manera "recreativa". Los efectos secundarios anunciados para Spravato fueron: mareos, náuseas, sedación, vértigo, disminución de la sensibilidad o sensibilidad, ansiedad, letargo, aumento de la presión arterial, vómitos y sensación de embriaguez.

Pero hay que tener en cuenta que como pueden agravarse situaciones por su potencial sedante y su uso indebido en USA sólo se administra mediante un programa muy restringido. Sobre los efectos secundarios de la ketamina sabemos que produce alucinaciones, alteración de la atención y la memoria.

Además bradicardia, hipertensión, arritmias, depresión respiratoria leve y reacciones distónicas. Una sobredosis del fármaco puede causar aumento de la presión intracraneal e intraocular, convulsiones, insuficiencia cardiorrespiratoria, polineuropatía, trismus e hipertonía muscular.

Cuando tratamos sobre medicamentos antidepresivos no podemos olvidar que por ejemplo, la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) estuvo ocultando los riesgos de suicidio del medicamento antidepresivo Paxil durante mucho tiempo. Es bien conocida esa gravísima reacción adversas a este tipo de tratamientos que puede conducir a la muerte.

En USA ha habido sentencias judiciales favorables a personas que se han quitado la vida tras consumir este tipo de medicamentos.