(España) - El sector agrícola se está viendo muy afectado y este año la baja pluviometría causará estragos en algunos de los productos tradicionales de la huerta de la isla. Si lo óptimo para una buena cosecha es que llueva en la isla unos 400 o 450 litros y sea de forma repartida a lo largo de todo el invierno, en esta ocasión ni una cosa ni la otra, a lo sumo han caído 150 litros y fue hacia los meses de octubre y noviembre, de forma que apenas ha vuelto a llover desde entonces.
Farmers irrigating with water from a tank to alleviate the effects of the drought that affects the island this year, and because the irrigation water from Canal Gestión is not guaranteed to all areas of the island.
Los agricultores riegan con agua de un depósito para paliar los efectos de la sequía que afecta a la isla este año, y porque el agua de riego del Canal Gestión no está garantizada en todas las zonas de la isla.
Esta falta de lluvia ha propiciado que este año la cosecha de cebolla haya sido inexistente, por primera vez en la historia. Según las consultas realizadas, por primera vez en la isla no se ha empaquetado ni un solo saco de bolla, aseguran fuentes consultadas del sector, cuando Lanzarote llegó a cotas de producción a finales de los 80 que alcanzaron los 25 millones de kilos.

El declive de este producto por excelencia ligado a la agricultura de la isla se ha debido además de a la falta de agua a otros factores, como por ejemplo a la falta de previsión, al no haberse efectuado una limpieza genética de la variedad que se venía cosechando en la isla (la grano de oro), lo que ha hecho que haya ido perdiendo con los años calidad y tenga menor demanda que otras variedades existentes en el mercado. Todo ello ha propiciado el hundimiento de esta cosecha, de forma que la poca cebolla que se ha plantado ha sido de forma isla, pero no intensiva como solía ser tradicional.

Sin embargo, este año sí ha podido salvarse la cosecha de ajillo, que llegará a unos 85.000 kilos, según fuentes del sector. El hecho de que esta variedad se plante en septiembre y no como la cebolla que se planta habitualmente en diciembre, ha hecho que se haya podido beneficiar de los pocos litros de lluvia que el cielo ha dejado en la isla desde entonces.

Otros productos que siguen mantenido a flote el sector agraria de la isla también se van a ver muy afectados por la falta de lluvia. Es el caso de la papa y la uva, cuyas producciones se estima que se verán reducidas a la mitad de las cosechas que se obtuvieron en 2018. En el caso de la producción de uva, el sector ya apunta a que este año se estima que no puedan rebasarse los 2 millones de kilos, frente a los casi cuatro que se obtuvieron el pasado año, siendo aquella una de las cosechas más generosas que se recuerdan en décadas.

Además, la sequía no solo está pasando factura al sector agrario en general, salvo en aquellas zonas de la isla a donde llega el agua de riego, sino que también está teniendo consecuencias en la ganadería. De este modo el campo está muy seco y apenas hay alimento para el ganado, lo cual hace que el sector tenga que recurrir a alimentar a los animales a base de piensos alfalfa y paja traída de la península, lo que dispara drásticamente los gastos para el sector.