La ciencia ha llegado a lugares impensados con el paso del tiempo y no planea detenerse. Ahora, un equipo de investigadores ha logrado crear con éxito una quimera de humano y mono.
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El grupo de científicos del Instituto Salk de EEUU y la Universidad Católica de Murcia (UCAM), liderado por el español Juan Carlos Izpisúa, modificó genéticamente los embriones de mono para inactivar genes necesarios para la formación de sus órganos. Posteriormente, inyectaron células humanas capaces de generar cualquier tipo de tejido.

El resultado fue una quimera con células tanto de mono como humanas. Sin embargo, el experimento, llevado a cabo en China para evitar los problemas legales que se podrían crear en países con legislaciones más estrictas, no llegó a término, ya que se decidió interrumpir la gestación.

Por consenso internacional, todos los cruces creados en laboratorio con células de humanos y otras especies son interrumpidos a los 14 días de gestación para que no se desarrolle el sistema nervioso central humano. Así, se busca evitar los problemas éticos que se pueden presentar.

El experimento realizado por el equipo de Izpisúa tiene como objetivo avanzar en la generación de órganos para trasplante. No obstante, este avance no significa que la posibilidad de convertir a los animales en incubadoras de órganos para los humanos esté cerca.

"Se abre una vía de investigación, no una fábrica de órganos", señaló Ángel Raya, director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, citado por El País.

El equipo liderado por el científico español no es el único en realizar avances en esta línea de investigación.

El biólogo japonés Hiromitsu Nakauchi fue el primero en crear quimeras de rata y ratón en 2010 y ahora que Tokio levantó la prohibición que impedía llevar la gestación de cruces con células humanas a término es lógico esperar más experimentos en esta dirección.