Una mujer británica perdió tres extremidades a causa de una horrorosa enfermedad después de ir al médico con una tos.
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El problema comenzó en abril del 2016 cuando desarrolló lo que creía que era una tos. "Tenía una tos bastante fuerte y tosía flema oscura. Estaba empeorando y pensé que era un virus", relata Jayne Carpenter de 51 años oriunda de Gales.

Al día siguiente, la mujer se despertó y sintió que le faltaba el aliento y que no podía caminar a ninguna parte. Siendo enfermera de profesión, no se preocupó mucho pensando que era algo trivial y que pronto pasaría.

Jayne describió sus síntomas a su médico de cabecera local, quien le aconsejó ir a las emergencias, pero no sospechó que tenía las primeras etapas de una sepsis mortal. Inicialmente le dijeron que tenía neumonía, luego su condición comenzó a deteriorarse rápidamente y entró en coma.

Jayne pasó las siguientes nueve semanas en el hospital luchando por su vida. Tres años después de su terrible experiencia, está recaudando fondos para nuevas extremidades artificiales que, según ella, transformarán su vida.

Cuando su vida dio un vuelco, le dijo a su esposo Robert, de 55 años, que podía dejarla si así lo deseara. No obstante, Robert se quedó a su lado.


En total perdió cuatro de sus dedos en la mano derecha, el brazo izquierdo por debajo del codo y ambas piernas.

Jayne afirma que los últimos tres años de recuperación le han traído grandes desafíos: "Ha habido tres puntos este año en los que estuve a punto de terminar mi propia vida, ha sido horrible. No puedo ponerme mis propias joyas, mi marido me pone los zapatos, todo esto me quita la feminidad".

Pese a todo esto, la mujer continúa luchando por mejorar la calidad de su vida y da conferencias para informar a la gente de los peligros de sepsis.

La sepsis es una respuesta inmunitaria desbalanceada frente a una infección, que termina dañando los tejidos y órganos de una persona y puede ser mortal.