Traducido por el equipo de Sott.net en español

Las autoridades australianas trabajan bajo la premisa de que los pirómanos y los rayos son los culpables de los incendios forestales que han devastado numerosas zonas del país, y no el "cambio climático" como muchos alarmistas del calentamiento global han afirmado.
firenado australia 2020
© YouTube/3W-News
Desde noviembre, los incendios han golpeado varias regiones del estado de Nueva Gales del Sur, destruyendo miles de edificios y matando al menos a 22 personas.

A pesar de que los incendios forestales no son poco comunes en Australia, la gravedad de los daños llevó a numerosos alarmistas del cambio climático a culpar del desastre al calentamiento global provocado por el hombre.

A principios de esta semana, Bernie Sanders culpó a quienes estaban "retrasando la acción sobre el cambio climático" por "el cielo rojo sangre y el aire irrespirable en Australia debido a los furiosos incendios forestales".

Sin embargo, según los encargados de investigar los incendios, el cambio climático no tiene nada que ver.


"La policía está trabajando ahora en la premisa de que los incendios provocados son los responsables de gran parte de la devastación causada en esta temporada de incendios forestales", informa 7 News Sydney.

Las autoridades del país han formado la Strike Force Indarra, compuesta por detectives de las unidades de homicidios e incendios provocados en un intento por encontrar a los culpables.

Otras causas de los incendios incluyen rayos y un fenómeno meteorológico natural llamado Dipole, que tampoco tiene nada que ver con el cambio climático provocado por el hombre.

Muchos incendios forestales también son causados por políticas ecológicas "verdes" que impiden a los propietarios de las tierras limpiar su propia vegetación para protegerse.

"Los gobiernos que apaciguan a la bestia verde han ignorado numerosas investigaciones estatales y federales sobre incendios forestales durante la última década, casi todas las cuales han recomendado aumentar la práctica de la "quema prescrita", escribe Miranda Devine. "También conocida como "reducción de riesgos", es un régimen metódico de quemar la cubierta vegetal inflamable en los meses más fríos, de manera controlada, para no alimentar los inevitables incendios forestales de verano".

Como siempre con los alarmistas del cambio climático, no dejan que los hechos se interpongan en el camino de una buena toma de poder.