Traducido por el equipo de Sott.net en español

Los dudosos procedimientos judiciales en el centro de detención de la Bahía de Guantánamo (Gitmo) continúan para promover la idea de justicia para las víctimas del 11 de septiembre. Lamentablemente, estos procedimientos no representan una administración de la ley sino una afirmación no declarada de que la Guerra Mundial contra el Terrorismo está por encima de la ley. Y más importante aún, las fechorías de Gitmo tienen un objetivo obvio: perpetuar la ignorancia voluntaria de los crímenes del 11-S.
Guantanamo bay detainee torture
Sin embargo, hay un peligroso problema ignorado en el tribunal de Guantánamo, y si alguna vez lo reportan, podría derribar el castillo de naipes de la tortura y el terrorismo.

Los reporteros que cubren Guantánamo siguen llamándolo un juicio, pero no es un juicio, es un "tribunal militar". Continúan llamando al sitio "Campo de la Justicia" cuando la justicia está tan lejos del centro de detención como nunca lo ha estado de cualquier obra humana. Lo que no hacen es pensar críticamente sobre la información que están repitiendo como loros a partir de fuentes judiciales.

La historia es profundamente absurda. Los sospechosos fueron brutalmente torturados y retenidos sin cargos hasta 18 años. Las supuestas pruebas obtenidas de la tortura se hicieron secretas. Luego los registros de la evidencia secreta de la tortura fueron destruidos ilegalmente. Después la evidencia secreta simplemente resultó ser completamente falsa. Los oficiales del FBI y la CIA comenzaron a burlarse de todo el asunto, poniendo micrófonos ocultos en las salas de discusión de los equipos de defensa e insertándose encubiertamente como traductores y miembros de los equipos de defensa.

No se trata sólo de una violación extrema de los derechos humanos y una total falta de respeto a la ley. Dentro de esta secuencia de estupidez se encuentra la madre de todos los descuidos. Es decir, la evidencia secreta que resultó ser falsa fue usada como base para el informe The 9/11 Commission Report (El reporte de la comisión sobre el 11-S).

Al centro de la ignorancia deliberada de los medios está el "prisionero eterno" Abu Zubaydah, el primer presunto líder de Al Qaeda capturado y torturado. En 2009, el gobierno de EE.UU. comenzó a corregir su expediente admitiendo, en procedimientos de habeus corpus, que Zubaydah nunca estuvo asociado con al Qaeda y que no tuvo ningún papel ni conocimiento de los ataques del 11 de septiembre. El hecho de que Zubaydah nunca estuviera asociado con Al Qaeda ya no es cuestionado por nadie y se repite regularmente en la prensa convencional. Lo que no se menciona es la asombrosa implicación de esa admisión.

El "testimonio por tortura" de Abu Zubaydah fue usado para construir la narrativa oficial del 11-S que aún hoy es aceptada como un hecho.

Compruébelo usted mismo. Haga una búsqueda rápida de la palabra "Zubaydah" en el informe The 9/11 Commission Report. Lo encontrará 52 veces. Al leer estas referencias y afirmaciones, pregúntese: ¿cómo un hombre que el gobierno ahora dice que no tiene nada que ver con Al Qaeda pudo saber alguna de estas cosas? ¿Cómo pudo ser un facilitador de viajes clave para los operativos de Al Qaeda cuando no estaba asociado de ninguna manera con Al Qaeda? ¿Cómo pudo Zubaydah dar cuentas detalladas de los planes de Osama bin Laden y Khalid Sheikh Mohammed (KSM) para el 11-S cuando no tenía conocimiento de esos planes?

Desvincular a Zubaydah de al Qaeda causa tantos problemas para la narrativa oficial de al Qaeda y el 11-S que gente como Lee Hamilton, el copresidente de la Comisión del 11-S, simplemente adquiere amnesia cuando se le pregunta por él.

Como se ve en el Informe de la Comisión del 11-S, el relato oficial comienza con la vinculación de "Mukhtar" (KSM) con el "teniente de al Qaeda Abu Zubaydah", que ahora sabemos que nunca estuvo asociado con al Qaeda. Tanto el interrogador del FBI Ali Soufan, en un artículo de opinión del New York Times de 2009, como el Vicepresidente Dick Cheney, en su libro de 2011, afirmaron que Zubaydah (que nunca tuvo ningún conocimiento ni conexión con el 11-S) identificó a KSM como el "cerebro de los ataques del 11-S". Tanto el relato oficial del 11-S como el falso juicio en curso en Guantánamo procedieron de ahí.

Pero nada de eso era cierto.

El último crimen del 11-S es que este hecho no se haya denunciado. Los medios de comunicación admiten que Zubaydah nunca estuvo asociado con Al Qaeda pero ignoran por completo las devastadoras consecuencias de esa admisión. La falsa historia oficial del 11-S es la causa principal y la justificación continua de crímenes aún peores: 1) guerras de agresión en múltiples países que han destruido millones de vidas, 2) la aceptación por parte del público de la tortura y la detención indefinida, y 3) la vigilancia masiva y un ataque general a la libertad.

En lugar de informar de que el fundamento de esos delitos mayores ha sido demolido, los medios de comunicación reducen el tema a un debate sobre cómo la tortura es mala pero tal vez sigue estando justificada por el beneficio resultante. Por supuesto, la tortura es mala pero el asesinato en masa es mucho peor, ¡y la justificación tanto para las guerras como para la tortura es ahora insostenible! Hasta que los medios de comunicación no informen de este hecho no habrá justicia para las víctimas del 11-S ni para las víctimas de las guerras y la tortura resultantes.

Sabemos que hay muchas anomalías sorprendentes y hechos inexplicables sobre el 11-S que aún no han sido resueltos. Pero el falso juicio de Guantánamo es en realidad un absurdo crimen final en la historia del 11-S, ya que se representa como un intento de justicia, y sin embargo cada día incluye más elementos ridículos.

Por ejemplo, el arquitecto del programa de tortura impulsado por la CIA afirmó recientemente que actuaba en nombre de las familias del 11-S y que lo haría de nuevo.

Se ha fijado el inicio oficial de los procedimientos finales en enero de 2021, en consonancia con el ciclo de noticias del vigésimo aniversario y volviendo a hacer hincapié en que la propaganda es el objetivo principal. La narrativa de la propaganda se centra en grabar en piedra la falsa historia oficial y normalizar aún más la tortura.

Tristemente, los reporteros y editores que cubren estos eventos no parecen tener interés en cuestionar ninguna parte sustancial de la historia. Esperemos que a uno o más de ellos les vuelva la razón y demuestren que esa sospecha es errónea.