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Las repetidas y fuertes réplicas registradas desde hace días en la ciudad neozelandesa de Christchurch, aumentan hoy el temor en sus pobladores, víctimas de un devastador sismo de 6,3 grados en febrero último que mató a 181 personas.

Los temblores de esta mañana elevaron las alertas en los habitantes de Christchurch, ante la posibilidad de experimentar consecuencias similares a las vividas hace apenas cuatro meses. El pasado lunes dos terremotos sacudieron esa ciudad ubicada en el sur de Nueva Zelanda, dejando un muerto y 45 heridos, según reportes de las autoridades locales.

Ambos sismos, de 5,2 y 6,3 grados en la escala de Richter, y con una diferencia de apenas 80 minutos, causaron deslizamientos de tierras que aterrorizaron a los habitantes de esa urbe, donde de inmediato se inició la evacuación por la policía.

Cerca de 50 infraestructuras sufrieron daños, y varios edificios se desplomaron, principalmente en el centro de la ciudad, de acuerdo con el Centro Nacional de Gestión de Crisis.

Los temblores telúricos provocaron incendios, desprendimientos de rocas, inundaciones, y causaron el corte de electricidad en unos 10 mil hogares del este de la ciudad, además de destrozar tuberías y desagües. Expertos consideran que de mantenerse la secuencia de sismos, cuyas réplicas suman 30 en el curso de esta semana, Christchurch podría sufrir otra catástrofe devastadora próximamente.

Por su parte autoridades locales advirtieron a los residentes que permanezcan en sus hogares y utilicen las reservas de agua de emergencia.
Nueva Zelanda, país insular de Oceanía, se asienta sobre el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico y por ello experimenta más de 14 mil temblores cada año.