La debacle de los precios del petróleo mantiene en vilo a las compañías estadounidenses productoras de esquisto ante el temor de que se produzca una nueva ola de bancarrotas.
esquisto
© REUTERS / Lucy Nicholson
El negocio del esquisto, el crudo que se extrae mediante la fractura hidráulica, se considera rentable con los precios por encima de los 40 dólares, ahora mismo el petróleo WTI, el de referencia en Estados Unidos, se cotiza a 31,03 dólares el barril.

Los precios del crudo se hundieron después de que los países de la OPEP, liderados por Arabia Saudí, y 10 productores independientes, entre ellos Rusia, pusieron fin a los recortes petroleros a partir del 1 de abril al no lograr consensuar una prórroga de la iniciativa que estaba vigente desde principios de 2017.

Arabia Saudí buscaba una reducción petrolera más drástica, mientras que Rusia y otros productores independientes abogaban por mantener sin cambios los recortes acordados antes.

El 8 de marzo, algunos medios afirmaron que Arabia Saudí, el mayor productor de la OPEP, planeaba inundar el mercado con 12 millones de barriles diarios desde abril.

Caídas estrepitosas

"Los que realmente se verán afectados por esto serán los pequeños perforadores de petróleo de esquisto bituminoso altamente endeudados que operan en Texas", dijo John Kilduff, socio fundador de Again Capital, un fondo de cobertura con sede en Nueva York.

Tras la caída de los precios del crudo, la empresa EOG Resources perdió un 32%, Parsley Energy cayó un 39%, Diamondback Energy se hundió un 44,7% y Continental Resources se desplomó un 52,5%.

La compañía Occidental Petroleum anunció el 10 de marzo que reducirá sus gastos de capital a 3.500 millones de dólares desde 5.400 millones y además recortará costos operativos y corporativos.

En un intento de frenar la caída severa, el Gobierno estadounidense ordenó suspender la venta de crudo de las reservas estratégicas del país.

Durante la anterior crisis petrolera de 2015-2016, casi 200 productores de petróleo de esquisto se declararon en bancarrota, según un reciente informe de la firma de abogados Haynes & Boone.

Solo en 2019 al menos 26 empresas presentaron solicitudes de quiebra.

Los nubarrones para el esquisto estadounidense parece que no se despejarán pronto, porque Saudi Aramco, la petrolera estatal de Arabia Saudí, anunció que el Gobierno le ordenó aumentar la producción a 13 millones de barriles diarios.

​Yumna al Hamaki, profesora de la Universidad Ain Shams de Egipto, sostuvo que el mercado cambió después de que Estados Unidos empezó a extraer el petróleo de esquisto y se convirtió de importador a exportador, lo que disminuye la posibilidad de los países petroleros para controlar los precios.

Arabia Saudí, agregó la experta, cree que la fórmula de producir menos y vender caro tal vez no funcione por eso aspira a expandir la extracción.

"Los saudíes tienen una ventaja frente a los otros Estados y es que su costo de producción es muy bajo. Incluso con los precios bajos los saudíes seguirán ganando a diferencia de los otros productores", subrayó.

Los bajos precios amenazan a EEUU

Los precios bajos del petróleo podrían también destronar a Estados Unidos como el mayor productor del mundo debido a su fuerte dependencia de la industria del esquisto, un sector que requiere la permanente inyección de capital.


Comentario: Vea también:

Arabia Saudita hizo caer el precio del ‎petróleo a 31 dólares el barril:
La nueva política de precios de Arabia Saudita ha sido interpretada como un ataque frontal a la ‎estrategia petrolera de Rusia, pero es particularmente peligrosa para la estrategia de la ‎administración Trump en el sector de la energía ya que pone en peligro la industria ‎estadounidense de extracción de petróleo de esquistos, la cual necesita un precio de al menos ‎‎45 dólares el barril para mantener su rentabilidad. Por consiguiente, esta actitud del reino ‎saudita puede ser interpretada como una maniobra deliberada contra Estados Unidos tendiente a ‎contrarrestar todo intento estadounidense de desestabilizar Arabia Saudita [1].‎



'Según un reciente informe del Instituto de Petróleo de EEUU (API), más del 95% de los pozos de gas natural y petróleo de Estados Unidos a día de hoy se desarrollan utilizando la fractura hidráulica.

Tecnológicamente, el 'fracking' es la razón principal por la que Estados Unidos es el principal productor mundial de gas natural y petróleo, sostiene API.

La mayor región petrolera de Estados Unidos es la Cuenca Pérmica de Texas y Nuevo México.

Los productores de esquisto necesitan un constante flujo de caja libre con créditos baratos para perforar más pozos y así mantener el nivel de extracción, su principal desventaja frente a la técnica convencional.

​Por ahora, los ganadores obvios del colapso petrolero son aquellos que han estado vendiendo crudo en corto, como Tariq Zahir, ejecutivo del fondo Tyche Capital Advisors en Nueva York.
"Veo un camino más largo hacia abajo para el petróleo desde aquí, y voy a vender ante cualquier rebote que vea", dijo Zahir a Sputnik.