El equipo del político demócrata Joe Biden dice haber visto la mano de Rusia en el reciente escándalo que se produjo en Ucrania y con el que se perseguía dañar su campaña electoral, escribe el periódico The Washington Post. Un politólogo ruso analizó si puede influir de alguna manera lo revelado hasta ahora en la situación política en EEUU.
Joe Biden
© REUTERS / Carlos Barria
El diputado ucraniano Andréi Derkach publicó las grabaciones de una conversación telefónica que el expresidente del país, Petró Poroshenko, sostuvo en 2016 con el entonces vicepresidente de EEUU, Joe Biden. El objetivo al publicarlas es dañar la reputación del ahora aspirante del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del 2020, apuntan desde el equipo de Biden.

En el audio Biden aborda con Petró Poroshenko muchas decisiones políticas que deberían tomarse en Ucrania, incluido el despido del fiscal general Víctor Shokin.

"Ellos editaron [la grabación] mucho y sigue siendo una hamburguesa de nada que ha aterrizado con un ruido sordo", destacó el portavoz de Biden, Andrew Bates.

Según publica en un comunicado enviado al canal ucraniano Canal 5 el partido político de Poroshenko, Solidaridad Europea, la difusión de estos fragmentos forma parte de una provocación rusa que fue diseñada para empañar a Ucrania y arrastrarla artificialmente a la campaña presidencial de Estados Unidos.

Teniendo en cuenta todas estas acusaciones sin base, el director de la Fundación Franklin D. Roosevelt de la Universidad Estatal de Moscú, Yuri Rogulev, considera que es poco probable que la revelación haya podido representar riesgo alguno para la campaña presidencial de Biden. Además, no hay nada nuevo en la información recientemente revelada sobre los lazos de Washington con Ucrania, señaló el politólogo en una conversación con el medio ruso Gazeta.ru.

"No creo que esto afecte de alguna manera a la situación política interna en Estados Unidos. Lo único que puede influir sobre ella es la historia del hijo de Biden", destacó el experto, agregando que esta información daña la biografía de Hunter Biden.

A su vez, el abogado de Donald Trump, Rudolph Giuliani, afirmó que el equipo del presidente estadounidense ya había acumulado pruebas suficientes contra el exvicepresidente. Según el letrado, entre la empresa ucraniana de petróleo y de gas Burisma y la estadounidense American Wirelogic Technology existió un completo esquema para lavar dinero, gracias al cual el hijo de Biden recibió alrededor de tres millones de dólares.

Rogulev está seguro de que la Administración Trump espera el momento adecuado para hacer públicas estas pruebas.
"Actualmente, casi no se está llevando a cabo la campaña electoral. Así que no tiene ningún sentido mostrar todas las cartas. Si el equipo de Trump lo hace ahora, para noviembre todos olvidarán la jugada", señaló.
A día de hoy, la campaña electoral en EEUU está paralizada debido a la pandemia. Esta situación beneficia solo a Donald Trump porque el mandatario estadounidense frecuentemente tiene público, mientras que Biden no puede influir directamente sobre la situación política.

Una vez que se publicaron las susodichas grabaciones de voz, los republicanos pasaron a forzar una investigación sobre las actividades del hijo de Joe Biden en Ucrania, Hunter, quien en 2014 formó parte de la junta directiva de Burisma.


El 20 de mayo el Comité de Seguridad y Asuntos Gubernamentales del Senado de EEUU apoyó con una mayoría de votos la decisión de exigir bajo la amenaza de sanciones a la empresa Blue Star Strategies que presentase documentos sobre la consultoría que había ofrecido en su día a Burisma. Dichos papeles están relacionados con las actividades de Hunter Biden. Los republicanos quieren investigar las sospechas de que hubo un conflicto de intereses entre su trabajo en Ucrania y el que su padre desempeñaba en la Administración Obama cuando trataba con el país eslavo, escribe el medio alemán Deutsche Welle.