Ya no se trata solo de tortugas o de ballenas, sufriendo las consecuencias de nuestra contaminación plástica. Por primera vez, un equipo de científicos de la Universidad de Florida Central (EE.UU.) ha descubierto y cuantificado microplásticos en 63 aves rapaces de distintas especies, terrestres y acuáticas (incluidos halcones, águilas pescadoras o búhos) en la zona de Florida.
istock
© istock
Los microplásticos o microesferas son pequeñas piezas o trozos de plástico, de menos de 5 milímetros, que provienen de plásticos más grandes como ropa sintética, pasta dental, jabones o cremas exfoliantes y, que permanecen en el medio ambiente en altas concentraciones, sobre todo en los ecosistemas marinos y lacustres.

Ahora, el nuevo estudio publicado en la revista Enviromental Pollution, revela el triste hallazgo de hasta 1.200 piezas de microplásticos en el interior de un gran abanico de aves rapaces. Y es que la acumulación de microplásticos en sus sistemas digestivos podría provocar envenenamiento, inanición y muerte. Y no solo esto, recordemos que las aves rapaces son críticas para el buen funcionamiento del ecosistema.

"Las aves rapaces son los principales depredadores en el ecosistema y al cambiar la población o el estado de salud del depredador superior, altera por completo a todos los animales, organismos y hábitats debajo de ellos en la red alimentaria", afirma Julia Carlin, del departamento de Biología de la UCF y líder del estudio.

El plástico no se descompone

Los investigadores diseccionaron el contenido del estómago de 63 aves rapaces halladas muertas en Florida que representan ocho especies diferentes. Encontraron microplásticos en cada una de ellas, lo que equivale a un total de casi 1.200 piezas de microplásticos. Las aves estaban muertas antes de llegar al centro de investigación o habían muerto dentro de las 24 horas posteriores a la llegada sin consumir alimentos durante el cautiverio. Las microfibras azules y transparentes representaban la gran mayoría (86%) del total de plásticos, seguidas por una variedad de otros microfragmentos (13%), macroplásticos (0,7%) y microperlas (0,3%).

Algo más de 60 aves rapaces no representa un gran tamaño de muestra en un trabajo de investigación, por lo que no es posible llegar a conclusiones firmes sobre cuán generalizado es el problema en la zona o incluso en todo el estado. Sin embargo, los expertos sostienen que sus resultados muestran claramente una tendencia claramente preocupante.

"Las aves rapaces son los principales depredadores en el ecosistema y al cambiar la población o el estado de salud del depredador superior, altera por completo a todos los animales, organismos y hábitats debajo de ellos en la red alimentaria", Julia Carlin, autora principal del estudio. y un graduado del Departamento de Biología de la UCF, dijo en un comunicado.

Ya en la década de 1960 los científicos observaron por primera vez la ingestión de grandes piezas de plástico por los animales, y la ingestión de microplásticos comenzó alrededor de 2010, según exponen los autores.

Estudios anteriores han documentado cantidades crecientes de microplásticos en los intestinos de peces, aves marinas e invertebrados que se alimentan por filtración, como las ostras. También ha habido informes recientes de ballenas que mueren por comer decenas de kilos de plástico, incluido bolsas de plástico. Sin embargo, las aves rapaces no se habían examinado a fondo antes, en parte debido a su estado de protección.

Cada vez hay más y más evidencia científica que muestra que la contaminación microplástica tiene un efecto perjudicial sobre la vida silvestre y los ecosistemas que la sustentan. Claramente, los microplásticos más grandes pueden ser un peligro cuando se ingieren, ya que pueden quedar alojados en su tracto digestivo, pero también hay evidencia que sugiere que incluso piezas pequeñas podrían tener un efecto tóxico en los animales.

Qué hacer

En cuanto a las soluciones, los expertos afirman que eliminar los desechos plásticos de los vertederos abiertos (para que las aves no puedan cogerlos), adaptar las instalaciones de tratamiento de agua para capturar microplásticos y cambiar a fibras naturales en la industria textil, podría ayudar.
Referencia: Julia Carlin, Casey Craig, Samantha Little, Melinda Donnelly, David Fox, Lei Zhai, Linda Walters. Microplastic accumulation in the gastrointestinal tracts in birds of prey in central Florida, USA. Environmental Pollution, 2020; 264: 114633 DOI: 10.1016/j.envpol.2020.114633