Si bien es sabido que los síntomas entre los menores de edad con COVID-19 son leves, las infecciones están aumentando y el impacto a largo plazo en su educación, nutrición y bienestar puede marcar su vida. La de toda una generación.
Por ello, Unicef pide desterrar el mito de que los niños y niñas apenas se están viendo afectados por la pandemia. "Nada podría estar más lejos de la verdad", aseguró Henrietta Fore, la directora ejecutiva de Unicef, según una noticia de ONU.
El informe de Unicef concluye que, al 3 de noviembre, en 87 países uno de cada nueve niños y adolescentes menores de 20 años tenían COVID-19. En otras palabras, el 11% de los 25,7 millones de infecciones notificadas por estos países. No obstante, Unicef señala que se necesitan datos más fiables sobre infecciones, muertes y pruebas para comprender mejor cómo la crisis afecta a los más vulnerables para poder orientar mejor una respuesta.
En el documento también se destaca que, con las medidas adecuadas, es mejor tener las escuelas abiertas que cerradas. Las escuelas no son el principal impulsor de la transmisión comunitaria y los niños tienen más probabilidades de contraer el virus fuera de los entornos escolares. En noviembre de 2020, 572 millones de estudiantes se vieron afectados por el cierre de escuelas en 30 países: el 33% de los estudiantes matriculados en todo el mundo, indica Unicef.
Los datos de encuestas que Unicef realizó en 140 países revelan que:
- Alrededor de un tercio de los países analizados registró una caída de al menos el 10% en la cobertura de servicios de salud como vacunación de rutina, atención ambulatoria de enfermedades infecciosas infantiles y servicios de salud materna. El miedo a la infección es una razón importante para no acudir al centro médico.
- Hay una disminución del 40% en la cobertura de los servicios de nutrición para mujeres y niños en 135 países. En octubre de 2020, 265 millones de niños seguían perdiendo las comidas escolares en todo el mundo. Más de 250 millones de niños menores de cinco años podrían perderse los beneficios de los programas de suplementación con vitamina A.
- 65 países informaron una disminución en las visitas domiciliarias de los trabajadores sociales en septiembre de 2020, en comparación con el mismo período del año pasado.
- A nivel mundial, Unicef estima que el número de niños que viven en la pobreza multidimensional, es decir que no acceden a la educación, salud, vivienda, nutrición, saneamiento o agua, se ha disparado en un 15%, o 150 millones de niños más para mediados de 2020.
¿Qué hacer para frenar la crisis?
El marco del Día Mundial de la Infancia 2020, Unicef realizó un plan de recomendaciones para los Gobiernos y otros agentes de la sociedad:
- Asegurar que todos los niños continúen con su educación, incluyendo en este principio el cierre de la brecha digital.
- Garantizar el acceso a los servicios de nutrición y salud, y hacer que las vacunas sean asequibles y estén disponibles para todos los menores.
- Apoyar y proteger la salud mental de niños y jóvenes y poner fin al abuso, la violencia de género y la negligencia en la infancia.
- Aumentar el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene y abordar la degradación ambiental y el cambio climático.
- Revertir el aumento de la pobreza infantil y garantizar una recuperación inclusiva para todos.
- Redoblar los esfuerzos para proteger y apoyar a los niños y sus familias que viven en situaciones de conflicto, desastre y desplazamiento.
No estamos frente a ningún virus que mate a toda la humanidad como lo está haciendo. Estamos frente a un programa terrible de activación de patógenos (virus, bacterias, parásitos, hongos, algas, arqueas y más patógenos no diferenciados), que existen normalmente, comúnmente, en la micro-flora de las cavidades o espacios corporales que conforman nuestro cuerpo: llamase aparato respiratorio, digestivo, intestinal, etc. Desde la piel hasta nuestros órganos más internos, tenemos microorganismos que viven en simbiosis, en normal comportamiento, habitual mutualismo. Y eso en un equilibrio continuo no tiene por qué estar provocándonos ninguna alteración. Pero si a estos microorganismos se les activa mediante un sistema muy inteligente, estratégico, diseñado para que en un momento dado y solo subiendo la perilla, aumentando el voltaje de las micro-teslas: la frecuencia electromagnética del entorno, emita señales tan fuertes... pueden, en lo invisible y de forma inadvertida, activar a muchos microorganismos y convertirlos en elementos agresores a nuestra economía celular. Por esa razón no es un virus, son todos los microorganismos que se pueden activar. Dependiendo en la persona el patógeno de turno que se logre activar provocará trastornos digestivos, respiratorios, neurológicos, urinarios, hormonales, cardiocirculatorios… Y es eso lo que está entrando en los hospitales. No está entrando un paciente con cuadro viral; porque si fuera así... no hay ni un anti-viral que esté entrando en un hospital. Tanto llaman que es Covid, si no se usa ni un anti-viral. Están usando de todo en los hospitales, menos anti-virales. No están contra un virus. Están contra un paciente multi˗sistémico complicado por algo que está haciendo que todo su organismo entre en caos; no respiratoriamente, aunque esa sea la parte consecuente, final. Pero, previo a ello están experimentando signos y síntomas muy comunes: insomnio, dolor continuo de cabeza, en los hombros, espalda, mareos continuos, tinnitus (zumbido en los oídos), sensación de ansiedad, angustia, crisis de pánico de forma injustificada, taquicardia, aumento del pulso de forma inesperada, trastornos gástricos, gastritis que seguramente imputan al píloro. Son síntomas diversos porque los microorganismos que se activan con la frecuencia electromagnética del entorno que sube más de 100 micro-teslas a 700 micro-teslas. Van a culpar a las personas, al feriado… aunque eso no es, porque a finales de octubre de 2020 comenzaron a subir el volumen de las frecuencias, pese a que lo normal permitido es hasta 80 micro-teslas, no más de 100. Pues tenemos 600, 400… y la gente comienza a reventar como canguil en una olla (grano para hacer palomitas de maíz), con diversidad de síntomas que no tienen relación con un virus y no dan positivo al coronavirus, pero es lo mismo que si dieran positivo en una prueba rápida porque ya se hubieran activado una serie de antígenos que generan una cascada inflamatoria ácida irreversible si no se hace algo para alcalinizarse. Utilizando Telegram, buscar y agregar Ecologenia Mundial y, en el audio de fecha 20 noviembre de 2020, vean el resto que no transcribí aquí . Y eso es lo que hay, lo que está sucediendo en realidad; motivo por el que hay que frenar eso y buscar la curación natural de los ya enfermos, evitar las vacunas y confinamientos y buscar la inmunidad natural, que es la realmente eficaz sin los tóxicos y a saber qué otras cosas en las vacunas.