Traducido por el equipo de SOTT.net en español

(Pasadena, California) - En un caso cósmico de error de identidad, un equipo internacional de astrónomos reveló que lo que una vez pensaron que era una supernova es en realidad una llamarada periódica de una galaxia donde un agujero negro supermasivo emite ráfagas de energía cada 114 días mientras arranca trozos de una estrella que lo orbita.
Giant Star
© Image is courtesy of NASA's Goddard Space Flight Center.Captura de pantalla de la animación producida por la NASA que muestra una estrella gigante siendo lentamente devorada mientras orbita el agujero negro central de la galaxia.
Seis años después de su descubrimiento inicial - reportado en el The Astronomer's Telegram por Thomas Holoien de Carnegie - los investigadores, liderados por Anna Payne de la Universidad de Hawái en Mānoa, pueden ahora decir que el fenómeno que observaron, llamado ASASSN-14ko, es una llamarada periódica desde el centro de una galaxia a más de 570 millones de años-luz de distancia en la constelación sureña Pictor.

Sus hallazgos, basados en 20 casos de estallidos regulares, se publicarán en la revista The Astrophysical Journal y serán presentados por Payne en la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana.

Las galaxias activas, como la anfitriona de ASASSN-14ko, tienen centros inusualmente brillantes y variables. Estos objetos producen mucha más energía que la contribución combinada de todas sus estrellas. Los astrofísicos piensan que esto se debe a las fuerzas gravitacionales y de fricción que calientan un disco giratorio de gas y polvo que se acumula alrededor del agujero negro supermasivo central. El agujero negro consume lentamente el material, lo que crea cambios aleatorios de bajo nivel en la luz emitida por el disco.

Este es el primer ejemplo inequívoco de tal comportamiento de regularidad "relojera" de una galaxia activa. Llamaradas periódicas recurrentes, como las de ASASSN-14ko, podrían ser evidencia de fenómenos cósmicos observables pero esquivos que han sido previamente predichos por los teóricos.

"Conocer la frecuencia de este extragaláctico viejo fiel nos permite coordinarlo y estudiarlo con más detalle", dijo Payne.

ASASSN-14ko fue detectado por primera vez por el All-Sky Automated Survey for Supernovae (ASAS-SN), una red global de 20 telescopios robóticos con sede en la Universidad Estatal de Ohio en Columbus. Cuando Payne examinó todos los datos del ASAS-SN sobre el fenómeno, notó una serie de 17 llamaradas espaciadas regularmente.

Basándose en este descubrimiento, los astrónomos predijeron que la galaxia experimentaría otra ráfaga el 17 de mayo del año pasado y coordinaron las instalaciones terrestres y espaciales para hacer observaciones. Desde entonces, han predicho y presenciado con éxito las erupciones del 7 de septiembre y el 26 de diciembre.

"ASAS-SN está diseñado para investigar la física de nuestro universo buscando eventos transitorios y variables". Holoien dijo. "Es emocionante que el objeto luminoso que originalmente pensamos que era una violenta explosión de supernova - que sería interesante por sí mismo, pero más común - resultó ser un evento cósmico largamente buscado"


Entonces, ¿qué causa las repetidas llamaradas? El equipo consideró varias explicaciones posibles, pero creen que la más probable es lo que se llama un evento de disrupción de marea parcial.

Los eventos de disrupción de marea, o EDM, ocurren cuando una estrella se acerca demasiado a un agujero negro supermasivo, que la hace pedazos. Parte de su material es arrojado al espacio y el resto cae de nuevo en el agujero negro, formando un disco de gas caliente y brillante a medida que se consume.

En este caso, en lugar de que una estrella sea destruida por la interacción con el agujero negro, sería lentamente despojada de material durante cada órbita. Las llamaradas ocurren cuando el material perdido - igual a tres veces la masa de Júpiter en cada pasada - cae hacia el agujero negro.

Los astrónomos no están seguros de cuánto tiempo persistirán las llamaradas. La estrella no puede perder masa para siempre, y aunque los científicos pueden estimar la cantidad de masa que pierde durante cada pasada, no saben cuánta tenía originalmente.

"Planeamos seguir prediciendo y observando estos estallidos tanto tiempo como podamos", dijo el segundo autor del estudio Benjamin Shappee, también de Universidad de Hawái en Mānoa (y un ex-alumno de Carnegie). "Este raro hallazgo podría revelar nuevos detalles sobre la física de los agujeros negros".