Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Con la presidencia en EE.UU. de Biden, Washington se ha reincorporado a la agenda del calentamiento global de los Acuerdos de París. Con China prometiendo a bombo y platillo que cumplirá las estrictas normas de emisión de CO2 para 2060, el Foro Económico Mundial está a punto de desvelar lo que transformará nuestra forma de vida en lo que el jefe del FEM, Klaus Schwab, denomina el Gran Reinicio. No se equivoquen. Todo esto encaja en una agenda que ha sido planeada durante décadas por viejas familias ricas como Rockefeller y Rothschild. Brzezinski lo llamó el fin del Estado nación soberano. David Rockefeller lo llamó "un gobierno mundial". George H.W. Bush, en 1990, lo llamó "Nuevo Orden Mundial". Ahora podemos ver mejor lo que planean imponer si lo permitimos.
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El Gran Reinicio del Foro Económico Mundial es un despliegue del siglo XXI para una nueva forma de control total global. "Sólo tenemos un planeta y sabemos que el cambio climático podría ser el próximo desastre global con consecuencias aún más dramáticas para la humanidad. Tenemos que descarbonizar la economía en el breve plazo que nos queda y volver a armonizar nuestro pensamiento y comportamiento con la naturaleza", declaró el fundador del FEM, Schwab, sobre la agenda de enero de 2021. La última vez que estos actores hicieron algo de alcance similar fue en 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.

Estudios de guerra y paz

En aquella época, la Fundación Rockefeller financió un grupo estratégico de alto secreto que trabajaba en el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York. Se conocía como Estudios de guerra y paz, y estaba dirigido por el "Haushofer de Estados Unidos", el geógrafo Isaiah Bowman de la Universidad Johns Hopkins. Antes de que los tanques Panzer alemanes hubieran entrado en Polonia, ya estaban planificando un mundo de posguerra en el que Estados Unidos surgiría como único vencedor y sustituiría a los británicos como potencia hegemónica mundial.

La formulación de unas Naciones Unidas dominadas por Estados Unidos y el orden monetario de Bretton Woods basado en el dólar formaban parte de su proyecto. En 1941, cuando Estados Unidos entró formalmente en la guerra, el grupo del CFR envió un memorando al Departamento de Estado de Estados Unidos: "Si se declaran objetivos de guerra que parezcan preocupados únicamente por el imperialismo angloamericano, ofrecerán poco a los pueblos del resto del mundo. Hay que hacer hincapié en los intereses de otros pueblos. Esto tendría un mejor efecto propagandístico".

Ese exitoso proyecto ha sido el marco de lo que Henry Luce, en 1941, llamó el Siglo Americano, y duró hasta hace muy poco.

Ahora esas mismas familias, incluyendo de nuevo la Fundación Rockefeller y los Rothschild en la persona del Lynn de Rothschild y su "Consejo para el Capitalismo Inclusivo con el Vaticano", se están moviendo para crear la siguiente generación en su búsqueda de la dominación global. Se llama el Gran Reinicio. Requiere un gobierno global, un tablero significativamente respaldado por el jesuita Papa Francisco. Su hombre de relaciones públicas, Klaus Schwu, es un protegido confeso del infiltrado de Rockefeller Henry Kissinger, desde sus días hace 50 años en Harvard.



"Reconstruir mejor"


En mayo de 2020, cuando el coronavirus había provocado bloqueos por pánico a nivel mundial más allá del brote inicial de Wuhan, el príncipe heredero británico Carlos junto con el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, desvelaron lo que fue llamado alegremente el Gran Reinicio. Los líderes políticos y empresariales del mundo utilizan cada vez más términos como "el Gran Reinicio", o "la Cuarta Revolución Industrial" y el llamamiento a "reconstruir mejor" que prefiere la Administración Biden. Todos ellos están anclados en el mismo conjunto de drásticos cambios globales. El Green New Deal (Nuevo acuerdo verde) estadounidense y el Green Deal (Acuerdo verde) europeo de la UE forman parte de ello.

El hecho más llamativo de la agenda del Gran Reinicio es que está siendo promovida por las mismas familias de plutócratas ultrarricos responsables de los defectos del actual modelo económico mundial. Ellos, no nosotros, han creado la ruina de los campos orgánicos y de la naturaleza con su glifosato Roundup (marca de herbicida) y sus pesticidas tóxicos. Han arruinado la calidad del aire de nuestras ciudades con los modelos de transporte que nos imponen. Crearon el modelo de "libre mercado" de la globalización que ha arruinado la base industrial de Estados Unidos y de las naciones industriales de la UE. Ahora, mientras nos culpan de una supuesta emisión catastrófica de CO2, nos condicionan a aceptar la culpa y ser castigados para "salvar a la próxima generación" de Greta y sus amigos.

La Cuarta Revolución Industrial


Detrás de la seductora retórica de los Poderes fácticos sobre la creación de un mundo "sostenible", se esconde una agenda de eugenesia cruda, de despoblación a una escala nunca antes vista. No es humano, de hecho, algunos lo llaman "transhumano".

En 2016, el jefe del FEM, Schwab, escribió un libro titulado Shaping the Future of The Fourth Industrial Revolution (La conformación del futuro de la Cuarta Revolución Industrial). En él, describe los cambios tecnológicos que se avecinan con la cuarta revolución industrial de los teléfonos inteligentes 5G, el internet de las cosas y la inteligencia artificial que enlazan todo con todo para tomar por nosotros las decisiones más banales como comprar más leche o bajar el volumen de la estufa. Al mismo tiempo, los datos se centralizan en corporaciones privadas como Google o Facebook para monitorizar cada respiración que hacemos.

Schwab describe cómo las tecnologías de nueva generación, que ya están desplegando Google, Huawei, Facebook y otras innumerables empresas, permitirán a los gobiernos "inmiscuirse en el espacio hasta ahora privado de nuestras mentes, leyendo nuestros pensamientos e influyendo en nuestro comportamiento... Las tecnologías de la cuarta revolución industrial no se limitarán a formar parte del mundo físico que nos rodea, sino que se convertirán en parte de nosotros", dijo Schwab. "Los dispositivos externos actuales (desde los ordenadores portátiles hasta los auriculares de realidad virtual) se implantarán casi con toda seguridad en nuestros cuerpos y cerebros".

Schwab añade: "Lo que la cuarta revolución industrial provocará es una fusión de nuestra identidad física, digital y biológica". Entre esas tecnologías de fusión están los "microchips implantables activos que rompen la barrera cutánea de nuestro cuerpo", explica Schwab. Estos "dispositivos implantables probablemente también ayudarán a comunicar los pensamientos que normalmente se expresan verbalmente, a través de un teléfono inteligente "incorporado", y los pensamientos o estados de ánimo potencialmente no expresados mediante la lectura de las ondas cerebrales y otras señales". No sé ustedes, pero yo no estoy deseando que el Estado o Google lean mis ondas cerebrales.


Comentario: El plan anterior debería asustar a cualquier individuo cuerdo y relativamente sano, al menos lo suficiente como para entender que no se debe aceptar fácilmente una violación mental.



Control de nuestra alimentación


El aspecto que confunde a muchos es la plétora de grupos pantalla, ONG y programas que conducen todos al mismo objetivo: el control drástico sobre cada miembro de la sociedad en nombre de la sostenibilidad, la Agenda 2030 de la ONU. Ningún punto es más ominoso que sus planes para el futuro de nuestra alimentación. Después de crear el actual sistema de agricultura industrial globalizada, el agronegocio, un proyecto iniciado en la década de 1950 por la Fundación Rockefeller, los mismos círculos ahora abogan por una agricultura "sostenible" que significará un cambio a falsos alimentos editados genéticamente, carnes sintéticas hechas en laboratorio y demás, llegando a incluir gusanos y malas hierbas como nuevas fuentes de alimentos.

El Schwab del FEM se ha asociado con algo llamado Foro EAT, que se describe a sí mismo como un "Davos para la comida" que planea "establecer la agenda política." EAT fue creado en Suecia en 2016 con el apoyo del Wellcome Trust del Reino Unido (establecido con fondos de GlaxoSmithKline), y el Instituto Potsdam alemán para la Investigación del Impacto Climático. Las carnes sintéticas editadas en laboratorio están siendo apoyadas entre otros por Bill Gates, el mismo que respalda a Moderna y otras vacunas editadas genéticamente. EAT trabaja, entre otros, con Impossible Foods y otras empresas de biotecnología. Impossible Foods fue cofinanciada inicialmente por Google, Jeff Bezos y Bill Gates. Recientes resultados de laboratorio mostraron que la carne de imitación de la empresa contenía niveles tóxicos de glifosato once veces más altos que su competidor más cercano.

En 2017, EAT lanzó FReSH (Food Reform for Sustainability and Health, en español Reforma Alimentaria para la Sostenibilidad y la Salud) con el respaldo de Bayer AG, uno de los productores de pesticidas y OGM más tóxicos del mundo, que ahora es dueño de Monsanto; el gigante de los OGM y pesticidas de propiedad china Syngenta, Cargill, Unilever, DuPont e incluso Google. Este es el futuro alimentario planeado bajo el Gran Reinicio. Olvídese del tradicional agricultor familiar.

En su libro de 2020 sobre el Gran Reinicio, Schwab sostiene que la biotecnología y los alimentos modificados genéticamente deben convertirse en un pilar central de los problemas de carestía alimentaria a nivel mundial, problemas que la Covid ha exacerbado. Impulsa los OGM y especialmente la controvertida edición genética. Escribe que "la seguridad alimentaria mundial sólo se logrará si la normativa sobre alimentos modificados genéticamente se adapta para reflejar la realidad de que la edición de genes ofrece un método preciso, eficiente y seguro para mejorar los cultivos". Gates, socio del proyecto de Schwab desde hace años, ha defendido lo mismo.

EAT ha desarrollado lo que denomina "la dieta de la salud planetaria", que el FEM defiende como la "solución dietética sostenible del futuro". Pero según Federic Leroy, profesor de ciencias de la alimentación y biotecnología de la Universidad de Bruselas, "la dieta pretende reducir la ingesta de carne y lácteos de la población mundial hasta en un 90% en algunos casos y sustituirla por alimentos, cereales y aceites fabricados en laboratorio".

Como todo lo demás con el Gran Reinicio, no se nos dará una opción real en alimentación. EAT señala que se nos impondrá mediante "duras intervenciones políticas que incluyen leyes, medidas fiscales, subsidios y sanciones, reconfiguración del comercio y otras medidas económicas y estructurales". Todos nos veremos obligados a comer la misma dieta sintética o morir de hambre.

Esto es sólo un indicio de lo que se está preparando bajo el disfraz de los confinamientos por Covid-19 y el colapso económico, y 2021 será un año decisivo para esta agenda antihumana. La introducción de IA, robots y otras tecnologías digitales permitirá a los Poderes fácticos deshacerse de cientos de millones de puestos de trabajo. En contra de su propaganda, los nuevos puestos de trabajo no serán suficientes. Seremos cada vez más "redundantes". Todo esto parece demasiado surrealista hasta que se lee en sus propias descripciones. El hecho de que la cábala de las corporaciones y multimillonarios más influyentes del mundo se siente en la junta del FEM con el alumno de Kissinger, Klaus Schwab, junto con el jefe de la ONU y del FMI, con los directores ejecutivos de los mayores gigantes financieros del mundo, incluyendo Blackrock, BlackStone, Christine Lagarde del Banco Central Europeo, David Rubenstein del grupo Carlyle y Jack Ma, el multimillonario más rico de China, es prueba suficiente de que este Gran Reinicio no se está haciendo en el fondo pensando en nuestros verdaderos intereses, a pesar de sus almibaradas palabras. Esta agenda distópica es 1984 con esteroides. La Covid-19 no fue más que el preludio.
F. William Engdahl es consultor de riesgos estratégicos y conferenciante, graduado en políticas por la Universidad de Princeton y autor de grandes éxitos de ventas sobre petróleo y geopolítica, en exclusiva para la revista online "New Eastern Outlook".