Nueva York, epicentro de la ventisca, cierra casi la mitad de las estaciones de la red de metro y desaconseja el tráfico rodado no esencial.
Un transeúnte en una calle de Brooklyn (Nueva York), este lunes.
© AFPUn transeúnte en una calle de Brooklyn (Nueva York), este lunes.
Nueva York es el epicentro de una gran tormenta de nieve que afecta desde el domingo por la noche al noreste de Estados Unidos, con un espesor que se espera alcance al menos los 60 centímetros de altura en la ciudad. La tormenta ha provocado la suspensión de actividades no esenciales, incluidas las citas para vacunarse contra la covid-19, que han debido ser reprogramadas.
"Habrá un peligro enorme [en las calles] y muchas dificultades para moverse. Lo último que deseamos es tener que hacer salir a nuestros mayores [a vacunarse] en medio de una tormenta así", avisó el alcalde, el demócrata Bill de Blasio.
Las escuelas permanecerán cerradas el lunes y el martes, mientras los tres aeropuertos que dan servicio a la ciudad han anulado entre el 65% y el 90% de sus vuelos, según la página web Flight Aware. Los primeros copos empezaron a caer a media tarde del domingo, mientras las quitanieves municipales, responsables de despejar la calzada, se movilizaban de inmediato, incluso antes de que la primera capa blanca se posase sobre las calles.


Nueva York es una ciudad habituada a la nieve, pero las dimensiones de esta tormenta, la primera colosal del invierno y la que inaugura 2021, dificultan la rápida respuesta ciudadana. Operarios municipales abrían trochas en las aceras que rodean edificios públicos (colegios, zonas infantiles, parques), mientras los particulares tiraban frenéticamente de palas para despejar de nieve el tramo de acera correspondiente a su edificio. Es responsabilidad insoslayable de los encargados de mantenimiento, propietarios o dueños de los negocios limpiar sus accesos, bajo pena de multa si no lo hacen. El problema es que la copiosa nevada convertía sus esfuerzos en una tarea de Sísifo: la nieve caía con furia, a chorros, a un ritmo de 10 centímetros por hora, nada que ver con la imagen plácida y relajante que se tiene de este fenómeno meteorológico.


Las autoridades municipales y del Estado emitieron sendas alertas de emergencia. "Todos los vehículos que no sean de emergencia o no esenciales deberán abstenerse de circular hasta las seis de la madrugada [mediodía en la Península] de este martes", instaba la nota del alcalde de Nueva York, enviada a todos los móviles. "Condiciones previstas semejantes a una ventisca", añadía, es decir, una combinación de fuerte viento y nieve que complica sobremanera el saneamiento y por tanto la viabilidad, y que amenaza con provocar numerosos cortes en el suministro eléctrico. Si se confirman las previsiones de los meteorólogos, y se superan los 50 centímetros de espesor, esta será una de las diez peores nevadas en la ciudad, de casi 9 millones de habitantes, desde que hay registros, y la más abundante desde 2016.


Ciudades como Boston y Washington también se han visto afectadas por la gran tormenta, que continuará con menos intensidad este martes. El servicio meteorológico nacional (NWS, en sus siglas inglesas) ha ampliado la cobertura a la zona comprendida entre Virginia y Maine. El Estado de Nueva Jersey declaró el estado de emergencia, lo que permite a las autoridades cerrar carreteras, evacuar viviendas y requisar los equipos necesarios para la seguridad pública. También suspendió el transporte público en todo el Estado durante el día de hoy. En Nueva York se ha suspendido el servicio del suburbano que discurre por tramos exteriores, lo que ha obligado a cerrar 204 de las 472 estaciones que forman la red. El último cierre total del metro de Nueva York fue en 2015.

La tormenta había golpeado a California con nevadas de hasta 1,8 metros de altura en algunos lugares la semana pasada y después se desplazó hacia el Medio Oeste, con especial incidencia en Chicago. En Washington, la nieve comenzó a caer la noche del sábado al domingo. El presidente Joe Biden, reunido con sus asesores este lunes, tenía previsto abordar también, entre otros temas, la situación derivada de la tormenta, según fuentes de la Casa Blanca.