El país germano apuesta por reforzar el escudo de su población ante el impacto de las nuevas variantes.
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La tercera dosis de la vacuna comenzará a aplicarse en Alemania a finales del verano. Concretamente será a partir de septiembre cuando el gobierno y los departamentos de sanidad de los länder pondrán a disposición de la población una tercera inoculación, que se administrará por lo general al menos seis meses después de la primera vacunación completa.


Su aplicación no será generalizada, sino que se ofrecerá en principio a los grupos más vulnerables por razones de edad, patologías previas u otros motivos. También se aplicará a quienes no hayan recibido la inyección con la tecnología del ARN mensajero.

Así lo acordaron el gobierno federal y los estados federales en una conferencia virtual entre los responsables de Sanidad de todo el país. "Las vacunaciones de refuerzo se harán con una de las dos vacunas de ARN mensajero (Pfizer o Moderna)", informó el ministerio, según el cual esta decisión es "en interés de la atención sanitaria preventiva".

El ministerio asegura apoyarse en estudios recientes que muestran una "respuesta inmune reducida o en rápida disminución tras una vacunación completa contra el covid-19" en ciertos colectivos, como las personas inmunodeprimidas o ancianos. También se invitará a ponerse esta inyección adicional a los profesionales sanitarios que traten con estos colectivos.

Además, asimismo se recomendará de modo general a quienes se hayan vacunado con AstraZeneca o Janssen, que deberían ponerse una dosis suplementaria de las vacunas de ARN mensajero. No obstante, la preocupación ahora recae sobre todo en los menores de edad, el colectivo hasta ahora menos inmunizado.

Alemania decidió el lunes impulsar la inoculación de forma masiva de la vacuna a los menores de entre 12 y 17 años. Podrán hacerlo en centros de vacunación o a través del médico de cabecera, siempre tras recibir la oportuna información al respecto.

La iniciativa ha derivado en fuertes críticas desde el sector médico, según las cuales no hay una recomendación expresa por parte de la Comisión de Vacunación (Stiko por sus siglas en alemán) para una vacunación masiva a partir de los 12 años. El martes el gobierno defendió la decisión y recordó que ésta es voluntaria. "Quien lo desee, puede vacunarse. Nadie está obligado a hacerlo", dijo el ministro de Sanidad, Jens Spahn en declaraciones a la radio pública regional berlinesa "rbb-inforadio".

Unos 900.000 niños o adolescentes de 12 a 17 años han recibido ya, por propia voluntad, la primera dosis, según el Ministerio de Sanidad. El objetivo de la medida es, por una parte, acelerar la vacunación en unos momentos en que se ha ralentizado el ritmo de la campaña y, por otra, reducir el riesgo de extensión de los contagios con la reapertura de la actividad escolar.

Preocupa también el desinterés de la población aún no inmunizada por recibir la vacuna. El número de personas que están recibiendo ahora la primera dosis ha bajado a niveles del pasado febrero.

Este estancamiento hace saltar las alarmas en un momento en el que se vive un repunte, aunque leve, de las nuevas infecciones, haciendo temer una tercera ola del virus. En Alemania un 52,3 % de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna y un 61,7 % al menos una dosis, según datos del 1 de agosto del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.

La incidencia a siete días en Alemania subió el martes a 17,9 contagios -frente a los 17,8 del lunes- por 100.00 habitantes. En las últimas 24 horas se registraron 1.766 nuevos contagios de coronavirus y se reportaron 19 muertes relacionadas con la enfermedad, según el RKI.