Un registro fílmico en el departamento de Salto (noroeste) confirmó la aparición del animal en peligro de extinción, que habita también las zonas de humedales y bosques en Argentina, Brasil, Bolivia y Perú. El aguará guazú ('Chrysocyon brachyurus'), que en guaraní significa 'zorro grande', es identificado en las historias nativas como el lobizón.
Zorro grande
© Gentileza de Paul Raad
En la madrugada del 30 de agosto, gracias a la filmación de un trabajador de una empresa salteña, pudo constatarse que esta rara especie perteneciente a la familia de los cánidos — que abarca a los perros, lobos y zorros — , aún está en el país.

A través del tiempo han aparecido fotos y videos de la especie, pero no se ha podido confirmar el lugar de los avistamientos, por lo que esta filmación constituye la primera verificada en suelo uruguayo, a pesar de que hay otros documentos que testimonian su presencia en 1990.

La bióloga especializada en mamíferos e investigadora del Grupo Biodiversidad y Ecología de la Conservación de la Facultad de Ciencias y colaboradora del Grupo Antropología, Caza y Conservación del Centro Universitario Regional del Este, Alexandra Cravino dijo a Sputnik que el registro constituye "la alegría de saber que dentro de la fauna de Uruguay todavía contamos con el zorro más grande de Sudamérica".

Cravino explicó que se realizarán investigaciones en la zona, que se mantiene en reserva por la seguridad del ejemplar. Si bien, sería ideal poder captar al animal con cámaras trampa colocadas en un perímetro cercano — porque el aguará se desplaza rápidamente — , encontrar huellas o fecas (heces) podría ser crucial para tener más conocimiento sobre la especie.

A partir de una evaluación genética de las heces, el Departamento de Biodiversidad y Genética del Instituto de Investigaciones Clemente Estable, "puede unir de dónde pudo haber venido la especie, si se trata de un ejemplar que cruzó de Argentina o está emparentado con los registros que hay de fecas de otros individuos que lamentablemente fueron cazados acá", así como de alguno que se trasladaba por la zona, sostuvo la bióloga que agregó que "encontrar una feca de la especie significa avanzar más".

Una apariencia que roza lo mítico

Emparentado con los zorros pero de un tamaño mayor, el aguará guazú maravilla e impacta a quien lo ve. Con colores rojizos y un lomo que luce una crin negra, la especie es digna de admirar por el ojo humano.

Su singularidad no solo está en lo colorido de su pelaje, sino también en la forma de caminar muy particular. "Ellos se mueven con el lado derecho y después con todo el lado izquierdo, genera un paso como de lateral", explicó Cravino.

De patas largas y hasta podría decirse desproporcionadas para el tamaño de su cuerpo, el aguará genera desconcierto en los avistadores no entrenados.

Además, las características de su aullido llega a asustar a sus oyentes.

Sobre su clasificación la investigadora indicó que es "carnívoro por su clasificación sistemática" y "forma parte de los cánidos que están dentro del orden carnívoro, pero ese orden identifica un poco más características morfológicas, y no tanto dietas. La dieta varía mucho dentro de los carnívoros".

El aguará lleva una dieta omnívora y "bastante oportunista". Consumen pequeños mamíferos, anfibios, y reptiles, pero "cuando hay oferta de frutos, realmente saben aprovecharla. Pueden basar su dieta completamente en la fruta", algo que colabora con la dispersión de semillas.

Las narraciones orales que lo acompañan

Hay narraciones orales con el aguará como protagonista que se han transmitido de generación en generación.

Su atractiva apariencia y particular aullido han sido motivo de charlas alrededor de fogones y los lugareños cercanos a sus apariciones se han encargado de contar la infinidad de historias, mitos y leyendas que rodean al encantador y atemorizante animal.


El aguará se vincula principalmente con la leyenda del lobizón, uno de los siete monstruos de la mitología guaraní, mitad hombre y mitad bestia, que atemorizaba las poblaciones rurales.

Otras de las creencias populares es que el aguará es capaz de matar a las gallinas con los ojos o que está emparentado con el chupacabras.

El desafío de la conservación

La especie está resistiendo a una diversidad de peligros. La pérdida del hábitat, el aumento de la actividad humana en sus tierras autóctonas, así como la caza ilegal, son algunos de los factores que amenazan a los aguará.

En los sistemas que "se mantenían relativamente conservados hoy hay mucha actividad humana", dijo Cravino y aclaró que si bien muchos ejemplares pueden acostumbrarse a los cambios, estos pueden generar mucha "fragmentación" en los matorrales, bosques y pastizales donde esta especie es más frecuente.

Asimismo, son muy amenazados por el hombre, quien los persigue por temor, desconocimiento, en un intento de proteger su ganado o para hacerse de un "trofeo".

En Uruguay hay una sociedad cada vez más crítica sobre esta práctica tradicional que, junto con el trabajo de diferentes organizaciones, intenta contribuir a una cultura de la conservación animal.

Actualmente, el único animal libre de caza es el jabalí y las aves cotorra y garibaldino debido a que se las consideran especies invasoras aunque hay ciertas restricciones para su caza.