hambre africa
© DesconocidoLa codicia, la especulación financiera, el egoismo llevado a extremos increibles, constituye el comportamiento típico de los psicópatas que gobiernan el mundo
La sequía en Bakool y Lower Shabelle, regiones de Somalia en el Cuerno de África, afecta a once millones de personas y es la peor crisis humanitaria de los últimos 50 años. La ONU ha declarado el estado de hambruna. De acuerdo a cifras entregadas de la ACNUR, tres mil somalíes caminan diariamente (lo hacen durante semanas) para refugiarse en Kenia y Etiopía. La saturación de los campamentos impide que casos como los de malnutrición aguda se traten con eficiencia. Unos mueren apenas llegan al campo, otros quedan esparcidos en el camino.

Pero la sequía no es la única culpable; hay otros como la guerra que destruye a Somalia desde hace 20 años y el ingreso de inversores institucionales (hedge funds, fondos de pensiones) a los mercados de materia prima. La codicia por los precios internacionales contribuye al caos existente.

La especulación por la apetencia de los inversores en el dominio del mercado impide a los productores anticiparse a la evolución de los precios. Esta situación crea un impacto paralelo en los países pobres -históricamente compradores de alimentos- cuyo presupuesto crece repentinamente por la burbuja formada en el mercado de derivados.

Los especuladores buscan precios altos e incitan a los operadores a seguir sus indicaciones: retrasar la venta de materias primas y pujar por la compra en un marco de histeria y temor por la escalada de precios. La consecuencia inmediata es la escasez artificial de productos y la fijación de precios altos.

Generalmente el peligro viene detrás de un buen año de cultivo, cuyo efecto inmediato será la explosión de la burbuja que beneficiará con el estruendo a los países importadores y mermará dramáticamente los ingresos de los exportadores, sobre todo de los pequeños. Ecuador lo ha sufrido con la harina: los consumidores estamos en el eslabón más débil de la cadena en la que empresas como Industrial Molinera trasladan el precio al mercado del pan.

Y hay algo más: el precio récord de los alimentos en marzo, según cifras de la FAO, también está relacionado con las alteraciones de los patrones del tiempo a causa del cambio climático. El futuro más inmediato puede traernos sorpresas desagradables.