La última vez que una familia ha acudido a nuestro Bufete Almodóvar & Jara por un posible caso de graves daños provocados por una de las vacunas Covid ha sido... hace un rato. Un señor se ha puesto la correspondiente dosis de la de Astrazeneca y ha sufrido trombosis. Así lo indican sus médicos en los informes que han entregado a la familia.
moderna
Ahora comenzaremos a analizar el caso y seguramente publicaremos sobre ello, como ya hemos hecho con otros. Y es que puede parecer que los efectos secundarios de estas vacunaciones estén pasando desapercibidos o sean minusvalorados por la población.

Hay dos factores que contribuyen a ello: los medios de comunicación, por lo general y salvo honrosas excepciones y menos en alguna ocasión, no publican sobre los datos de notificaciones de reacciones adversas (de medicamentos en general y de estas vacunas en particular).

Y segundo: Porque las administraciones y sobre todo la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) NO cuentan toda la verdad o directamente ocultan datos de interés.

Publica el diario Redacción Médica que la Aemps no publicará sobre daños al corazón (miocarditis y pericarditis) provocados por las vacunas Covid-19.

La Agencia explica que es un procedimiento normal en reacciones adversas ya conocidas y con incidencia establecida. Cuenta ese periódico que:
Desde que comenzase la administración de las vacunas Covid en España, hace ya más de un año, este organismo ha informado con periodicidad mensual sobre el número de dosis administradas (...) así como de los efectos adversos que se han registrado»Hasta la comunicación anterior, se había hecho referencia a los casos de miocarditis y pericarditis notificados, pero ahora este dato se omite.

Así, el 12º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas Covid-19 y, a diferencia de los datos que ha difundido hasta ahora, no hace referencia alguna a los efectos adversos de miocarditis y pericarditis asociados a estos compuestos.

Una tendencia que, según han informado fuentes de este departamento a Redacción Médica, se mantendrá en los informes posteriores. La Aemps ha declarado a la revista que está cumpliendo con «la sistemática que se ha seguido en todos los informes publicados hasta el momento».

Detalla que:
cuando se identifica la reacción adversa, se incluye en el informe la información de la evaluación, los textos de la ficha técnica y el prospecto, además de los casos contabilizados en España, pero no se actualiza en informes posteriores.
Algo absurdo y quizá, para los «suspicaces», malintencionado. Lo interesante es saber si esos daños siguen produciéndose y en qué cantidad. De muertes por/con Covid y número de infectados tenemos que escuchar cifras prácticamente en tiempo real los 365 días del año. Pero cuando se trata de posibles daños por estas vacunaciones los datos llegan tarde y se ocultan pronto.

Fue a finales de abril de 2021 cuando comenzamos a saber y publicar sobre miocarditis y pericarditis relacionadas con estas vacunas. Se trata de inflamaciones en el corazón o en la membrana que lo rodea y vienen acompañadas de un fuerte dolor. Eran las nuevas reacciones adversas, de las vacunas Covid-19 de Pfizer y Moderna.

En aquel momento se habían registrado pocos casos pero comenzaron a investigarse porque no aparecieron en los ensayos clínicos que hicieron esas farmacéuticas para comprobar la eficacia y seguridad de sus fármacos.

Será porque se hicieron a toda velocidad (de hecho aún siguen realizándose, hasta mayo de 2023 no concluyen). O puede ser que Pfizer o Moderna conocieran ese posible daño pero no lo publicaron.

Eso no lo sabremos por otra de las cosas que advertimos desde hace años, que los resultados en bruto (el total de datos) no se difunden. Lo que sabemos sobre estas vacunas (y en general sobre todos los medicamentos y productos sanitarios) son los resúmenes interesados que divulgan en revistas científicas «de prestigio» los fabricantes. Márketing o propaganda en vez de Ciencia.

Sin que investigadores clínicos independientes puedan revisarlos para conocer en realidad si son eficaces y seguras, es IMPOSIBLE estar bien informados.

Las agencias de medicamentos estudiaron los efectos secundarios que comentamos y concluyeron que sí estaban provocados por las vacunas.

Lo avisaron a la población y como esas informaciones causan revuelo ahora han decidido que ya está bien de tratar como adultos al populacho, que no mercemos saber más.

En el 11º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas Covid-19, el último que reflejaba estas reacciones, registró un total de 321 notificaciones de miocarditis y pericarditis relacionadas con las 60,5 millones de dosis de las vacunas covid de ARN mensajero (ARNm) de Pfizer y Moderna administradas en España.

No sabremos ya la evolución de dichos daños pero tened en cuenta lo que comento tantas veces: Existe infranotificación de daños por medicamentos; se estima que sólo se reportan entre un 2% y el 20% de las lesiones por fármacos, dependiendo de los países (en la mayor parte no llegan al 5%).

Si en España no fuese del 2 ni del 20%, pongamos que se notificasen el 10% de posibles daños, esos 321 casos serían 3.210. Ya no es lo mismo, ¿verdad?

Y tened en cuenta que la Aemps NO investiga todas las notificaciones de efectos adversos que recibe. NO.

Lo sabemos porque cuando hemos publicado casos de muertes por estas vacunas, nos aseguramos que las familias los notifiquen (es una responsabilidad social).

Y esas personas, tan dolidas, nos lo cuentan para intentar que otras personas no pasen por lo que ellas han sufrido.

Pilar Remacha, hermana de José Luis Remacha, cuyo caso contamos en este blog desde el principio y que con posterioridad falleció, me está escribiendo ahora asegurándome que la Aemps:
No, no investigó nada.
Y Jimena Martínez, tuvo que ver morir a su padre tras recibir la vacuna de AZ un martes y no llegar ni al jueves vivo, me está contando:
No investigaron casi nada, miraron un poco y dijeron que mi padre el riesgo de trombosis lo tendría de toda la vida pero no le quisieron hacer autopsia y reconocieron que sin autopsia no sabríamos nunca lo sucedido.

Taparon mucho todo.
En fin. Por cierto, que a mí me han llegado hasta el séptimo de esos informes de farmacovigilancia de la Aemps, desde entonces ha debido de haber algún «fallo de sistema» porque a mi correo electrónico ya no lo envían.