Traducido por el equipo de Sott.net
Russia sanctions
El primer tuit que vi cuando revisé mi timeline (línea del tiempo) esta mañana era del analista de política exterior Clint Ehlirch, señalando que el rublo ruso ya ha comenzado a recuperarse de la caída creada por las sanciones occidentales, y está casi en los niveles de antes de la guerra:

Ehrlich afirma que "las sanciones fueron diseñadas para colapsar el valor del rublo, y han fracasado".

... a lo que sólo puedo responder, bueno "¿lo fueron?"

... y quizás más importante, "¿lo han hecho?".

Porque en realidad no lo parece, ¿verdad?

En todo caso, las sanciones parecen ser, en el mejor de los casos, bastante impotentes, y en el peor, asombrosamente contraproducentes.

No es que EEU, la UE y la OTAN no sepan cómo paralizar economías. Han tenido años de práctica matando de hambre a los pueblos de Cuba, Irak, Venezuela y demasiados otros para enumerarlos.

Ahora, se podría argumentar que Rusia es una economía mayor y más desarrollada que esos países, y eso es cierto pero EEUU y sus aliados han logrado previamente dañar la economía rusa bastante drásticamente.

Ya en 2014, tras la "anexión" de Crimea, las sanciones occidentales fueron mansas en comparación con las recientes medidas sin precedentes, pero lo más importante es que EEUU aumentó masivamente su propia producción de petróleo, y más tarde ese mismo año (tras una visita del secretario de Estado de EEUU, John Kerry) Arabia Saudí hizo lo mismo.

A pesar de las objeciones de otros miembros de la OPEP (Venezuela e Irán principalmente) los saudíes inundaron el mercado con petróleo.

El resultado de estas medidas fue la mayor caída de los precios del petróleo en décadas: se desplomó de 109 dólares el barril, en junio de 2014, a 44 dólares en enero de 2015.

Esto hizo que Rusia entrara en una recesión total y que el PIB ruso se redujera por primera vez bajo el liderazgo de Putin.

De nuevo, hace apenas dos años, supuestamente como parte de la competencia con Rusia por una parte del mercado del petróleo, Arabia Saudí volvió a inundar el mercado con petróleo barato.

Así pues, Occidente sabe cómo perjudicar a Rusia si realmente lo desea: aumentando la producción de petróleo, inundando el mercado y hundiendo el precio.

Pero, ¿ha aumentado EEUU su producción de petróleo esta vez? ¿Se ha apoyado en sus aliados del Golfo para hacer lo mismo.

No, en absoluto.

De hecho, en un punto de hermosa sincronía narrativa, EEUU afirma que es "incapaz" de aumentar su producción de petróleo debido a la "escasez de personal" causada por ese regalo que continúa: la covid.

Del mismo modo, Arabia Saudí no está hundiendo el mercado del petróleo, sino deliberadamente aumentando los precios.

Sí, ahora mismo, con los aliados occidentales enzarzados en una supuesta guerra económica con Rusia, el precio del petróleo se está disparando, y puede seguir haciéndolo.

Esto es una buena noticia para la economía rusa, hasta el punto de que puede incluso compensar el daño causado por las brutales sanciones.

El alto precio del petróleo y la necesidad de "no depender del gas de Putin" o de "desrusificar" nuestro abastecimiento energético harán sin duda que se inviertan millones en tecnología "verde".

Las sanciones occidentales se dirigen también a otras exportaciones rusas, incluidos los cereales y los alimentos en general.

Rusia es un exportador neto de alimentos, lo que significa que exporta más alimentos de los que importa. Por el contrario, muchos países de Europa Occidental dependen de los alimentos importados, incluido el Reino Unido, que importa más del 48% de su suministro de alimentos.

Si Europa se niega a comprar alimentos rusos, el efecto neto es que Rusia tiene alimentos... y Occidente no.

Y, al igual que con el petróleo, el aumento de los precios de los alimentos ayudará, más que perjudicará, a la economía rusa.

Tomemos como ejemplo el trigo, del que Rusia es el mayor exportador del mundo. La gran mayoría de este trigo ni siquiera se vende a los países occidentales, sino a China, Kazajstán, Egipto, Nigeria y Pakistán, por lo que ni siquiera está sujeto a sanciones.

Sin embargo, las sanciones y la guerra han hecho subir el precio del trigo casi un 30%.

Esto es bueno para la economía rusa.

Mientras tanto, según la CNN, es probable que EEUU entre en una recesión total en 2023, Francia está considerando los vales de comida y se espera que países de todo el mundo comiencen a racionar el combustible.

Así pues, las amplias sanciones impuestas a Rusia por Occidente, supuestamente en respuesta a la invasión de Ucrania, no están consiguiendo su objetivo declarado (sangrar la economía rusa), sino que están haciendo subir el precio del petróleo, creando una potencial escasez de energía y alimentos en Occidente y exacerbando la crisis del "coste de la vida" creada por la "pandemia".

Siempre hay que desconfiar de cualquier persona, individuo o institución, cuyas acciones consigan accidentalmente exactamente lo contrario de su objetivo declarado. Es una regla sencilla para vivir.

Recordemos cómo Orwell describió la evolución del concepto de guerra en 1984:
La guerra, se verá, es ahora un asunto puramente interno. En el pasado, los grupos gobernantes de todos los países, aunque podían reconocer su interés común y, por lo tanto, limitar la destructividad de la guerra, luchaban unos contra otros, y el vencedor siempre saqueaba al vencido. En nuestros días no luchan entre sí en absoluto. La guerra la libra cada grupo gobernante contra sus propios súbditos, y el objeto de la guerra no es hacer o evitar conquistas de territorio, sino mantener intacta la estructura de la sociedad.
Recordemos que se predijo "la peor escasez de alimentos de los últimos cincuenta años" como resultado de la covid. Pero nunca se materializó.

Del mismo modo, debíamos experimentar interrupciones energéticas y cortes de electricidad relacionados con la covid. A excepción de la "crisis del petróleo" en el Reino Unido, nunca llegaron a producirse.

Pero ahora se dirigen hacia nosotros, por la guerra y las sanciones.

Aumento de los precios de los alimentos, disminución del uso de combustibles fósiles, disminución del nivel de vida, dinero público invertido en "energías renovables". Todo esto es parte de una agenda muy familiar, ¿no es así?

Independientemente de lo que sientas sobre Putin, Zelensky, la guerra en general o los nazis ucranianos, es hora de enfrentarse al elefante en la habitación.

Tenemos que preguntarnos: ¿Cuál es exactamente el objetivo real de estas sanciones? ¿Y cómo es que se alinean tan perfectamente con el gran reinicio?