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Los niños cuyas madres han tenido una importante exposición a campos electromagnéticos durante el embarazo podrían presentar un mayor riesgo de desarrollar asma, según una investigación realizada por científicos estadounidenses, que aparece publicada en la revista especializada Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Estudios anteriores han fracasado al intentar demostrar, con datos consistentes, que la exposición crónica a campos electromagnéticos --desde tendidos eléctricos hasta electrodomésticos, como los microondas, secadores o aspiradoras-- son perjudiciales para la salud humana.

Sin embargo, muchos de estos trabajos necesitaron estimar los niveles de exposición de un conjunto de personas durante varios años, explica uno de los principales investigadores de este último estudio De-Kun Li, del Kaiser Permanente en Oakland, Estados Unidos.

Para conseguir respuestas más concluyentes, Li diseñó lo que se conoce como un estudio prospectivo, en el que un total de 801 embarazadas portaron monitores que midieron su exposición a campos magnéticos durante 24 horas.

Estos monitores midieron su exposición a campos magnéticos de baja frecuencia de aparatos como microondas, secadores, ventiladores, máquinas de café, tubos fluorescentes, tendidos eléctricos y transformadores. Los investigadores no observaron la exposición de estas mujeres a campos electromagnéticos de mayor frecuencia, generados por móviles o torres para la telefonía móvil.

El equipo de científicos utilizó registros médicos para seguir durante 13 años a los hijos de estas mujeres. Durante el periodo de seguimiento, 130 niños --es decir, el 20,8% de los participantes en este estudio-- desarrollaron asma. La mayoría de estos casos fue diagnosticado antes de que el niño cumpliera los cinco años. Entonces compararon los niveles de exposición durante el embarazo con las tasas de asma y descubrieron que los niños cuyas madres presentaban los mayores niveles de exposición --que se encontraban dentro del 10% de las mujeres del estudio con las mayores exposiciones-- eran 3,5 veces más propensos a desarrollar asma que aquellos que estaban en el 10 por ciento con la menor exposición.

El riesgo de desarrollar asma presente en los menores cuyas madres se expusieron en un nivel intermedio --entre el 10% y el 90%-- fue un 75 por ciento superior que para aquellos con menor exposición. Para la media de la población, según Li, los hijos de mujeres cuyos niveles de exposición se situaban dentro del 10 por ciento de las que se expusieron menos podrían presentar cerca de un 13,6 por ciento de riesgo absoluto de desarrollar asma.

Las mujeres con mayor exposición podrían tener un 33 por ciento de riesgo de tener hijos con asma durante los 13 años que duró el seguimiento de estos pacientes. Cerca del 13 por ciento de los niños desarrollaron asma antes de cumplir los 18 años, una enfermedad causada por el mal funcionamiento del sistema respiratorio y el inmune. Li reconoce que no está claro por qué la exposición a tendidos eléctricos puede incrementar el riesgo de asma y señala que existen varias posibilidades. A su juicio, este estudio ofrece un "argumento de peso" para preocuparse sobre los campos magnéticos y su posible efecto sobre la salud humana. "Se trata de un asunto que debe estudiarse con mayor profundidad", asevera.