Traducido por el equipo de Sott.net

Una serie de muertes de ballenas ocurridas en los últimos días en el sur de Argentina preocupa a los científicos, que creen que la culpa podría ser de una microalga.
At least 13 dead southern right whales have appeared on the coast of the Golfo Nuevo and Peninsula Vald
Al menos 13 ballenas francas australes muertas han aparecido en la costa del Golfo Nuevo y la Península de Valdés.
Entre el 24 de septiembre y el 2 de octubre, al menos 13 ballenas francas australes murieron en el Golfo Nuevo, cerca de la Península de Valdés, en la Patagonia argentina, una zona que es santuario y lugar de cría de estos enormes mamíferos, según el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB).

Las autoridades han empezado a realizar autopsias a las ballenas recuperadas y han comenzado a analizar el agua y los moluscos "para determinar la presencia de posibles biotoxinas relacionadas con la proliferación de floraciones de algas nocivas conocidas como mareas rojas", dijo la coordinadora del programa de ballenas, Agustina Donini, en un comunicado del ICB publicado el lunes.


Ninguna de las ballenas observadas hasta ahora mostraba signos de lesiones o traumatismos, y todas estaban bien alimentadas, dijo el ICB.

Las muertes se producen en un momento en que las autoridades han celebrado la cifra más alta de cetáceos de la temporada en una zona que atrae a los turistas de avistamiento de ballenas.

El gran número de ballenas muertas en un espacio de tiempo tan corto sugiere que "una variable ambiental local" es la culpable, dijo Marcella Uhart, otra directora del programa de ballenas

Las floraciones de algas producen toxinas naturales que pueden ser perjudiciales para otros organismos que viven en el agua.

Su pigmento puede hacer que la superficie del agua parezca roja, lo que da al fenómeno el nombre de "marea roja".

Fabián Gandón, alcalde de la cercana localidad de Puerto Pirámides, dijo a los periodistas que se había producido "un aumento inusual de... mareas rojas" en los golfos Nuevo y San José.

Se ha aconsejado a la población local que evite comer moluscos, que pueden almacenar las toxinas creadas por las floraciones de algas.

A pesar de las recientes muertes, las autoridades han registrado más de 1.400 ballenas en los golfos Nuevo y San José, el mayor número en más de 50 años.