Traducido por el equipo de SOTT.net

La policía cree que una mujer de 28 años que murió tras el ataque de un perro estaba paseando a varios perros en ese momento. Una segunda mujer fue trasladada al hospital para recibir tratamiento.
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La Policía de Surrey detuvo el jueves por la tarde a ocho perros en Caterham, Surrey, que permanecen bajo custodia. Los agentes han identificado a sus dueños, pero no se han producido detenciones.


La policía había informado previamente de la detención de siete perros.

Una segunda mujer fue trasladada al hospital para recibir tratamiento por mordeduras de perro y ya ha sido dada de alta.

La inspectora Lyndsey Whatley, comandante del distrito de Tandridge, ha declarado:
"Se trata de un trágico incidente en el que una joven ha perdido tristemente la vida y nuestros pensamientos están con su familia y amigos.

Sé que los sucesos de ayer preocupan mucho a la comunidad local y me gustaría tranquilizar a los residentes diciéndoles que estamos seguros de que todos los perros implicados están bajo custodia policial mientras investigamos las circunstancias de lo ocurrido.

Los agentes permanecerán hoy en la zona de Gravelly Hill mientras prosiguen las pesquisas y, si tienen alguna información pero aún no han hablado con la policía, les rogamos que se pongan en contacto con nosotros".
El viernes por la mañana, las carreteras alrededor del lugar de los hechos estaban bloqueadas por coches de policía mientras los agentes seguían investigando.

Un hombre en el lugar dijo:
"La zona está en medio del campo rodeada de grandes casas unifamiliares.

Todas las carreteras cercanas y circundantes están cerradas. Hay coches de policía con luces intermitentes bloqueando las carreteras.

Es un lugar bastante frecuentado para pasear, pero nadie parece saber exactamente qué ha ocurrido."
Por ley, los dueños de perros que matan a alguien pueden ser encarcelados hasta 14 años o enfrentarse a una multa ilimitada, o ambas cosas.

Los dueños de perros que hieran a alguien pueden ser condenados a penas de hasta cinco años de cárcel o a una multa, o a ambas cosas.

Quien sea declarado culpable de tener un perro "peligrosamente fuera de control" puede enfrentarse a una multa ilimitada o ser encarcelado hasta seis meses, o ambas cosas.