Traducido por el equipo de SOTT.net

La inteligencia estadounidense se apresuró mucho en filtrar información sobre la investigación alemana a The New York Times. Da la clara impresión de que el verdadero culpable está nervioso por el trabajo de investigación de Seymour Hersh.
Divers
© Oetzipopoetzi, CC BY-SA 3.0, Wikimedia CommonsBuzos haciendo una parada de seguridad a 5 metros
En el año 2000 se estrenó la serie de televisión Andrómeda, basada en material no utilizado de Gene Roddenberry, el creador de la serie y franquicia Star Trek. La trama se basa en la noción de una nave espacial, "Andrómeda", congelada en el tiempo, que recibe la oportunidad de invertir el reloj y deshacer la historia.

La serie duró cinco años.

Ahora, volvamos al presente.

La historia ha repartido una dura estocada a la administración del presidente estadounidense Joe Biden, quien confesó abiertamente su intención de "poner fin" al sistema de gasoductos Nord Stream, que suministraba gas natural ruso a Europa a través de cuatro gasoductos (Nord Stream 1 y Nord Stream 2, compuestos por dos gasoductos cada uno).

Desde entonces, la Casa Blanca de Biden se vio obligada a negar la intención declarada del presidente después de que un explosivo informe del periodista de investigación Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer, detallara información condenatoria que, de ser cierta (y no hay razón para sospechar que no lo sea) atribuye al propio Biden la responsabilidad de una serie de explosiones submarinas que tuvieron lugar el 26 de septiembre de 2022.

El informe de Hersh fue ignorado por los principales medios de comunicación de Estados Unidos, y ni The New York Times, para el que Seymour Hersh escribió sobre cuestiones de seguridad nacional durante muchos años, ni The Washington Post insinuaron siquiera que el mayor periodista de investigación viviente había dado a conocer una noticia de gran repercusión.

Aquí entra el "Andrómeda", no la nave espacial de la serie de televisión homónima, sino más bien un yate Bavaria C50 de 15 metros con base en la ciudad portuaria alemana de Rostock, en el Báltico. El 7 de marzo -casi un mes después de que Hersh autopublicara su artículo en Substack- un equipo de reporteros alemanes del estudio ARD capital, Kontraste, Südwestrundfunk (SWR) y Die Zeit informaron conjuntamente que habían descubierto la existencia de "la embarcación que supuestamente se utilizó para la operación secreta".

El barco era "un yate alquilado a una empresa con sede en Polonia, aparentemente propiedad de dos ucranianos". Según la historia, "la operación secreta en el mar fue llevada a cabo por un equipo de seis personas".

El nombre del yate era "El Andrómeda".

Según el reportaje alemán, el equipo -cinco hombres, compuesto por un capitán de barco, dos buzos principales, dos buzos de apoyo y una doctora- utilizó el Andrómeda para transportar al equipo, junto con los explosivos utilizados para destruir los gasoductos, hasta el lugar del crimen. El barco fue devuelto a Rostock en "un estado sin limpiar", lo que permitió a las fuerzas del orden alemanas, que llevaron a cabo una inspección del buque entre el 8 y el 11 de enero, detectar "restos de explosivos" en una mesa de la cabina del barco.

El mismo día en que se publicó la información alemana sobre el nuevo relato del ataque a Nord Stream, The New York Times publicó en portada un artículo titulado "Inteligencia sugiere que un grupo pro-ucraniano saboteó los oleoductos, dicen funcionarios estadounidenses."

[En conexión: A medida que cae Bakhmut, EE.UU. podría alejarse de Ucrania, comenzando con la historia del oleoducto].

Por primera vez, The New York Times se refirió al reportaje de Hersh, escribiendo:
"El mes pasado, el periodista de investigación Seymour Hersh publicó un artículo en la plataforma de noticias Substack en el que concluía que Estados Unidos llevó a cabo la operación bajo la dirección del Sr. Biden", antes de cerrar con "Funcionarios estadounidenses dicen que el Sr. Biden y sus principales asesores no autorizaron una misión para destruir los oleoductos Nord Stream, y dicen que no hubo participación de Estados Unidos."
map nordstream
© FactsWithoutBias/CC-By-SA 4.0/Wikimedia CommonsMapa de las explosiones provocadas en los oleoductos Nord Stream - 26 de septiembre de 2022
Como haciéndose eco de los desmentidos de la Casa Blanca de Biden, The New York Times comenzó con ésto:
"Nuevos informes de inteligencia equivalen a la primera pista significativa conocida sobre quién fue el responsable del ataque a los gasoductos Nord Stream que transportaban gas natural de Rusia a Europa."
El New York Times, al parecer, estaba más que contento de seguir adelante con sus propias fuentes de inteligencia anónimas, mientras descartaba las de Hersh.

El problema tanto con la información alemana como con la del New York Times (cuya fuente se refería claramente a los mismos datos comunicados por los reporteros alemanes) es que la narrativa de Andrómeda no se sostiene.

Tomemos, por ejemplo, el cuento de Tom Clancy sobre las hazañas de cuatro buzos supuestamente afiliados a Ucrania que desafían la fisiología realizando inmersiones que requerirían el uso de una cámara de descompresión para sobrevivir a un ascenso de 240 pies (la profundidad de los gasoductos Nord Stream que fueron destruidos). Una regla general es que la descompresión tarda aproximadamente un día por cada 100 pies de agua de mar más un día.

marina
© Beauwell/CCo/Wikimedia CommonsMarina en Rostock, Alemania
Esto significa que el equipo de buceadores habría necesitado tres días de descompresión por inmersión. Pero para descomprimir se necesita una cámara de descompresión. Para una inmersión en la que participaran dos buceadores, el Andrómeda tendría que haber sido equipado con una cámara de descompresión de clase A para dos personas, o con dos cámaras de clase B para una sola persona, así como con el número de grandes botellas de oxígeno necesarias para hacer funcionar estas cámaras a lo largo del tiempo.

Un simple examen del espacio interior de la cabina del yate Bavarian C50 despojaría rápidamente a uno de cualquier idea de que alguna de las dos opciones era viable.

En pocas palabras: sin cámara de descompresión, no hay inmersión, no hay historia.

"Restos" de Explosivos de Gran Potencia

Hay otro aspecto de la historia que investigar. Según la información alemana, las fuerzas del orden detectaron "restos" de explosivos de gran potencia en las mesas de la cabina del Andrómeda.

Según la Fiscalía sueca, en un comunicado publicado el 19 de noviembre de 2022, los investigadores suecos descubrieron "restos de explosivos en varios de los objetos extraños que se encontraron" en el lugar de las explosiones.

Estos explosivos, según un informe del 22 de noviembre de 2022 emitido por Nord Stream AG, la empresa matriz con sede en Suiza propietaria de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, produjeron "cráteres tecnogénicos [es decir, "de o pertenecientes a un proceso o sustancia creada por la tecnología humana"] de una profundidad de 3 a 5 metros" separados "por una distancia de unos 248 metros."

"La sección de la tubería entre los cráteres está destruida, el radio de dispersión de los fragmentos de tubería es de al menos 250 metros", señalaba el informe.
Office
© Alexey M, CC BY-SA 4.0, Wikimedia CommonsOficina central de Nord Stream AG en Zug, Suiza.
En un informe a las Naciones Unidas, tanto Dinamarca como Suecia afirmaron que los daños causados a los gasoductos Nord Stream fueron provocados por explosiones equivalentes a la potencia de "varios cientos de kilogramos de explosivo".

Cabe señalar que las tuberías submarinas como las utilizadas en Nord Stream están diseñadas para resistir explosiones proximales de artefactos de hasta varios cientos de kilogramos. De hecho, en lugares como el Mar Báltico, donde abundan los artefactos militares sin detonar procedentes de múltiples guerras mundiales, la amenaza de que un artefacto a la deriva golpee una tubería y detone es bastante real.

Los modelos informáticos muestran que una carga explosiva de 600 kg detonada a unos 5 metros de una tubería de acero de 34 mm de grosor llena de gas no comprometería la integridad estructural de la tubería.
Pipe
© Vuo, CC BY-SA 4.0, Wikimedia CommonsSección de la tubería Nord Stream expuesta al público - Kota, Finlandia • 2017
En el lugar de las explosiones, las tuberías de Nord Stream estaban formadas por tubos de acero de 26,8 mm con un revestimiento adicional de hormigón de 33,2 mm, con un grosor total de 60 mm. El peso de un solo tramo de tubería superaba las 11 toneladas.

En resumen, una carga explosiva estándar de varios cientos de kilogramos no sería suficiente para causar la destrucción que se produjo en el gasoducto Nord Stream.

Aquí entra Hersh, que informó que los explosivos utilizados eran "cargas moldeadas".

Con una carga moldeada, la energía de la explosión se concentra en una dirección, normalmente mediante la creación de una forma cóncava en el explosivo que luego se recubre con una lámina de metal, de modo que suele conseguir un efecto de penetración en el blindaje y/o el hormigón.

Sin entrar demasiado en detalles técnicos, el diseño de una carga explosiva subacuática moldeada que fuera suficiente para penetrar una tubería de acero revestida de hormigón a una profundidad de 240 pies no es de dominio público. La carga tendría que ser preparada por expertos cualificados en explosivos e idealmente ensayada antes de ser empleada operativamente para validar el diseño y la funcionalidad del artefacto.
No se trata de tareas llevadas a cabo por un pequeño equipo ad hoc de saboteadores submarinos ucranianos, sino por agentes patrocinados por el Estado con acceso a explosivos de grado militar y a instalaciones de ensayo.
Segundo strike para el informe alemán.

Pero la deficiencia más flagrante del informe alemán tiene que ver con la detección de "trazas de explosivo" a bordo del Andrómeda. Esta información permitiría identificar con precisión el explosivo utilizado. Es más, si se compara y contrasta con el "rastro de explosivo" hallado por los suecos en el lugar de los atentados del Nord Stream, podría proporcionar un vínculo claro entre el Andrómeda y los atentados.

Pero Suecia ha sellado los archivos de su investigación sobre el ataque al Nord Stream por motivos de seguridad nacional, lo que significa que no cooperará con Alemania para ver si los rastros de explosivo encontrados en la escena del crimen del Nord Stream coinciden con los que había a bordo del Andrómeda.

La razón obvia de esta decisión: porque las dos trazas no coincidirán. Una -la muestra sueca- apunta al culpable. La otra -la muestra de Andrómeda- es la prueba de un encubrimiento.

Tres strikes y estás fuera.

El burdo esfuerzo del Gobierno alemán para fabricar un relato alternativo sobre quién atacó el gasoducto Nord Stream no pasa la prueba del olfato; en pocas palabras, apesta. Los agujeros de esta historia son tales que ni los guionistas más dotados podrían convertir este cuento de Andrómeda de cambiar la historia en algo remotamente creíble. En resumen, Gene Roddenberry no estaría impresionado.

Además, el hecho de que la comunidad de inteligencia estadounidense se apresurara a filtrar información sobre la investigación alemana a The New York Times parece ser una prueba de facto de la complicidad de Estados Unidos en este encubrimiento.

Y la razón de este encubrimiento es bastante clara: tanto los alemanes como los estadounidenses temen los reportajes realizados por Hersh.
Sobre el Autor:

Scott Ritter es un antiguo oficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de Estados Unidos que sirvió en la antigua Unión Soviética implementando tratados de control de armas, en el Golfo Pérsico durante la Operación Tormenta del Desierto y en Irak supervisando el desarme de armas de destrucción masiva. Su libro más reciente es Disarmament in the Time of Perestroika, publicado por Clarity Press.