Traducido por el equipo de SOTT.net

Según el Dr. Ralph Alexander, catedrático asociado de Física jubilado, el informe de desastres de 2022 en cifras del CRED (Centro de Investigación sobre Epidemiología de los Desastres) es aún más deshonesto que el de 2021.
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Las afirmaciones más atroces se refieren al número de víctimas mortales de las catástrofes meteorológicas. Según la propia base de datos de sucesos de emergencia EM-DAT del CRED, la mortalidad es hoy un 98% menor que un siglo antes. Pero un "examen más cuidadoso" de las estadísticas de mortalidad indica que este porcentaje puede ser engañoso. "Malinterpretar las estadísticas podría ser perjudicial si apoya un discurso que minimiza la importancia del cambio climático", señala.

El enorme descenso del 98% en 100 años de las muertes por catástrofes relacionadas con el clima -muy citado, pero inconveniente para promover los temores climáticos- se muestra en la figura A a continuación.
total deaths per decade graph
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Pero la figura B cuenta una historia diferente. El CRED elimina las 50 catástrofes más importantes y afirma que las muertes muestran una "tendencia positiva" a lo largo del último siglo. Como resultado de estas manipulaciones, el CRED se siente capaz de señalar que "es imposible sacar conclusiones sobre las causas subyacentes de la tendencia de la mortalidad por catástrofes a lo largo del siglo basándose únicamente en las cifras de EM-DAT". El Dr. Alexander tiene una opinión diferente sobre el asunto. "Semejante subterfugio es deshonesto y estadísticamente defectuoso [...] la única forma de presentar honestamente cualquier tendencia es incluir todos los datos". Un principio fundamental del método científico, prosigue, es que no se puede ignorar ninguna prueba que no encaje en la propia narrativa, simplemente porque resulte inconveniente.

El CRED tiene su sede en la Universidad de Lovaina (Bélgica) y su informe anual sobre catástrofes se publica con la mayor organización de ayuda exterior de Estados Unidos, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El trabajo del CRED es ampliamente utilizado, y se dice que su servicio EM-DAT proporciona "información objetiva basada en pruebas". Se señala que puede utilizarse para evaluar la vulnerabilidad de las comunidades ante las catástrofes, "ayudando así a los responsables políticos a establecer prioridades".

En la portada del informe se relaciona un total de 30.704 muertes con "el clima en acción", una extraña vinculación ya que el informe incluye 1.626 muertes por terremotos y seis por actividad volcánica, que difícilmente tienen que ver con el "clima". La cifra de 2022 fue tres veces superior a la de 2021, pero inferior a la media de 2002-2021 de 60.955 muertes. Pero, observa el Dr. Alexander, el informe continúa afirmando que la media de 2002-2021 está influida por unas "pocas megadesastres". Una comparación "más útil", sugiere el CRED, es que el número de víctimas de 2022 es casi el doble de la media de 2002-2021 de 16.011 muertes. Por supuesto, elegir la media, la cifra intermedia de todos los datos, apesta a selección. Pero el Dr. Alexander prefiere ampliar su crítica señalando que las cifras anuales de muertes son eventos independientes no relacionados en el lenguaje de la estadística, "por lo que no es válido asignar ningún significado estadístico a que las 30.704 muertes de 2022 sean inferiores a la media a largo plazo o superiores a la media a largo plazo. El intento del CRED de ajustar sus datos a una narrativa que enfatiza 'la importancia de la acción climática' fracasa".

La Global Warming Policy Foundation (GWPF) dio a conocer el trabajo de Alexander afirmando que el último informe sobre catástrofes del CRED contiene "datos burdamente manipulados". El director de la GWPF, Benny Peiser, afirmó que Alexander había demostrado que los autores de Disaster in numbers habían hecho todo lo posible por apoyar la tesis de la catástrofe climática, "cuando los datos y las tendencias de las catástrofes meteorológicas apuntan en la dirección contraria". Todas las partes implicadas, prosiguió, "deberían avergonzarse de lo que aparece en su nombre. Esta publicación está fatalmente viciada y debería retirarse".

El CRED realiza una valiosa labor de recopilación de datos sobre catástrofes en todo el mundo. Pero las mordaces críticas del Dr. Alexander ponen de relieve la influencia maligna que ejerce una narrativa política que promueve la agenda colectivista de la Net Zero. Parece que cada dato estadístico debe alinearse para promover la idea de que los humanos están destruyendo el clima por la quema de combustibles fósiles.

El año pasado, el exsubsecretario de Ciencia de la administración Obama, Steven Koonin, publicó un libro sobre el clima titulado Unsettled, en el que señalaba que las instituciones científicas "parecen más preocupadas por hacer que la ciencia se ajuste a la narrativa, que por asegurar que la narrativa se ajuste a la ciencia". Además, "el desconocimiento general de lo que la ciencia dice en realidad, el dramatismo de los fenómenos meteorológicos extremos [...] todo ello va en contra de una cobertura equilibrada en los medios de comunicación populares". El culpable de toda esta "desinformación al servicio de la persuasión" no es ninguna cábala secreta, "sino más bien una alineación de perspectivas e intereses que se refuerza a sí misma".

Chris Morrison es redactor de Medio Ambiente del Daily Sceptic