Traducido por el equipo de SOTT.net

Los ciudadanos alemanes critican el plan del Gobierno de prohibir las calderas de gasóleo y gas y sustituirlas por bombas de calor, alegando que se está haciendo demasiado deprisa y va a costar mucho dinero.
gas burner
Alemania quiere ser "cero emisiones" en 2045. Para ello, el Gobierno ha anunciado recientemente que prohibirá las calderas que funcionen con combustibles fósiles, lo que obligará a los ciudadanos a recurrir a las bombas de calor como única opción suficientemente ecológica para quienes no tengan acceso a la calefacción urbana.

El coste de la prohibición se estima en más de 9.000 millones de euros, o 10.000 millones de dólares, anuales hasta 2028. Después, según el Gobierno de Scholz, los costes se reducirán casi a la mitad gracias al aumento de la producción de bombas de calor y a la ampliación de la capacidad eólica y solar.

El Gobierno ofrece a los hogares una ayuda financiera del 30% del coste del cambio, pero a los ciudadanos alemanes no parece interesarles demasiado.

"La gente está indignada y furiosa", declaró al Financial Times Petra Uertz, de la Asociación de la Propiedad Residencial. "No pueden entender por qué tiene que ocurrir tan rápido".

"Esta ley afecta a 66 millones de alemanes. . y hay una enorme inquietud", según Marie-Agnes Strack-Zimmermann, diputada del Partido Liberal Democrático.

El FDP es uno de los tres partidos del Gobierno de coalición dirigido por Olaf Scholz y no es partidario de la prohibición de las calderas de gas.

"No deberíamos atarla a una fecha concreta contra viento y marea, hay cosas en ella que deben cambiarse primero", declaró Strack-Zimmermann a los medios de comunicación alemanes, afirmando que la insistencia del Partido Verde en aprobar la prohibición como ley antes de las vacaciones de verano era absurda.

El Partido Verde, por cierto, está perdiendo apoyo popular más rápido de lo que se derrite la nieve en mayo. Según las últimas cifras, presentadas por el FT, ahora es menos popular que la derechista Alternativa para Alemania, con un índice de popularidad del 14%.

Además, la prohibición ha disparado la demanda de calderas de gas: sólo entraría en vigor a partir de enero del año que viene, así que si la gente instala calderas antes de que acabe este año, puede seguir utilizándolas.