Por el aumento de incendios forestales e inundaciones, cada vez más aseguradoras en Estados Unidos dejan de cubrir hogares o van a la quiebra, dejando desamparados a millones de ciudadanos.
Forrest Fire
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El fenómeno es analizado en una nota aparecida en el New York Times, motivada por la reciente decisión de la aseguradora más grande del estado de California de dejar de ofrecer cobertura a nuevos clientes.

Según indica el diario, la estrategia es parte de una tendencia más amplia de empresas que se retiran de regiones consideradas peligrosas, pero también un reflejo de un sistema de seguros "roto" que deja cada vez más vulnerable a los habitantes del territorio estadounidense.
"Este mes, la compañía de seguros para propietarios de viviendas más grande de California, State Farm, anunció que dejaría de vender cobertura a los propietarios de viviendas. Eso no es solo en las zonas de incendios forestales, sino en todo el estado. Las compañías de seguros, cansadas de perder dinero, aumentan las tarifas, restringen la cobertura o se retiran de algunas áreas por completo, lo que hace que sea más costoso para las personas vivir en sus hogares", resume el New York Times.
Según el artículo, en zonas del estado de Kentucky devastadas por tormentas el verano pasado el precio del seguro contra inundaciones se cuadruplicará. En Luisiana, el principal funcionario de seguros dijo al diario que el mercado está en crisis y está ofreciendo millones de dólares en subsidios para tratar de atraer aseguradoras al estado.

Mientras tanto, en Florida, uno de los estados más propicios a ser golpeados por desastres climáticos, los propietarios de viviendas luchan cada vez más para comprar cobertura contra tormentas.

"La mayoría de las grandes aseguradoras ya se han retirado del estado, enviando a los propietarios de viviendas a compañías privadas más pequeñas que se esfuerzan por mantenerse en el negocio, un posible vistazo al futuro de California si se van más aseguradoras grandes", explica el diario sobre la situación en Florida.

En California, la aseguradora State Farm dijo que dejaría de aceptar solicitudes para la mayoría de los tipos de nuevas pólizas de seguro en el estado debido a una "exposición a catástrofes que crece rápidamente".

De acuerdo a la nota, el valor de las tasas de seguros en California se disparó después de una serie de incendios forestales que comenzaron en el 2017 y que hasta el verano pasado había continuado, destruyendo miles de casas, arrasando centenares de miles de hectáreas y dejando a su paso decenas de muertos.

Algunos propietarios perdieron sus casas por completo, señala el NYT, porque las aseguradoras se negaron a cubrir viviendas en áreas vulnerables.

"Un modelo roto"

El artículo asegura que los problemas de California parecen "una versión en cámara lenta" de lo que experimentó Florida después de que el huracán Andrew devastara Miami en 1992. Según recuerdan, las pérdidas llevaron a la bancarrota a muchas aseguradoras y provocaron que la mayoría de las compañías nacionales se retiraran del estado.
"El huracán Irma de 2017, que tocó tierra en los Cayos de Florida como una tormenta de categoría 4 antes de avanzar hacia la costa, no causó una gran cantidad de daños. Pero fue la primera de una serie de tormentas que culminó con el Huracán Ian en octubre pasado, que rompió el modelo en el que se habían basado las aseguradoras: un mal año de siniestros, seguido de algunos años tranquilos para reconstruir sus reservas", indica.
"Desde Irma, casi todos los años han sido malos. Las aseguradoras privadas comenzaron a tener dificultades para pagar sus reclamaciones; algunos cerraron. Los que sobrevivieron aumentaron significativamente sus tasas".

Esta situación ha provocado que cada vez más personas dejen el reducido mercado privado de seguros por Citizens, una empresa estatal que se ha convertido en la más grande de la entidad. Sin embargo, esta compañía no cubre casas por un valor mayor a 700.000 dólares o 1 millón de dólares en el condado de Miami-Dade y los Cayos de Florida.

"Esto deja a los propietarios de viviendas sin otra opción que una cobertura privada, y en partes del estado, esa cobertura es cada vez más difícil de encontrar", explica un experto consultado en la nota.

Pero no se trata del único estado experimentando estos problemas. Según consigna el NYT, el mercado de seguros de Luisiana comenzó a colapsar después de que las aseguradoras comenzaron a irse después del huracán Katrina en 2005.
"Luego, comenzando con el huracán Laura en 2020, una serie de tormentas azotó el estado. Nueve compañías de seguros quebraron; la gente comenzó a apresurarse a adoptar la versión estatal del plan Citizens de Florida", indican.
En este contexto, Luisiana aumentó las primas de la cobertura proporcionada por su plan estatal en un 63%, a un promedio de 4.700 dólares al año, y en marzo el gobierno estatal pidió prestados 500 millones de dólares para pagar los reclamos de los propietarios que habían sido abandonados cuando sus aseguradoras privadas quebraron.

Como si esto fuera poco, Luisiana acordó recientemente nuevos subsidios para aseguradoras privadas, utilizando fondos públicos no para la reconstrucción de viviendas sino para pagarles a empresas de modo que hagan negocios con sus residentes.