Traducido al español por el equipo de Sott.net

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Este libro tiene muchas razones para recomendarlo. Dos de ellas son muy poderosas. En primer lugar la postulación a través de sus indicaciones neuroscientíficas de que el cerebro de los psicópatas es genéticamente diferente y, porque no puede cambiar, es importante dejarlo ir. No entendiendo esto, la víctima queda atrapada una y otra vez en la "vorágine" de su juego de poder.

El término psicópata es usado en el libro para describir a la mayoría de los sujetos diagnosticados como "escasos o carentes de empatía y conciencia" (p. 19). Además la autora delínea su hipótesis nutriendo el debate entre naturaleza vs crianza en referencia a si las personas devienen psicóptas o nacen siéndolo. Sus argumentos son realmente convincentes.

La segunda razón es la hipótesis de Sandra Brown respecto a los "super razgos" de la víctima, que se ajustan con los del psicópatas. Parece ser que cuanto más fuerte e independiente es la mujer, es mayor el desafío y la utlización que ella proporciona al hombre detrás de la máscara. El psicópata es un oportunista, así como un sádico (en diversos grados). Su estilo de vida parasitario depende de la fuerza de su víctima y a menudo de su riqueza. Él tendrá muchas relaciones para estar seguro de que siempre tendrá "suministro fresco" de todo lo que él sienta que son sus necesidades. Las mujeres más fuertes duran más tiempo. Y sin embargo, incluso después de que él logre quebrarla, algunas víctimas reportan que han oido acerca de estos hombres un año después, o aún diez años después. Muchas mujeres se preguntan a si mismas cómo es que ocurrio esto; el libro les dará a ellas una minuciosa y dolorosa descripción. Y justamente identificando esta cuestión es que comienza el camino de sanación.

Al principio me preocupaba que la autora comenzó con la explicación del psicópata. Después de todo, este libro dice "por primera vez un libro acerca de ellas..." en la contratapa. Sin embargo en el comienzo el libro se esfuerza por mostrar exactamente de qué estamos hablando en términos médicos y psiquiátricos cuando nos referimos a hombres con esta etiqueta. Es un largo y agotador trayecto, pero si el lector es persistente, logrará formar una base sólida para la comprensión de cómo la autora ha construido su descripción de la víctima, y de qué manera sobre ella soporta sus conclusiones.

A lo largo del libro, la autora describe y da ejemplos claros de la forma en que el psicópata acecha y corteja a su presa. Él "vuela bajo el radar" de la aplicación de la ley y del propio instinto de conservación de la víctima (la dicotomía entre la atracción de su carisma vs el odio hacia él; intensa atracción; incluso trance y sugestión). Sandra Brown pasa a través de todo el ciclo de relación, y luego da algunos detalles de la fase de salida y, a modo de advertencia, menciona un peligro a tener en cuenta: él no la dejará ir. Ellas necesitarán ayuda. Es interesante notar que, puesto que varios psicópatas eluden a la policía, el estudio de la víctima dará una visión más precisa de cuan grande es el problema, como señala la autora.

A pesar de que la lectura está matizada con citas de las víctimas con las que la autora a trabajado, creo que las historias más largas deberían haber estado posicionadas en el libro en un lugar de mayor relevancia. Al leerlas en el contexto que fueron ubicadas, se sintió simplemente como si hubieran sido agregadas a último momento, y esto fue una nota disonante para mí. También fue desolador ya que ninguna de las historias terminó con la recuperación. Me hubiera gustado haber visto algunos testimonios de ex-clientes (omitiendo los nombres, por supuesto) del Instituto que la autora menciona en numerosas ocasiones en el libro. Si bien entiendo que uno no puede recuperarse de este tipo de daño con la simple lectura de un libro, éste podría servir a un mejor propósito teniendo algunos comentarios de aquellos que han pasado por esta situación para dar esperanza y fuerza a quienes están transitando ese mismo camino.

Otra crítica es que en la página de "recursos" sólo se menciona el instituto de la autora: Institute for Relational Harm Reduction & Public Psychopathy Education. Es posible que las víctimas en diferentes partes de los Estados Unidos, y más aún de otros países, no puedan hacer uso de este instituto fácilmente. Es también posible que el Instituto podría estar sobrepasado en su capacidad y ser incapaz de manejar todos los requerimientos. Irónicamente, una persona que entrevistó a Sandra Brown, Susan Murphy-Milano del programa de radio Time's Up, ha ayudado a muchas victimas. Realmente un problema como éste requiere de una red, un consorcio de personas dedicadas, quienes pueden asesorar y orientar a las víctimas sobre el mejor sitio donde comenzar su curación.

Por último, las pocas páginas dedicadas al inevitable daño ocasionado en relación a los niños, ofrece suficiente material para ser atendido de un mejor modo en otro libro. Con la cobertura que se le ha dado aquí, se transforma en un factor que induce a la victima (que como bien dice la autora, sólo es un remanente de la persona que solía ser) a desarrollar culpa.

Sin embargo este libro logra lo que se propuso: describir quién es él, quién es ella, y quiénes son ellos cuando sus vidas se cruzan. Armada con esta premisa básica, la autora explica claramente el desarrollo de la relación, y el daño inevitable que ésta seguramente dará como resultado. Una víctima dentro del ciclo puede verse a si misma y salir de él. Sin duda, aquella víctima que está en las últimas etapas puede ver con mayor claridad, y la que ha logrado escapar (al menos físicamente) puede ponerle un nombre a lo que le ha sucedido y buscar apoyo para curarse. Mientras que ponerle nombre a algo en algunos casos puede darle poder, en este caso permite desmitificar y darle poder a la víctima para, eventualmente, convertirse en un sobreviviente.