En occidente muchos pensaban que el islam era una simple herejía cristiana, sin embargo, el islam era mucho más que eso y salvo en el caso de España y de Rusia, no solo no perdió posiciones durante más de un milenio, sino que continuó expandiéndose y manteniendo sus dominios hasta la consolidación de las grandes potencias europeas del siglo XIX. De esas victorias occidentales sobre un islam muy debilitado, surgió en ellos un sentimiento de superioridad que no se ha extinguido y que ha colocado a occidente en una situación muy peligrosa.
Desde finales del siglo XVII Gran Bretaña se valió de los musulmanes para dividir a la población de la India, ya que enfrentándolos con los hindúes no solo consiguió quebrantar la resistencia efectiva de los indios, sino que siglos después logró partir la nación, impidiendo de esta manera que pudiera acercarse a Rusia. A lo largo de mucho tiempo una de las armas imperiales de Gran Bretaña sería siempre la utilización del extremismo islámico para alcanzar sus fines.
También Napoleón acarició la idea de servirse del islam como un instrumento para lograr sus ambiciones imperiales contra La Gran Bretaña y solo el fracaso de su expedición en Egipto y Palestina impidió que pudiera consumar su proyecto.
Iniciando el siglo XX, el Imperio alemán decidió seguir el ejemplo británico y así, durante la Primera Guerra Mundial logró convencer al Imperio turco para que declarara no simplemente la guerra, sino la guerra Santa (La Yihad) contra las potencias aliadas. Uno de los frutos de esa política de instrumentalización del islam por occidente sería el exterminio de los armenios.
El fascismo italiano captó también los posibles beneficios de instrumentalizar el islam y Benito Mussolini llegó a regalar las bellas columnas de mármol blanco de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, a la vez que se fotografiaba como espada del islam. Solo la invasión de Libia y la derrota de Italia en el norte de África le impidieron continuar esa política.
El nazismo elaboró una política de utilización del islam contra la Unión Soviética, incluso desarrollaron las divisiones musulmanas de las SS; entre los instrumentos de esta política estuvo también el Gran Muftí de Jerusalén Hajj Amin al-Husayni. Al acabar la Segunda Guerra Mundial exnazis fueron a trabajar para la inteligencia de la República Federal alemana y lograron influir en la CIA para que utilizara a extremistas islámicos en la lucha contra la Unión Soviética.
Los Hermanos musulmanes creados por la inteligencia británica, se dedicaron a atacar al régimen nacionalista egipcio de Gamal Abdel Nasser. En 1967 durante la Guerra de los 6 días, Israel ocupó la franja de Gaza que era parte de Egipto; en contra de lo que hubiera cabido esperar, Israel no procedió a expulsar ni acabar con la rama de los hermanos musulmanes conocida como Hamás y dirigida por el jeque Ahmed Yassim, por el contrario, en los años siguientes Israel siempre trató de fortalecer a Hamás para debilitar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y dividir así la resistencia de los palestinos.
El Wall Street Journal publicó en 2009 un estudio de investigación de Artur Higgins, en el cual, un alto funcionario del gobierno israelí reconocía el papel que la inteligencia de Israel había tenido en convertir a Hamás en un movimiento de relevancia política entre los palestinos y afirmaba: "Cuando miro hacia atrás a la cadena de acontecimientos, pienso que cometimos una equivocación", pero en esa época nadie pensó en los posibles resultados. Ese apoyo de Israel a Hamás sería también denunciado por Marc Cohen, el funcionario israelí responsable de los asuntos religiosos de Gaza hasta el año 1994, quien mientras veía la destrucción causada por los cohetes de Hamás, decía que era una enorme y estúpida equivocación causada hacia 30 años, Cohen que era un judío nacido en Túnez y desarrolló su actividad durante más de 2 décadas, concluyó: "Hamás para mi gran pesar, es una creación de Israel", opinaba que, en lugar de intentar acabar con los habitantes de Gaza desde el principio, Israel los había empoderado durante años y en algunos casos, los había apoyado como contrapeso a la Organización para la Liberación de Palestina OLP. Así, Israel había cooperado con Yassim, el jefe qué, entre otras cosas, da nombre a las granadas impulsadas por cohetes que lanzaría Hamas sobre el territorio de Israel.
De forma igualmente significativa, en 1984 el Jeque Yassim fue sentenciado a 12 años de cárcel, pero Israel lo liberó al cabo de solo un año de prisión al considerarlo todavía una ficha útil contra la OLP.
Las ideas que parecen geniales en un momento determinado, pero que se ejecutan sin la menor consideración moral, no funcionan, y muchas veces, como si se tratara de un acto de justicia cósmica, se vuelven sobre aquellos que las idearon, causando sufrimientos indecibles a inocentes. Semejante realidad, debería llevarnos a concluir que la política sin moral es esencialmente dañina y que esa moral no se puede sustituir por una simple propaganda de supuesta superioridad moral.
Durante la década de los años 60 y de manera que pasó desapercibida a los medios de comunicación, el entonces denominado Mercado Común Europeo, germen de la actual Unión Europea, aprobó una serie de directrices que pretendían impulsar una inmigración masiva islámica en Europa y las razones fundamentales eran contar con una mano de obra más barata, así como también con una población más sumisa.
A finales de los años 70, Estados Unidos siguiendo la guía de asesores nazis, decidió utilizar el extremismo islámico de los talibanes en Afganistán para atacar a un gobierno que acabó pidiendo ayuda a la Unión Soviética. Mientras Estados Unidos apoyaba a los talibanes, el presidente Ronald Reagan los recibía en la casa blanca y los denominaba luchadores por la libertad. De otra parte, Israel legalizó a Hamás y le permitió establecer una red de escuelas, clínicas, una biblioteca y jardines de infancia en Gaza, aumentando así Hamás su influencia sobre los palestinos al proporcionarles una red de cobertura social que no proporcionaba el ocupante israelí; también apoyó el establecimiento de la Universidad islámica de Gaza, la cual posteriormente sería considerada un foco de militancia terrorista y en la operación plomo fundido de 2008/2009 fue bombardeada por la aviación israelí.
En los años 70 y buena parte de los 80, Hamás se consagró como una fuerza política y ese respaldo directo de Israel permitió que Hamas en 1988 durante la primera intifada, hiciera pública una declaración en la cual expresamente se negaba a aceptar la existencia del estado de Israel.
Solo después de los acuerdos de Oslo de 1993, cuando Israel accedió a reconocer como interlocutor a la OLP iniciando un proceso de paz, Hamas se convirtió en uno de los principales enemigos de Israel.
De esta manera, Hamás rehusó aceptar a Israel o renunciar a la violencia y se convirtió en la organización más importante de resistencia palestina contra la ocupación, lo que explica su popularidad hasta el día de hoy.
En 2004 Yassim murió en un bombardeo israelí, pero tres años después Hamas ganó las elecciones de manera aplastante, ante esta victoria Israel decidió bloquear Gaza, intentando convertir la zona en un lugar herméticamente cerrado, hecho este condenado por la legislación internacional.
Los atentados del 11 de septiembre, sea cual sea su autoría, fueron imputados de manera profundamente irónica a Osama Bin Laden, uno de los islamistas que había recibido ayuda de los Estados Unidos durante la Guerra de Afganistán. Los atentados Fueron aprovechados por la administración Bush para lanzar lo que se denominó la guerra contra del terror, una clara excusa para invadir naciones como Afganistán e Irak y también aprovechados por Benjamín Netanyahu (Primer Ministro de Israel), para intentar equiparar la tragedia sufrida por Estados Unidos con la lucha de Israel contra los palestinos.
La dura realidad es que Isis salió del caos surgido de la invasión de Irak, una nación que nada tuvo que ver con los atentados del 11 de septiembre y que además no poseía como se dijo, armas de destrucción masiva.
La existencia de Isis resultó útil para justificar intervenciones militares, y de hecho, las fuerzas de Isis fueron utilizadas para desestabilizar a Libia, la cual sería arrasada por la OTAN en 2011 y aún hoy permanece en una situación desesperada.
La operación de Siria, sin embargo, se vio frustrada por la ayuda que Rusia proporcionó al gobierno libio para enfrentarse con los terroristas islámicos a los que apoyaba occidente. Es de anotar que, en 2014 diversos medios de comunicación mostraron como Israel atendía a los heridos de Isis en sus hospitales, en tanto que la respuesta de Israel fue que Isis nunca había atacado su territorio.
La llegada masiva de musulmanes a Europa es una realidad imposible de ocultar, a pesar de los atentados perpetrados por terroristas islámicos y de la creciente habilidad derivada de los inmigrantes procedentes de países musulmanes, la Unión Europea ha seguido practicando una política de entrada masiva de musulmanes que ha llevado a naciones como Suecia al borde de convertirse en un estado fallido y que haya zonas de población musulmana donde la policía no se atreve a entrar en naciones como Alemania, Francia o Gran Bretaña y a que un número creciente de cargos públicos sean ocupados por musulmanes de origen extranjero.
Aunque los frutos de esa utilización de los islamistas resultan obvios, el caso del ataque de Hamás contra Israel es el último y más trágico ejemplo, pero nada parece indicar que esa política de instrumentalización de terroristas islámicos por distintos servicios de inteligencia occidentales e israelíes vaya a cambiar.
Comentario: Para comprender con más profundidad cómo podría verse en realidad la utilización de grupos como Hamás para justificar masacres, recomendamos leer sobre lo que realmente sucedió el 7 de octubre de 2023 en este "ataque de Hamás".
Las potencias occidentales e Israel parecen creer que el terrorismo islámico se puede utilizar impunemente para alcanzar objetivos económicos y políticos y piensan que los musulmanes, especialmente si son árabes, carecen del talento y de la inteligencia suficientes como para percatarse de que son meras marionetas al servicio de intereses que no son los suyos. Así, la Alemania del Kaiser logró que Turquía declarara La Yihad contra los aliados a la vez que Inglaterra y Francia alzaban a los árabes contra los turcos; así, la Alemania nazi creó unidades musulmanas de las SS con la intención de combatir a la Unión Soviética; así, Gran Bretaña creó a los hermanos musulmanes como una manera de atacar a los regímenes árabes que eran contrarios al colonialismo; así, la CIA recogió la estrategia de los nazis y comenzó a respaldar y a utilizar a grupos terroristas islámicos que actuarían en lugares como Afganistán, Libia o Siria; así, La Comunidad Económica Europea llegó a la conclusión de que esas poblaciones musulmanas podrían llegar en masa a Europa, donde se convertirían en siervos dóciles e ignorantes; así, La OTAN utilizó a terroristas islámicos para tratar de imponer sus objetivos en lugares tan significativos como Yugoslavia, Libia o Siria; finalmente, así Israel amamantó a Hamás para dividir a los palestinos e impedir que se pudiera crear un estado palestino.
La palabra que resume todo lo anterior es desprecio, pues en Occidente tienen la convicción de que una Europa poblada por musulmanes será más fácil de controlar, al verse reducida a un inmenso rebaño de seres inferiores. Subyace entonces una profunda inmoralidad a la que no le importa ni la injusticia ni los sufrimientos humanos, sino solo el apoderarse de materias primas o de puntos estratégicos; pero lo que se ve claramente es que no es razonable pensar que se puede controlar un monstruo violento, alimentado por el resentimiento y el deseo de venganza, excitado por las continuas humillaciones e injusticia e inspirado por un sentimiento espiritual de superioridad y de victoria, porque otra de las claves de este grave error es que nadie se da cuenta de la dimensión espiritual del fenómeno, pues si se vuelve la vista hacia atrás, resulta indudable que durante las últimas décadas tanto occidente como Israel han estado actuando de manera no solo injusta sino imprudente y además soberbia e incluso racista, pensando que podrían manipular, saquear, utilizar, falsear y finalmente salirse con la suya de manera impune.
Benjamín Netanyahu simplemente había utilizado el manual de los militares y espías que pensaron hace décadas que podían gestionar la amenaza de Hamás, tenerla controlada y perjudicar a un enemigo más preocupante, fuera la OLP años atrás o la idea de un Estado palestino en la actualidad.
Nunca hay que subestimar al adversario en una guerra y mucho menos creer que puedes manejarlo a tu antojo.
No nos podemos engañar, cuando se da de comer a una fiera se corre siempre el riesgo de que la fiera acabe volviéndose contra aquel que la alimenta.
Durante décadas se ha venido forjando La Espada del islam y ya ha llegado la hora de preguntarse si esa espada que han afilado con la sangre de tantos inocentes no acabará un día siendo la misma que actúe como un castigo por realizar durante décadas una política carente de moral y de humanidad.
______________________________
Bibliografía
- https://www.france24.com/es/programas/historia/20210813-india-pakistan-independencia-historia-genocidio-religioso
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-40906774
- https://eeihistoriaucv.files.wordpress.com/2014/07/las-guerras-de-napoleon-charles-esdaile.pdf
- https://www.ivoox.com/editorial-los-terribles-riesgos-subestimar-islam-audios-mp3_rf_117743528_1.html
- http://www.puvill.com/toc/9788499678894.pdf
- https://www.infolibre.es/politica/hamas-alimentas-bestia-acabas-riesgo-devore_1_1613876.html
- https://www.eldiario.es/internacional/israel-integristas-hamas-palestina-netanyahu_1_10614536.html
Comentarios del Lector
a nuestro Boletín