Los habitantes de pequeñas poblaciones costeras cercanas a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, fueron evacuados el martes a causa de un incendio forestal que descendió de las montañas circundantes y ardió sin control por segundo día consecutivo.
Los incendios forestales son relativamente frecuentes en las cadenas montañosas que rodean Ciudad del Cabo y en la costa durante el verano sudafricano, pero no es habitual que se evacuen completamente las poblaciones.
Los incendios comenzaron el lunes y fueron alimentados por el tiempo caluroso y seco y los fuertes vientos costeros. Annelie Rabie, alcaldesa del municipio de Overstrand que supervisa las ciudades, dijo que se habían declarado hasta seis incendios forestales en la zona. Cuatro de ellos habían sido contenidos o extinguidos, pero uno se dirigía directamente a Pringle Bay.
El gobierno de Overstrand dijo que un pequeño número de casas habían sido destruidas. No se registraron heridos, pero las autoridades emitieron un código rojo, lo que significa que los incendios representaban un peligro grave e inmediato para las personas y los bienes.
Los residentes de Pringle Bay se estaban trasladando a un pueblo cercano, según las autoridades locales, mientras los bomberos luchaban por controlar los incendios restantes. Los helicópteros recogían agua del océano y la vertían sobre los incendios, una táctica habitual en la región.
En las últimas semanas se han declarado incendios forestales en numerosas zonas de la provincia sudafricana del Cabo Occidental, incluido uno en las laderas de la mundialmente famosa Montaña de la Mesa, con vistas a Ciudad del Cabo, el pasado fin de semana. Fue controlado rápidamente.
El Departamento de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente informó de que sus equipos de extinción estaban trabajando en incendios forestales en cuatro regiones de Cabo Occidental. Uno de ellos llevaba ardiendo nueve días.
En 2021, un enorme incendio arrasó la Montaña de la Mesa, causó grandes daños y tardó días en extinguirse.
Las principales causas de los incendios forestales son los cigarrillos desechados, las personas que encienden fuego para cocinar o que queman escombros y, a veces, los incendios provocados, según el gobierno local de Cabo Occidental. Los vientos costeros avivan las llamas y pueden hacerlas impredecibles.
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