Traducido por el equipo de SOTT.net

El Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Turismo (MEFT) ha expresado esta semana su profundo pesar por los dos ataques mortales de elefantes ocurridos el 17 de junio en el país.
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El primer incidente se saldó con la trágica muerte de Gert Van der Walt, un reputado cazador profesional, durante una cacería.

El ministerio identificó al elefante implicado como animal problemático y expidió en consecuencia un permiso de caza de trofeos.

Van der Walt, conocido por su adhesión a la ética de la caza y su papel fundamental en la resolución de conflictos entre el hombre y la fauna salvaje, era muy respetado en la comunidad conservacionista.

El Ministerio instó al público a honrar su memoria y denunció las afirmaciones infundadas en torno a las circunstancias de su última cacería.

"Hemos observado con preocupación los comentarios insensibles que han circulado desde el incidente", declaró el portavoz del MEFT, Romeo Muyunda, refutando las acusaciones de secretismo en torno a la caza.

"Los esfuerzos del Sr. Van der Walt iban más allá de sus obligaciones contractuales, apoyando a las comunidades afectadas por los daños causados a la fauna salvaje".

El segundo suceso trágico se produjo en la región de Zambeze, donde Albert Kawayile, un entregado miembro del personal del Ministerio, perdió la vida en un ataque de elefantes cuando se dirigía a la Estación de Investigación Forestal de Ngoma. Kawayile, un valioso recurso en la estación, fue descubierto con vida en un primer momento, pero sucumbió a sus heridas poco después.

"Expresamos nuestro más sentido pésame a las familias de Gert Van der Walt y Albert Kawayile", declaró el Ministerio en un comunicado de prensa emitido el 18 de junio. "Sus contribuciones a la conservación y al bienestar de la comunidad son inconmensurables. Que sus almas descansen en paz eterna".

Los incidentes ponen de relieve los problemas que siguen planteando las interacciones entre los seres humanos y la fauna salvaje en la región, y hacen un llamamiento renovado a la vigilancia y el respeto de la fauna salvaje, al tiempo que se reconocen los riesgos a los que se enfrentan quienes trabajan en la conservación y campos afines.