Traducido por el equipo de SOTT.net
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© UNIFILFuerzas de mantenimiento de la paz de la FPNUL en el sur del Líbano en julio de 2024.
El jurista internacional Fabio Marcelli sostiene que, tras el ataque a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU, se dan las condiciones para que la Asamblea General de las Naciones Unidas vote la expulsión de Israel de esta organización.
Israel debe ser expulsado de las Naciones Unidas: las condiciones están dadas

por Fabio Marcelli, experto jurídico internacional, director de investigación del Instituto de Estudios Jurídicos Internacionales del Consejo Nacional de Investigación italiano y miembro de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas

El ataque deliberado y criminal contra la brigada italiana Sassari y otros contingentes internacionales de la FPNUL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano) marca una nueva etapa sin precedentes en los esfuerzos de Netanyahu por devastar a los pueblos vecinos de Israel, amenazar la paz mundial y llevar a su propio país a la autodestrucción, que ahora parece más cerca que nunca.

La condena del ataque como crimen de guerra por parte del ministro [de Defensa italiano] Crosetto es encomiable, al igual que su compromiso de que la FPNUL no cederá al chantaje ni a las amenazas y seguirá cumpliendo su misión. También es destacable su afirmación de que Italia no recibe órdenes de Israel.
Sin embargo, es crucial vigilar de cerca el cumplimiento de este compromiso, especialmente dada la postura contradictoria del gobierno de Meloni, que ha apoyado sistemáticamente los crímenes de Israel. Esta contradicción se hace aún más evidente cuando las armas suministradas por Occidente, incluida una importante contribución del complejo militar-industrial italiano, se utilizan contra las fuerzas italianas. Lamentablemente, parece poco probable que la postura de Crosetto tenga consecuencias significativas, sobre todo teniendo en cuenta el silencio de otros dirigentes italianos, como la primera ministra Giorgia Meloni y el presidente Sergio Mattarella, un silencio que debe ser duramente criticado considerando la gravedad de la afrenta a Italia y los peligros para la paz mundial.

La FPNUL debe permanecer sobre el terreno y, de hecho, debe reforzarse y dotarse de equipos y armas adecuados para responder eficazmente a cualquier posible agresión israelí. Del mismo modo, deben tomarse medidas para establecer una fuerza de protección militar comparable en Gaza y Cisjordania que garantice la seguridad del pueblo palestino, que ha pagado un enorme precio en sangre y sigue pagándolo cada día en términos de civiles asesinados, mutilados y sometidos al hambre, la sed y la falta de suministros médicos, negados por la ocupación genocida.

En el centro del conflicto en expansión, que ahora supone una grave amenaza para la paz mundial, se encuentra la persistente violación del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación. Esta crisis en curso tiene su origen en más de cincuenta años de impunidad concedida a los gobiernos israelíes que han desafiado continuamente el derecho internacional y a la ONU, y que ahora atacan brutalmente a la organización, declarando persona non grata al Secretario General Guterres y bombardeando a sus fuerzas de mantenimiento de la paz, incluida la flor y nata de las Fuerzas Armadas italianas.

Ante un comportamiento criminal tan sostenido y reiterado, hay motivos para expulsar a Israel de las Naciones Unidas. Según el artículo 6 de la Carta de la ONU, «todo Miembro de las Naciones Unidas que haya violado persistentemente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser expulsado de la Organización por la Asamblea General, a recomendación del Consejo de Seguridad».

Sin embargo, está claro que los Estados occidentales del Consejo de Seguridad, en particular Estados Unidos -cómplice de las acciones criminales de Netanyahu-, utilizarán su derecho de veto para bloquear dicha propuesta, obstruyendo una vez más el correcto funcionamiento de la organización internacional y la aplicación del derecho internacional. No obstante, sería igualmente importante que la Asamblea General de la ONU votara dicha resolución, dando libre expresión a la condena de Israel que ahora emana de la gran mayoría de los países del mundo, así como de la opinión pública internacional.

Esta declaración de principios debería ir seguida de la imposición de sanciones en virtud del artículo 41 y, si estas medidas resultan insuficientes, podría dar lugar a una acción militar multilateral en virtud del artículo 42. De este modo se completarían los pasos procedimentales descritos en el Capítulo VII de la Carta para poner fin a las amenazas contra la paz y la seguridad internacionales.

La adopción de estas medidas por la Asamblea General y por un gran número de Estados representa una respuesta necesaria a la grave amenaza que supone para la paz mundial la política criminal del gobierno de Netanyahu, decidido a provocar un conflicto nuclear para eludir responsabilidades legales, así como la complicidad igualmente criminal de las naciones occidentales, encabezadas por Estados Unidos, hoy dirigido por un presidente que es la sombra de sí mismo y, por tanto, la sombra de una sombra.

Además, existen precedentes significativos en el derecho internacional desde la Segunda Guerra Mundial, como la resolución «Unidos por la paz» adoptada por la Asamblea General cuando el Consejo de Seguridad no actuó. Tales medidas deben considerarse ahora ante el peligro actual para la paz internacional.
Publicado originalmente en italiano en el sitio web de Il Fatto Quotidiano.