La empresa anglo-australiana Rio Tinto, considerada la segunda minera del mundo, adquirió varios de los proyectos de litio en desarrollo en Argentina, tras gestiones del Gobierno de Milei en Londres. En diálogo con Sputnik, el experto en energía Moisés Solorza lamentó que Argentina pierda "minerales estratégicos" en manos británicas y de la OTAN.
Litio
© AP Photo / Juan Karita
La adquisición de Arcadium Lithium por parte de la empresa anglo-australiana Rio Tinto, pone en manos de capitales británicos varios de los proyectos de extracción de litio que Argentina tiene en marcha en este momento en el norte de su territorio. Mientras para el Gobierno de Javier Milei la operación significa "un voto de confianza", algunos analistas advierten que la creciente influencia británica puede ser un problema estratégico para Argentina.

La operación, que se terminó de confirmar en los primeros días de octubre, implica una inversión total de 6.700 millones de dólares por parte de Rio Tinto, una empresa de origen británico con más de 150 años de historia y considerada la segunda minera más grande del mundo. En efecto, el grupo tiene presencia en 35 países y se dedicada a la producción de hierro, cobre, aluminio y, a partir de esta transacción, también al litio.

Según informó la propia compañía, Rio Tinto espera que la fusión le permita "establecer un hub de clase mundial" tanto en sus proyectos en Argentina como los que tiene en Canadá, con la mira puesta en "convertirse en un líder del mercado del procesamiento de litio".

El acuerdo transfiere a Rio Tinto los proyectos de producción de carbonato de litio en los que Arcadium Lithium — que se había formado en enero de 2024 por la fusión de la australiana Allkem y la estadounidense Livent — tiene en Argentina, ya sea en parte o en su totalidad: Salar del Hombre Muerto y Sal de Vida en Catamarca y Olaroz y Cachauri en Jujuy.

Para el Gobierno argentino, la transacción es una noticia positiva. El secretario de Minería de la Nación, Luis Lucero, dijo al sitio especializado Energy Report que la compra puede verse como uno de los "votos de confianza en el país" y consideró que el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) impulsado por Milei fue "un factor que terminó de decidir" inversiones como la de Rio Tinto.

¿Un riesgo para la soberanía?

Sin embargo, la transacción también refuerza lo que algunos entienden como una creciente influencia británica en el país que puede chocar directamente contra el diferendo diplomático que Buenos Aires y Londres todavía mantienen por la soberanía de las Islas Malvinas, reivindicadas por Argentina pero ocupadas por británicos desde 1833.
"Esta operación es crítica para los que pensamos que recursos estratégicos como los minerales críticos, el litio, el gas, el petróleo y hasta la arena para fracking deben ser administrados de forma soberana y con un sentido de pertenencia nacional", dijo a Sputnik el experto argentino en temas energéticos Moisés Solorza.
El experto acusó a Milei de ser "probritánico" y de impulsar una política "destinada a extranjerizar los recursos y maximizar las rentas de empresas británicas, en sintonía con el Gobierno invasor de las islas del Atlántico Sur".

En ese sentido, Solorza mencionó otros gestos del mandatario hacia Londres como haber recibido en la Casa Rosada al ex primer ministro británico Boris Johnson o suscribir un acuerdo con el actual Gobierno británico que habilita la explotación de recursos de pesca en los mares circundantes a las Malvinas.

Es que, si bien la transacción entre Rio Tinto y Arcadium Lithium fue entre privados, el propio Gobierno argentino asegura haber tenido que ver en la inversión. De hecho, el propio Lucero destacó como un logro haber podido promocionar a Argentina como plaza de inversión en materia de litio en la London Metal Exchange Week en la capital británica, a la que el jerarca fue acompañado de los gobernadores de seis provincias productoras de litio, gas y petróleo. Allí, aseguró, la delegación argentina tomó contacto de primera mano con el interés de Rio Tinto por invertir.
"Perder la administración de minerales críticos y otros recursos que el Gobierno quiere exportar entregándoselas en bandeja al Reino Unido pero también a EEUU y la OTAN en general es un combo muy difícil de digerir", afirmó Solorza, exsecretario de Energía de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Para el analista, la insistencia de Milei y el actual Gobierno argentino por acercarse al Reino Unido tiene que ver con una "desesperación económica" ante la falta de nuevas inversiones y resultados positivos más allá de una baja de la inflación "producto de una recesión brutal". En ese sentido, señaló que el proyecto económico de Milei se basa en "un modelo ultraextractivista con pocas exigencias, poca inversión y pocos empleos".

El sector energético es un claro ejemplo de esas políticas, consideró el experto, tanto en la producción de petróleo y gas como en el propio litio, donde el RIGI busca atraer grandes proyectos que no se traducirán en industrialización para el país sino en "pasivos ambientales, poca infraestructura y poca mano de obra".

"Vamos rumbo a una primarización brutal del litio como mineral estratégico, que abandona la Argentina en manos de corporaciones amigas de la Corona Británica", sentenció Solorza.