Traducido por el equipo de SOTT.net

Una nueva investigación del Dr. Bellut-Staeck
en la revista Medical Research and Its Applications sugiere que la exposición crónica a los infrasonidos puede provocar graves problemas en los vasos sanguíneos. Esto respalda publicaciones anteriores que han llegado a conclusiones similares.

Pero el gobierno se niega a aceptar los resultados.

Wind Turbine
© NoTricksZone
Se sabe que las turbinas eólicas perturban la vida salvaje y dañan gravemente el biotopo circundante. Y, a pesar de ser inaudibles, se sabe que las vibraciones de baja frecuencia de las turbinas eólicas pueden ser perjudiciales para la salud humana.

Hat-tip: Tichy's Einblick aquí.

El ser humano sólo puede percibir ondas sonoras en un rango de aproximadamente entre 20 y 20.000 hercios. Las ondas sonoras por debajo de 20 Hz no pueden ser oídas por los humanos y se denominan infrasonidos.

Los infrasonidos naturales emitidos por la naturaleza son inofensivos, pero cada vez se sabe más que los infrasonidos generados por las turbinas eólicas pulsan y hacen enfermar a las personas que están sometidas a ellos durante largos periodos de tiempo.

Pruebas fehacientes de un peligro para la salud

Las aspas giratorias de las turbinas eólicas provocan cambios en la presión del aire, lo que a su vez puede causar presión en los oídos y el pecho y provocar problemas de salud e incluso problemas graves como arritmia y problemas de visión, según una revista médica alemana.

Como se indica en el resumen del estudio «Los ciudadanos expuestos al ruido, que viven cerca de infraestructuras como instalaciones de biogás, bombas de calor, centrales térmicas de tipo bloque y turbinas eólicas industriales (IWT) de mayor tamaño, muestran en todo el mundo principalmente una sintomatología asociada a trastornos microcirculatorios».

Dicho de otro modo: Los infrasonidos de las turbinas eólicas, o de otra maquinaria industrial, incluso aunque no podamos oírlos, pueden alterar el equilibrio natural de las sustancias químicas de nuestros vasos sanguíneos, lo que puede provocar inflamaciones y problemas como la aterosclerosis.

¿Qué hará el gobierno alemán ante este peligro para la salud? No esperes mucho.

La Utopía verde alemana se basa en gran medida en la energía eólica, y hasta ahora el país ha instalado más de 30.000 turbinas, muchas de ellas cerca de zonas pobladas. El Gobierno no está dispuesto a admitir que ha metido la pata hasta el fondo.

Se trata de una situación muy similar a la de la vacuna COVID de ARNm, que desde hace tiempo se ha expuesto como un peligro para la salud. Sin embargo, ¡el gobierno insiste en que son seguras!

El gobierno alemán ignora un peligro evidente

Tichy's Einblick escribe: «Por su parte, la Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA) sigue manteniendo que no hay pruebas científicas de un posible efecto nocivo de los infrasonidos de las turbinas eólicas. Este argumento de la autoridad, crónicamente teñida de verde, es sorprendente, porque en el caso del glifosato y de muchos otros fenómenos, la UBA no necesitó ninguna 'prueba científica' de nocividad. La sospecha siempre fue suficiente para pedir la prohibición».