El próximo 5 de noviembre, Estados Unidos celebrará comicios presidenciales. Las encuestas muestran hasta ahora un posible empate técnico entre los candidatos, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, tras una campaña en la que han imperado las descalificaciones y cuestionamientos de ambos aspirantes.
"Del mismo modo que los estadounidenses ya no pueden ponerse de acuerdo sobre quién ganó unas elecciones, cada vez son más incapaces de estipular quién es el agresor y quién la víctima en Ucrania, por ejemplo, qué principios e intereses merecen la pena para Estados Unidos en el extranjero, y cuál debería ser el papel adecuado de Estados Unidos en el mundo", afirmó el experto."'La naturaleza aborrece el vacío', decía Aristóteles. Lo mismo ocurre con la geopolítica", añadió Kluth.
De acuerdo con el analista político, "el mundo corre el riesgo de enfrentarse a un vacío en los próximos meses y años, independientemente de lo que digan las urnas la próxima semana: un vacío no tanto de poder como de verdad, razón y ambición".
El especialista se refiere específicamente a los conflictos en los que Washington se encuentra involucrado, como su apoyo a Israel en Oriente Medio contra el Eje de Resistencia Islámica — a pesar de los miles de muertos en Gaza y el Líbano — o el conflicto ucraniano. En ambos casos, dice el analista, la Casa Blanca corre el riesgo de perder muchos intereses geopolíticos.
Según el medio The American Conservative, los últimos días de la campaña electoral de la candidata demócrata Kamala Harris parecen estar más llenos de rabia y reproches a Donald Trump que de un ambiente de frenesí y alegría, lo cual demuestra que la atmósfera que rodea a la vicepresidenta no es precisamente la más optimista a unos días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
"Los demócratas parecen haber pulsado el botón del pánico, optando por cerrar su campaña con una furia sin precedentes en lugar de con alegría", observó el analista político Collin Pruett.
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