China criticó este martes a Estados Unidos por "distorsionar y exagerar" el incidente relacionado con el tránsito de un avión P-8A Poseidon de la Armada estadounidense a través del estrecho de Taiwán.
taiwan
El portavoz del Comando del Teatro de Operaciones Oriental del Ejército Popular de Liberación, coronel Cao Jun, condenó enérgicamente la acción estadounidense, acusando a Washington de "distorsionar los principios legales y engañar a la opinión pública internacional", según informó la agencia Xinhua. Cao destacó que las fuerzas armadas chinas monitorean de cerca la aeronave estadounidense y emitieron advertencias durante su tránsito, reafirmando la postura de Beijing de salvaguardar la paz y la estabilidad regional.

Además, el ejército chino desplegó las fuerzas navales y aéreas para supervisar y advertir el avión estadounidense. No obstante, este tipo de incidente no es nuevo. Aproximadamente una vez al mes, barcos y aviones militares de Estados Unidos transitan por la vía fluvial que separa Taiwán, gobernada democráticamente, de China. Pekín considera estos movimientos como provocaciones.

Por su parte, Washington ha defendido la operación del avión, asegurando que se realizó un cumplimiento del derecho internacional y subrayando su compromiso con las libertades de navegación en la región. "El tránsito del avión por el estrecho de Taiwán demuestra el compromiso de Estados Unidos con un Indopacífico libre y abierto. El ejército de Estados Unidos vuela, navega y opera en cualquier lugar que lo permita el derecho internacional", afirmó el Comandante de la Séptima Flota de Estados Unidos en un comunicado oficial publicado en su página web.

China, que reclama la soberanía de Taiwán y afirma tener jurisdicción sobre el estrecho, mantiene una postura opuesta a la de que Estados Unidos y Taiwán, quienes insisten en que el estrecho es una vía fluvial internacional.

Por último, el Ministerio de Defensa de Taiwán informó que el P-8A voló en dirección al norte a través del estrecho y confirmó que las fuerzas armadas taiwanesas supervisaron la situación.

Las tensiones entre China y Estados Unidos han incrementado este martes tras el anuncio del presidente electo estadounidense Donald Trump, que ha prometido imponer un arancel del 10% a las importaciones de China al iniciar su mandato.

Estados Unidos y Taiwán: estrechas relaciones

Desde 1979, cuando Estados Unidos transfirió su reconocimiento diplomático de Taipéi a Pekín bajo la política de "una sola China", Washington ha mantenido un delicado equilibrio. Aunque oficialmente no apoya la independencia de Taiwán, sigue cultivando relaciones no oficiales con la isla mediante la Ley de Relaciones con Taiwán, que le permite proveerle asistencia militar y asegurar "la paz y estabilidad" en la región. Este enfoque dual, de reconocimiento formal a China y apoyo sustantivo a Taiwán, ha sido un constante punto de fricción.

En las últimas décadas, el auge económico y militar de China ha intensificado su rivalidad estratégica con Estados Unidos, situando a Taiwán en el epicentro de la competencia geopolítica. Esta tensión no solo tiene implicaciones políticas y militares, sino también económicas. Taiwán ocupa un rol fundamental en la economía global como líder en la fabricación de semiconductores, esenciales para la mayoría de los productos electrónicos modernos. La isla alberga a empresas como Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), que produce la mayoría de los chips avanzados utilizados en dispositivos de Apple y otras firmas estadounidenses, así como en compañías chinas.

La designación del senador republicano Marco Rubio como secretario de Estado representa una noticia positiva para Taiwán, pero preocupante para China. Este nombramiento, junto con el regreso de Trump a la Casa Blanca, augura una posible intensificación de las tensiones entre Pekín y Washington, dado el historial de las estrechas relaciones de Rubio con la isla, considerada la "línea roja" más sensible para el gobierno chino. Para Pekín, Taiwán no solo es una cuestión de soberanía territorial, sino un símbolo de su integridad nacional, y cualquier respaldo extranjero a la isla es percibido como una provocación directa.