Traducido por el equipo de SOTT.net

Los datos clínicos demuestran la letalidad, pero no de esta magnitud.
Genetic Injections
© Denis Rancourt
¿17 millones?

Mis coautores y yo calculamos por primera vez la ahora icónica cifra de 17 millones de muertes por vacunas (con incertidumbres) en dos grandes artículos:
  1. utilizando los países del hemisferio sur (2023)
  2. utilizando 125 países de todo el mundo (2024)
Se satisfizo la prueba aceptada para una relación causal en epidemiología.

Anteriormente habíamos comprobado que las asociaciones temporales eran bastante llamativas en: India (2022), Australia (2022) e Israel (2023). La tasa de letalidad por dosis de vacuna fue exponencial con la edad.

También se habían observado características asociadas a la vacuna en los datos de mortalidad de EE.UU. (2022).

Exceso de mortalidad previo a todas las implementaciones de la vacuna C19

En 2020, demostré que el gran exceso de mortalidad que se produjo antes de todas las implementaciones de la vacuna tenía que deberse a las agresivas medidas extraordinarias, y no a un patógeno en propagación, en mi artículo del 2 de junio de 2020: «All-cause mortality during COVID-19: No plague and a likely signature of mass homicide by government response» ("Mortalidad por todas las causas durante COVID-19: No hay plaga y es probable que la respuesta del gobierno sea un homicidio masivo").

Continuamos este trabajo desde entonces: CORRELACIÓN.

Esencialmente no hubo exceso de mortalidad en ningún lugar del mundo antes de la declaración arbitraria de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo de 2020. Todo el exceso de mortalidad, inducido por vacunas o no, ha sido impulsado políticamente.

Podría decirse que el mejor cálculo del exceso de mortalidad por todas las causas (antes y después de la introducción de las vacunas) en el periodo Covid (2020-2022, antes de 2023) es el de nuestro documento de 521 páginas de 2024:
  • Tasa de exceso de mortalidad 0,392 ± 0,002 %, correspondiente a 30,9 ± 0,2 millones de muertes por exceso = 31 millones de todas las muertes en exceso hasta finales de 2022
La paradoja

Volviendo a los 17 millones de muertes por vacunas... En este post, quiero abordar la siguiente paradoja:
Por un lado, existe una fuerte asociación temporal entre el despliegue de la vacuna C19 y el exceso de mortalidad por todas las causas, lo que nos lleva a calcular una mortalidad mundial por la vacuna C19 de aproximadamente 17 millones, mientras que, por otro lado, el seguimiento a gran escala de los efectos adversos y la mortalidad por todas las causas diferenciada por el estado de vacunación muestran una tasa de mortalidad por la vacuna que es unas 1.000 veces menor de lo necesario para explicar el exceso de mortalidad por todas las causas asociado a la vacuna.
Se trata de una incoherencia significativa que no puede descartarse sumariamente, ni en un sentido ni en otro. Ambos resultados se basan en datos observacionales suficientemente fiables.

Dicha paradoja no puede resolverse únicamente mostrando o probando mecanismos moleculares o celulares inteligentes del daño de la vacuna C19. Se trata de una paradoja cuantitativa, no conceptual.

No hay ninguna duda razonable de que las vacunas C19 causan la muerte, por no hablar de lesiones masivas, como se establece en un número creciente de informes de autopsias publicados y observaciones clínicas (3.580 artículos de revistas científicas hasta la fecha). Esa no es la cuestión.

Otro aspecto que debe considerarse probado es que la noción de que la vacuna C19 «salvó vidas», o «millones de vidas», es una noción ridícula. La naturaleza insostenible de esa proposición teórica (avanzada en The Lancet) fue demostrada por mí y por el coautor Joseph Hickey aquí: https://correlation-canada.org/nobel-vaccine-and-all-cause-mortality/. Del mismo modo, la reciente estimación de «vidas salvadas» realizada por Ioannidis y sus coautores es errónea y absurda.

Así que, por un lado, hay fuertes correlaciones en el tiempo entre los picos del exceso de mortalidad por todas las causas y los despliegues de las vacunas (cientos de ejemplos), mientras que, por otro lado, la toxicidad mortal razonablemente estimada de las vacunas no es lo suficientemente grande (en unos 3 órdenes de magnitud) como para explicar el exceso de mortalidad por todas las causas asociado a las vacunas.

He dado una respuesta a esta paradoja en la sección 3.3.6 de mi reciente artículo: https://www.preprints.org/manuscript/202412.0480/v1

Hipótesis Médica: Epidemias respiratorias y pandemias sin transmisión viral Denis Rancourt y CORRELATION-Dic 2

Respiratory epidemic
© CopyrightCita: Rancourt, DG. Hipótesis médica: Epidemias y pandemias respiratorias sin transmisión viral. CORRELACIÓN Investigación de interés público, Informe, 02 de diciembre de 2024. https://correlation-canada.org/respiratory-epidemics-without-viral-transmission/
Este es el resumen de ese artículo:
La mortalidad espaciotemporal por todas las causas (resolución temporal semanal, >100 jurisdicciones) durante el periodo Covid (el periodo de la pandemia declarada, 2020-2023) refuta que el exceso de muertes pudiera haber sido causado por el contagio de cualquier nuevo virus o sus variantes postuladas (Rancourt et al., 2024). ¿Qué causó entonces el exceso de muertes estimado en 31 millones en todo el mundo (Rancourt et al., 2024)? En este artículo, presento sistemáticamente muchas facetas (basadas en la literatura científica existente) de mi hipótesis general según la cual la pandemia de mortalidad del periodo Covid fue una pandemia de neumonías bacterianas por autoinfección sin transmisión inducida por estrés biológico (en el sentido del investigador médico Hans Selye, que incluye el estrés psicológico) derivado de los mandatos coordinados y a gran escala, las medidas, las denominadas respuestas y las agresiones médicas, incluidas las pruebas, el sesgo diagnóstico, el aislamiento, la denegación de tratamiento (especialmente antibióticos para la neumonía), la ventilación mecánica, la sedación, los tratamientos experimentales e inadecuados y la vacunación. Las neumonías bacterianas por autoinfección sin transmisión suelen ser frecuentes en el contexto geriátrico, donde se conocen como neumonías por aspiración. Las neumonías sin transmisión no dependen de la transmisión de persona a persona ni del contagio, sino que están asociadas a un microbioma del tracto respiratorio estresado o agredido. Mi contribución consiste en proponer que la probabilidad de que se produzcan neumonías sin transmisión mortales en ancianos y personas con comorbilidades aumenta significativamente con los cambios o agresiones ambientales que causan estrés biológico, y describir varios mecanismos. Mi hipótesis es que este fenómeno propuesto es ampliamente suficiente para causar epidemias, pandemias y mortalidad estacional, siempre dirigidas a los frágiles y enfermos, y que el Covid fue exactamente uno de estos casos, completamente provocado por las instituciones y los gobiernos.
Una solución a la paradoja

Una solución es que los despliegues de la vacuna C19 vayan sistemáticamente acompañados de medidas mortales concomitantes que causen los picos de exceso de mortalidad por todas las causas asociados a la vacuna.

¿Cuáles son esas medidas concomitantes y por qué son tan mortales?

Resulta que dichas medidas concomitantes son el mismo tipo de factores que en 2020 causaron puntos álgidos de gran exceso de mortalidad por todas las causas antes de cualquier despliegue de la vacuna C19, y que han estado causando un exceso de muertes durante y después del 5 de mayo de 2023, fin de la pandemia declarada.

Recientemente lo expuse de esta manera:
... los impugnados despliegues de la vacuna COVID-19 pueden ir acompañados sincrónicamente de intervenciones médicas y/o sanitarias agresivas concomitantes, y estas últimas intervenciones serían la(s) causa(s) principal(es) relevante(s) de la muerte.

Ejemplos de tales intervenciones concomitantes podrían incluir
  • el uso de productos de vacunación COVID-19 almacenados o manipulados incorrectamente
  • combinaciones incorrectas de productos de vacunación COVID-19 de diferentes fabricantes
  • administraciones físicas incorrectas de la vacuna COVID-19, utilizando personal apresurado o mal formado
  • pruebas de detección de COVID-19, y las consecuencias asociadas a los resultados positivos de las pruebas
  • aplicación más agresiva o extrema de la inmovilización y el aislamiento durante el despliegue de la vacuna
  • el estrés psicológico de ser coaccionado para volver a vacunarse, en el entorno institucional
  • administración de vacunas contra la gripe o de otro tipo
  • administración de medicamentos destinados a facilitar la aceptación o a aliviar los efectos secundarios de las inyecciones
  • interrupción del horario de atención al paciente, incluida la medicación regular, las comidas y la hidratación
  • transmisión de estrés de los asistentes, o infecciones de los asistentes
  • etc.
Las agresiones así asociadas o acompañantes pueden ser diferentes en su conjunto y diferentes en magnitud de un país a otro, de una institución a otra y de una implementación de la vacuna COVID-19 a otra (con dosis múltiples, como los refuerzos). Por ejemplo, Rancourt (2022) analiza el caso de la India, comparándolo con las consecuencias de las denominadas campañas de equidad vacunal en Estados Unidos.
Básicamente, este tipo de medidas, como cualquier campaña de coordinados, a gran escala y agresivos
  • mandatos,
  • medidas,
  • las denominadas respuestas, y
  • agresiones médicas que incluyen pruebas, sesgos diagnósticos, aislamiento, denegación de tratamiento (especialmente antibióticos para la neumonía), ventilación mecánica, sedación, tratamientos experimentales e inadecuados, y cualquier vacunación coaccionada
aumentarán el estrés biológico y, por tanto, inducirán neumonías bacterianas mortales sin transmisión de la infección en ancianos y enfermos. El aislamiento social y la inmovilización en la cama son devastadores para los enfermos y los ancianos, por no hablar de la privación del tacto y la restricción de la respiración.

Esta hipótesis está ampliamente respaldada por una amplia literatura científica. Ver: Mi último artículo.

El mismo mecanismo básico (agresión masiva ambiental o social → autoinfecciones mortales de enfermos y ancianos) ha causado probablemente todas las epidemias y pandemias de la historia, y los excesos invernales estacionales en la mortalidad por todas las causas, como se argumenta y referencia aquí.

Conclusión

Mi objetivo en este artículo era explicar cuantitativamente el grueso del exceso de mortalidad por todas las causas en todas las edades en todo el país, por lo que dejé de lado la devastación de los adultos jóvenes y los niños, que en su mayoría no murieron en grandes cantidades, pero que sí sufrieron daños significativos y persistentes. En efecto, murieron en proporciones significativamente superiores a las de sus tasas de mortalidad específicas por edad antes de 2020.

Lo expuesto anteriormente significa varias cosas:
  1. El impacto del estrés biológico extraordinario (que incluye el estrés psicológico) sobre la vulnerabilidad de la salud individual y la mortalidad durante las grandes convulsiones sociales se subestimó enormemente y fue ignorado en gran medida por la clase médica
  2. La importancia de las neumonías bacterianas por autoinfección sin transmisión (por ejemplo, neumonía por aspiración, desequilibrio catastrófico del microbioma respiratorio, tuberculosis emergente) fue negligentemente ignorada, no diagnosticada y no tratada
  3. El mismo mecanismo básico de muerte operó antes, durante y después del despliegue de la vacuna C19:
— > agresión institucional («de arriba abajo») que cambia la vida

— > estrés biológico inducido y alteración del microbioma del tracto respiratorio

— > neumonías bacterianas por auto-infección sin transmisión

— > muertes a gran escala de ancianos y enfermos en residencias, hospitales e instituciones

En cuanto al punto 1, véase, sí, yo:

Naturaleza fundamental de la salud

Denis Rancourt·

28 de noviembre de 2023

Realities of Health
© CopyrightBreve presentación que ofrecí a los delegados de la ICS4 en Bucarest (Rumanía) el 17 de noviembre de 2023... Vídeo producido por el Dr. Jeremie Mercier. Lo grabamos sobre la marcha, en una sesión a puerta cerrada, con permiso de los organizadores.

Dado que esencialmente ninguna de las medidas concomitantes asociadas a la vacuna C19 descritas anteriormente se habrían producido sin el impulso de los despliegues de vacunas C19... podemos concluir que las vacunas fueron efectivamente la causa de las 17 millones de muertes excesivas asociadas a los despliegues, en ese sentido. Esto explica las fuertes asociaciones temporales entre la mortalidad y los despliegues.

Como he concluido en varios lugares: La pandemia declarada de Covid (2020-2023) fue causada en su totalidad por los mandatos coordinados y a gran escala, las medidas, las llamadas respuestas y las agresiones médicas, incluidas las pruebas, el sesgo diagnóstico, el aislamiento, la denegación de tratamiento (especialmente antibióticos para la neumonía), la ventilación mecánica, la sedación, los tratamientos experimentales e inadecuados y la vacunación.

En términos de exceso de mortalidad inmediata, la pandemia declarada de Covid fue una pandemia de neumonías bacterianas espontáneas sin transmisión inducidas por el maltrato y el estrés biológico que atacó a ancianos y enfermos.

Descargas: