Traducido por el equipo de SOTT.netLos expertos advierten que los fragmentos genéticos de las inoculaciones podrían sobreestimular el sistema inmunitario, lo que podría provocar cáncer.
© Getty Images / Ezra AcayanUn trabajador sanitario prepara una dosis de la vacuna Covid-19 de Pfizer BioNTech en Manila, Filipinas, el 19 de enero de 2022.
Las vacunas Covid-19 de ARNm de Pfizer contienen niveles residuales de ADN que superan los límites de seguridad reglamentarios, según un estudio revisado por expertos y
publicado esta semana en la revista
Journal of High School Science.
La investigación fue llevada a cabo por estudiantes científicos del laboratorio White Oak Campus de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) en Maryland.
El ADN residual se refiere a pequeños fragmentos de material genético que pueden permanecer en vacunas o medicamentos después de su fabricación. Estos fragmentos proceden de las células o procesos utilizados para fabricar los productos.
Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen que una sola dosis de vacuna no debe contener más de 10 nanogramos de ADN residual. El estudio, sin embargo, halló niveles en las vacunas de Pfizer que superaban este límite entre 6 y 470 veces.
Los investigadores analizaron vacunas obtenidas de BEI Resources, un proveedor vinculado al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. Utilizaron los métodos NanoDrop y Qubit para medir los niveles de ADN.
Ambos métodos mostraron una contaminación por encima de los umbrales aceptables. Se encontró ADN residual en seis viales de dos lotes de vacunas diferentes.Aunque el estudio afirmaba que «actualmente se desconocen» los riesgos para la salud que plantean los fragmentos de ADN,
los investigadores advirtieron que, en teoría, podrían integrarse en el ADN humano y aumentar el riesgo de mutaciones genéticas. También plantearon la preocupación de que
los fragmentos pudieran contener oncogenes, que podrían provocar cáncer. Los autores recomendaron realizar más pruebas para evaluar los posibles riesgos.
La FDA aún no se ha pronunciado al respecto. Aunque desde hace años circulan informes sobre la contaminación por ADN de las vacunas Covid-19, las autoridades reguladoras estadounidenses los han desestimado en repetidas ocasiones, afirmando que no plantean riesgos para la salud.
Kevin McKernan, fundador de Medicinal Genomics, describió los hallazgos como una «bomba», y advirtió que los fragmentos de ADN podrían sobreestimular el sistema inmunológico, potencialmente «alimentando el crecimiento del cáncer.»«La exposición repetida a ADN exógeno a través de los refuerzos de la vacuna Covid-19 puede amplificar este riesgo con el tiempo, creando condiciones propicias para el desarrollo del cáncer», afirmó McKernan en una entrevista con Maryanne Demasi, periodista de investigación afincada en Australia que fue la
primera en llamar la atención del público sobre el estudio
.Nikolai Petrovsky, catedrático de inmunología y director de Vaxine, una empresa biotecnológica australiana, afirmó que los resultados eran una «pistola humeante» y requerían la atención urgente de los reguladores.
Petrovsky también acusó a la FDA de ocultar información al público, afirmando que el estudio «demuestra claramente que la FDA conocía estos datos», dado que se realizó en su propio laboratorio bajo la supervisión de sus propios científicos.
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