Traducido por el equipo de SOTT.net

Las autoridades han advertido a las personas que viven en zonas costeras que salgan del agua y se alejen de las playas después de que un fuerte terremoto de magnitud 6,7 sacudiera la isla sur de Nueva Zelanda.
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Los residentes de las regiones de Southland y Fiordland deben mantenerse alejados de las zonas marinas, ya que las fuertes e inusuales corrientes pueden suponer un peligro, según ha declarado la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias tras el terremoto del martes.

«Las personas que se encuentren en barcos, embarcaciones habitadas y puertos deportivos deben abandonar sus embarcaciones y dirigirse a tierra. No regresen a los barcos a menos que así lo indiquen las autoridades», dijo la agencia.

Más de 4700 personas sintieron el terremoto, según el monitor sísmico gubernamental Geonet, mientras los medios de comunicación de Nueva Zelanda informaban de la caída de objetos y el balanceo de edificios.

El terremoto se registró a una profundidad de 33 km, a unos 160 km al noroeste de las islas Snares, la más septentrional de las islas subantárticas de Nueva Zelanda, según informó Geonet en una alerta.

«Se nos cayeron cosas de las estanterías. La mesa de madera de exterior se tambaleaba», publicó un usuario en Facebook, según el periódico New Zealand Herald.

El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el terremoto, que se rebajó de una magnitud anterior de 7, ocurrió a una profundidad de unos 10 km.

La oficina meteorológica nacional de Australia dijo que no había amenaza de tsunami para el continente, las islas o los territorios.

Nueva Zelanda se encuentra en el «Anillo de Fuego» sísmicamente activo, un arco de 40 000 km de volcanes y fosas oceánicas que rodean gran parte del Océano Pacífico.