Traducido por el equipo de SOTT.net
Uturuncu volcano
© UnknownSeñales de actividad en el volcán zombi inactivo
Un nuevo estudio revela que el volcán Uturuncu de Bolivia permanece activo sin riesgo de erupción.

El volcán Uturuncu, en la cordillera de los Andes de Bolivia, inactivo desde hace 250.000 años, muestra señales de advertencia de una posible erupción que podría amenazar vidas y causar destrucción.

El Uturuncu, la montaña más alta del suroeste de Bolivia, hizo que una región cercana a su cima -de unos 150 kilómetros de ancho- subiera y bajara, creando una forma parecida a la de un sombrero.

Más de 1.700 terremotos recientes han impulsado a los científicos a estudiar el Uturuncu.

Mediante la integración de datos de satélite, análisis sísmicos y modelos informáticos del comportamiento de las rocas bajo presión, los investigadores han logrado comprender mejor el funcionamiento interno de Uturuncu, descubriendo la causa de su inusual actividad. Sus conclusiones se publicaron el 28 de abril en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Las erupciones volcánicas suelen producirse cuando el magma asciende a bolsas subterráneas conocidas como cámaras magmáticas y escapa a la superficie a través de respiraderos o fisuras. Las erupciones suelen ser más violentas cuando el magma es más espeso, ya que atrapa gases que acumulan presión, la cual se libera de forma explosiva, expulsando el magma en forma de lava.

Sin embargo, este no es el caso bajo Uturuncu, como revela el estudio. En su lugar, el magma, los gases y los fluidos salobres interactúan dentro de un sistema hidrotermal -una actividad que no se comprende del todo- para causar los estruendos «zombis» del volcán.

Bajo el Uturuncu, a una profundidad de entre 10 y 20 kilómetros, se encuentra el cuerpo magmático Altiplano-Puna, un vasto depósito de magma de unos 200 kilómetros de extensión. Es el mayor cuerpo magmático activo conocido de la corteza terrestre. Estudios anteriores sugerían la existencia de un sistema hidrotérmico activo que unía este depósito magmático con la montaña superior, pero la interacción precisa entre el magma y los fluidos seguía sin estar clara.

El estudio reveló que, a medida que el cuerpo magmático calentaba los líquidos subterráneos y liberaba gases, estos fluidos y gases se desplazaban hacia arriba, acumulándose en cámaras situadas bajo el cráter. Este movimiento desencadenó la actividad sísmica, liberó vapor y provocó la deformación de la roca del volcán, dando lugar a una elevación de la superficie de aproximadamente 1 centímetro (0,4 pulgadas) anual. Aunque estos procesos internos explican la actividad del Uturuncu, el estudio sugiere que es improbable que el volcán «zombi» entre en erupción a corto plazo.

El Dr. Mike Kendall, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Oxford, aseguró que no hay señales alarmantes:
"No estamos viendo que la sismicidad aumente o migre desde grandes profundidades, lo que indicaría movimiento de magma. Parece que el volcán simplemente está liberando gas y calmándose".
El Programa Mundial de Vulcanismo ha rastreado unos 50 volcanes «zombis», de entre 12.000 y 2,6 millones de años de antigüedad, la mayoría con características geotérmicas como fuentes termales y fumarolas.

El Uturuncu, junto con otros, podría ayudar a identificar los que corren riesgo de erupción. Algunos tienen temperaturas superficiales más elevadas y se exploran en busca de energía geotérmica y yacimientos minerales.

El Dr. Matthew Pritchard, de la Universidad de Cornell, afirmó: "Muchos aún requieren más investigación. Algunos pueden estar enfriándose, mientras que otros podrían aumentar su actividad".