La implacable tierra roja del interior de Australia ha sufrido una transformación asombrosa, y los lugareños la califican como «una oportunidad única en la vida» para contemplar la madre naturaleza en todo su esplendor. Tras meses de devastadoras inundaciones provocadas por el doble golpe de los ciclones Alfred y Dianne, el vasto y abrasado corazón de Queensland ha estallado ahora en color y vida.
Donde antes había polvo y sequía, ahora hay hierba, vegetación y flores que se extienden hasta donde alcanza la vista.
«La madre naturaleza nos ha ofrecido este gran espectáculo», afirmó Ben Hall, alcalde de Quilpie Shire, en la región suroeste.
«El olor... la fragancia... la belleza... la inmensidad de los campos de flores silvestres».
Desde arriba, la región de Channel Country, en el suroeste de Queensland, se asemeja a una red de venas: ríos y arroyos que bombean sangre vital a la tierra, reviviendo la hierba, las flores y todo lo que hay entre medias.

Con el paisaje cobrando vida, la fauna silvestre también ha regresado, incluyendo la rara aparición en el interior de pelícanos, que se ven volando en círculos a miles de kilómetros del mar.
A medida que las aguas siguen fluyendo por la región, se espera que gran parte de ellas lleguen a Kati-Thanda - Lago Eyre, lo que podría llenar la cuenca salina del sur de Australia por primera vez en años.
«El país tiene un aspecto increíble... es algo digno de contemplar», afirmó Shaun Radnedge, alcalde de Murweh Shire.
«Es una oportunidad única en la vida».
Los «nómadas grises» ya están haciendo el viaje y los vuelos panorámicos sobre el terreno revivido tienen una gran demanda.
Los lugareños dicen que es una de las transformaciones más espectaculares que ha vivido la región en décadas.
Algunas de las zonas más afectadas por las inundaciones recibieron más del doble de su precipitación media anual, lo que creó las condiciones perfectas para que la vegetación prosperara.
Los lugareños dicen que solo ocurre una vez en una generación y animan a los australianos a salir a la carretera y verlo con sus propios ojos.
El impresionante cambio ha traído colores vibrantes y una renovada sensación de esperanza, especialmente para los operadores turísticos, muy afectados por las cancelaciones y los meses de inundaciones.
Carreteras abiertas, pueblos preparados, festivales en marcha
El paisaje, antes árido, ahora rebosa vida, y el interior ha desplegado su alfombra verde para recibir a los visitantes.
«El interior está abierto. Las carreteras están listas. Los pueblos esperan. Y la madre naturaleza está ofreciendo el espectáculo de su vida», afirma Denise Brown, directora general de Outback Queensland Tourism.

«Tenemos más de 250 festivales programados en todo el Outback», afirmó Brown.
«Es cierto que algunos se han pospuesto, pero ninguno se ha cancelado. Ahora es el momento de venir a visitar estas regiones y gastar algo de dinero en turismo. Es hora de volver y descubrir el Outback como nunca antes lo habéis visto».
Comentarios del Lector
a nuestro Boletín