
© ApEl barco Shahat, que se encarga de transportar a gente que escapa de la ciudad occidental libia de Misurata, llega con su carga al puerto rebelde de Bengasi.
El mes pasado, en el tribunal internacional sobre crímenes durante la guerra civil en Sierra Leona, el juicio del ex presidente liberiano Charles Taylor llegó a su fin. El fiscal general, el profesor de derecho estadunidense David Crane, informó a The Times de Londres que el caso estaba incompleto: los fiscales pretendían encausar a Muammar Kadafi, quien, dijo Crane, "era finalmente el responsable por la mutilación y/o asesinato de 1.2 millones de personas".
Pero el encausamiento no se daría. Estados Unidos, el Reino Unido y otros países intervinieron para bloquearlo. Al preguntarle por qué, Crane dijo: "Bienvenido al mundo del petróleo".
Otra víctima reciente de Kadafi fue sir Howard Davies, el director de la Escuela de Economía de Londres, quien renunció después de revelaciones de los lazos de la escuela con el dictador libio.
En Cambridge, Massachusetts, el Monitor Group, una firma de consultoría fundada por profesores de Harvard, fue bien pagado por servicios tales como un libro para llevar las palabras inmortales de Kadafi al público "en conversación con famosos expertos internacionales", junto con otros esfuerzos "para mejorar la apreciación internacional de Libia (la de Kadafi)".
El mundo del petróleo rara vez está lejos en el telón de fondo en asuntos que conciernen a esta región.