En el verano de 1999, al empresario estadounidense Charles Chafer se le ocurrió la idea de enviar al espacio miles de mensajes cortos escritos por los habitantes de distintos rincones del planeta. Debido a ciertos obstáculos institucionales, Chafer optó por colaborar con un observatorio ubicado en Crimea.
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El hecho es que el proyecto, bautizado como Cosmic Call (
llamada espacial, en español) no pudo llevarse a cabo en EEUU, ya que los radiotelescopios de Arecibo y Goldstone ya estaban sobrecargados de trabajo.
Así que Chafer optó por colaborar con un equipo de astrofísicos crimeos liderado por Alexandr Záitsev. Desde el radiotelescopio RT-70, ubicado a las afueras de la ciudad de Eupatoria, los investigadores mandaron cerca de 50.000 mensajes a un total de cuatro estrellas de las constelaciones del Cisne y la Flecha.
Comentario: Es notable lo que está ocurriendo últimamente con la revelación ovni por parte de los gobiernos. Recientemente, EE.UU. reconocía tener imágenes de avistamientos ovnis y el ministerio de Defensa de Japón está preparando protocolos de cómo responder a los ovnis que entran en su territorio: