OF THE
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El metano es un gas de efecto invernadero aún más potente que el CO2 y ambos se almacenan en grandes depósitos en forma de clatratos por debajo de los fondos oceánicos, en especial en los polos. Estos depósitos se están rompiendo por el aumento de la actividad volcánica (y la actividad sísmica que la acompaña), y luego se disuelven en las profundidades del océano, y en la actualidad se están desgasificando a niveles que tienen a los observadores seriamente preocupados porque saben, a partir del registro geológico, que esto sucede durante un cambio climático real, el cual, como una fase de transición, se acumula hasta un cambio abrupto e invariablemente catastrófico:La crisis del Cambio Climático se intensifica: "Los niveles de metano están por las nubes"Podemos descontar la parte sobre "temperaturas fuera de control", porque mientras que las capas profundas de los océanos pueden estar calentándose, las capas superiores no, y tampoco la atmósfera, y... ¡Noticia de último momento! ¡son las capas superiores de los océanos las que transportan calor a las masas de tierra! Si las capas superiores se están enfriando, ¿qué efecto podemos pensar que podría tener sobre el clima, en el hemisferio norte, por ejemplo? ¿Nadie se ha dado cuenta de los severos inviernos de América del Norte, el norte de Europa y Asia en los últimos años? Además, los datos del núcleo de hielo nos dicen que los picos de metano son las firmas que marcan los límites entre los períodos glaciales e interglaciales.
El metano, un potente gas de efecto invernadero que puede conducir a un cambio climático rápido y descontrolado, ha sido referido como "el canario en la mina de carbón" y se ha teorizado que su emisión ha causado extinciones masivas del pasado, conocida como la "hipótesis del fusil de clatratos."
Muchos científicos creen que una liberación repentina de los clatratos de metano de los fondos marinos y el permafrost en el pasado condujo a un aumento repentino de la temperatura del planeta, también conocido como "cambio climático abrupto." La liberación de grandes cantidades de metano puede provocar un proceso fuera de control que es irreversible, al igual que "el disparo de un arma de fuego." El cambio climático abrupto puede causar que las temperaturas globales cambien en cuestión de años.
Erupciones volcánicas, aumento del CO2, océanos hirviendo y por qué el calentamiento global causado por el hombre ni siquiera es incorrecto
A diferencia de las temperaturas de superficie, las mediciones de las temperaturas globales de la baja atmósfera obtenida por los satélites revelan la inexistencia de una tendencia al calentamiento durante las dos décadas pasadas. La ligera tendencia que hay en la información en realidad aparece como hacia abajo. Las grandes fluctuaciones en las temperaturas de los satélites no son causadas por ninguna actividad humana sino de fenómenos naturales, por ejemplo las grandes erupciones volcánicas como la del Pinatubo y por El Niño. De manera que los programas que modelan al calentamiento global en una computadora dicen que la temperatura de la atmósfera baja de la Tierra debería de estar subiendo de manera marcada, pero las reales mediciones de la temperatura de la atmósfera baja no revelan ninguna actividad tan pronunciada.Puede ver más de estos fenómenos extraños y llamativos en nuestra categoría "Cielo extraño".
Comentario: Cada minuto que pasa se hace más necesario comprender qué está ocurriendo. Como desde SOTT hemos expuesto repetidas veces, hay una fuerte evidencia que vincula el paso de cuerpos celestes por los cielos de nuestro planeta con el advenimiento de pestes, enfermedades, cambios géneticos y climáticos.
Un libro en inglés recientemente publicado por Sott.net llamado "Cometas y los cuernos de Moisés" hace un gran trabajo al explicar la historia de los cometas y asteroides y su interacción con nuestro planeta. El libro también proporciona pruebas de que los grandes eventos de impacto cometarios nos son de ninguna manera "raros" en la historia humana y presenta claras evidencias de que nuestra historia ha estado marcada por rondas de catástrofes cósmicas.
Un conocimiento cabal y profundo de la naturaleza de estos eventos y de sus implicancias es indispensable para afrontar el futuro con conciencia, y poder actuar con miras a mitigar y, por qué no, evitar las consecuencias de dichos sucesos.